"4Adúlteros y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quisiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. 5¿Pensáis que la Escritura dice en vano: El espíritu que mora en nosotros, codicia para envidia? 6Mas Él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes." {Santiago 4:4-6}
"1Y aconteció en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, que vino esta palabra a Jeremías, de parte de Jehová, diciendo: 2Tómate un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te he hablado contra Israel y contra Judá, y contra todas las gentes, desde el día que comencé a hablarte, desde los días de Josías hasta hoy. 3Quizá oiga la casa de Judá todo el mal que yo pienso hacerles, y se arrepienta cada uno de su mal camino, y yo perdonaré su maldad y su pecado. 4Y llamó Jeremías a Baruc hijo de Nerías, y escribió Baruc de boca de Jeremías, en un rollo de libro, todas las palabras que Jehová le había hablado. 5Después mandó Jeremías a Baruc, diciendo: Yo [estoy] preso, no puedo entrar en la casa de Jehová: 6Entra tú pues, y lee de este rollo que escribiste de mi boca, las palabras de Jehová en oídos del pueblo, en la casa de Jehová, el día del ayuno; y las leerás también en oídos de todo Judá que vienen de sus ciudades. 7Quizá llegue la oración de ellos a la presencia de Jehová, y se vuelva cada uno de su mal camino; porque grande [es] el furor y la ira que ha pronunciado Jehová contra este pueblo. 8Y Baruc hijo de Nerías hizo conforme a todas las cosas que el profeta Jeremías le mandó, leyendo en el libro las palabras de Jehová en la casa de Jehová. 9Y aconteció en el año quinto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, en el mes noveno, que promulgaron ayuno en la presencia de Jehová, a todo el pueblo de Jerusalén, y a todo el pueblo que venía de las ciudades de Judá a Jerusalén. 10Entonces Baruc leyó en el libro las palabras de Jeremías en la casa de Jehová, en la cámara de Gemarías hijo de Safán escriba, en el atrio de arriba, a la entrada de la puerta nueva de la casa de Jehová, a oídos del pueblo. 11Y Micaías hijo de Gemarías, hijo de Safán, habiendo oído del libro todas las palabras de Jehová, 12descendió a la casa del rey, a la cámara del escriba, y he aquí que todos los príncipes estaban allí sentados: Elisama el escriba, Delaías hijo de Semaías, Elnatán hijo de Acbor, Gemarías hijo de Safán, Sedequías hijo de Ananías, y todos los príncipes. 13Y Micaías les contó todas las palabras que había oído cuando Baruc leyó en el libro a oídos del pueblo. 14Entonces enviaron todos los príncipes a Jehudí hijo de Netanías, hijo de Selemías, hijo de Cusi, para que dijese a Baruc: Toma el rollo en que leíste a oídos del pueblo, y ven. Y Baruc, hijo de Nerías, tomó el rollo en su mano, y vino a ellos. 15Y le dijeron: Siéntate ahora, y léelo a nuestros oídos. Y leyó Baruc a sus oídos. 16Y aconteció que cuando oyeron todas aquellas palabras, cada uno se volvió espantado a su compañero, y dijeron a Baruc: Sin duda contaremos al rey todas estas palabras. 17Preguntaron luego a Baruc, diciendo: Cuéntanos ahora cómo escribiste de boca de Jeremías todas estas palabras. 18Y Baruc les dijo: Él me dictaba de su boca todas estas palabras, y yo escribía con tinta en el libro. 19Entonces dijeron los príncipes a Baruc: Ve, y escóndete, tú y Jeremías, y que nadie sepa dónde estáis. 20Y entraron a donde estaba el rey, al atrio, habiendo depositado el rollo en la cámara de Elisama el escriba; y contaron a oídos del rey todas las palabras. 21Y envió el rey a Jehudí a que tomase el rollo, el cual lo tomó de la cámara del escriba Elisama, y leyó en él Jehudí a oídos del rey, y a oídos de todos los príncipes que junto al rey estaban. 22Y el rey estaba en la casa de invierno en el mes noveno, y había un brasero ardiendo delante de él; 23Y aconteció que cuando Jehudí hubo leído tres o cuatro planas, lo rasgó [el rey] con un cuchillo de escribanía, y lo echó en el fuego que [había] en el brasero, hasta que todo el rollo se consumió en el fuego que [había] en el brasero. 24Y no tuvieron temor, ni rasgaron sus vestiduras, ni el rey ni ninguno de sus siervos que oyeron todas estas palabras. 25Y aunque Elnatán y Delaías y Gemarías rogaron al rey que no quemase aquel rollo, no los quiso oír. 26Entonces el rey mandó a Jerameel hijo de Amelec, y a Seraías hijo de Azriel, y a Selemías hijo de Abdeel, para que prendiesen a Baruc el escriba y al profeta Jeremías; pero Jehová los escondió. 27Y vino palabra de Jehová a Jeremías, después que el rey quemó el rollo, las palabras que Baruc había escrito de boca de Jeremías, diciendo: 28Vuelve a tomar otro rollo, y escribe en él todas las palabras primeras que estaban en el primer rollo que quemó Joacim, el rey de Judá. 29Y dirás a Joacim rey de Judá: Así dice Jehová: Tú quemaste este rollo, diciendo: ¿Por qué escribiste en él, diciendo: De cierto, vendrá el rey de Babilonia, y destruirá esta tierra, y hará que no queden en ella hombres ni animales? 30Por tanto, así dice Jehová acerca de Joacim rey de Judá: No tendrá quien se siente sobre el trono de David; y su cuerpo será echado al calor del día y al hielo de la noche. 31Y castigaré a él y a su simiente y a sus siervos por su maldad; y traeré sobre ellos, y sobre los moradores de Jerusalén, y sobre los varones de Judá, todo el mal que les he dicho y no escucharon. 32Y tomó Jeremías otro rollo y lo dio a Baruc hijo de Nerías escriba; y escribió en él de boca de Jeremías todas las palabras del libro que quemó en el fuego Joacim rey de Judá; y aun fueron añadidas sobre ellas muchas otras palabras semejantes." {Jeremías 36}
"1Y reinó el rey Sedequías hijo de Josías, en lugar de Conías hijo de Joacim, al cual Nabucodonosor rey de Babilonia había constituido por rey en la tierra de Judá. 2Pero ni él, ni sus siervos, ni el pueblo de la tierra obedecieron a las palabras que Jehová habló por medio del profeta Jeremías. 3Y envió el rey Sedequías a Jucal hijo de Selemías, y a Sofonías hijo de Maasías el sacerdote, para que dijesen al profeta Jeremías: Ruega ahora por nosotros a Jehová nuestro Dios. 4Y Jeremías entraba y salía en medio del pueblo; porque [aún] no lo habían puesto en la cárcel. 5Y cuando el ejército de Faraón hubo salido de Egipto, y llegó noticia de ello a oídos de los caldeos que tenían sitiada a Jerusalén, se retiraron de Jerusalén. 6Entonces vino palabra de Jehová al profeta Jeremías, diciendo: 7Así dice Jehová Dios de Israel: Diréis así al rey de Judá, que os envió a mí para que me consultaseis: He aquí que el ejército de Faraón que había salido en vuestro socorro, se volverá a su tierra en Egipto. 8Y los caldeos volverán y pelearán contra esta ciudad, y la tomarán y le prenderán fuego. 9Así dice Jehová: No os engañéis a vosotros mismos, diciendo: De cierto los caldeos se irán de nosotros; porque no se irán. 10Porque aun cuando hirieseis a todo el ejército de los caldeos que pelean contra vosotros, y quedasen de ellos hombres heridos, cada uno se levantará de su tienda, y prenderán fuego a esta ciudad. 11Y aconteció que cuando el ejército de los caldeos se retiró de Jerusalén por miedo al ejército de Faraón, 12Jeremías salió de Jerusalén para irse a tierra de Benjamín, para apartarse allí de en medio del pueblo. 13Y cuando llegó a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán de la guardia que se llamaba Irías, hijo de Selemías hijo de Hananías, el cual apresó al profeta Jeremías, diciendo: Tú te pasas a los caldeos. 14Y Jeremías dijo: Falso; no me paso a los caldeos. Mas él no lo escuchó, antes prendió Irías a Jeremías, y lo llevó delante de los príncipes. 15Y los príncipes se airaron contra Jeremías, y le azotaron, y le pusieron en prisión en la casa de Jonatán escriba, porque a ésta la habían convertido en cárcel. 16Entró pues Jeremías en la casa de la mazmorra, y en las camarillas. Y habiendo estado allá Jeremías por muchos días, 17el rey Sedequías envió, y le sacó; y le preguntó el rey escondidamente en su casa, y dijo: ¿Hay palabra de Jehová? Y Jeremías dijo: Hay. Y dijo más: En mano del rey de Babilonia serás entregado. 18Dijo también Jeremías al rey Sedequías: ¿En qué pequé contra ti, y contra tus siervos, y contra este pueblo, para que me pusieseis en la cárcel? 19¿Y dónde [están] vuestros profetas que os profetizaban, diciendo: No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros, ni contra esta tierra? 20Ahora pues, oye, te ruego, oh rey mi señor: caiga ahora mi súplica delante de ti, y no me hagas volver a casa de Jonatán escriba, para que no muera allí. 21Entonces dio orden el rey Sedequías, y pusieron a Jeremías en el patio de la cárcel, haciéndole dar una torta de pan al día, de la plaza de los Panaderos, hasta que todo el pan de la ciudad se gastase. Y quedó Jeremías en el patio de la cárcel." {Jeremías 37}
"1Y oyó Sefatías hijo de Matán, y Gedalías hijo de Pasur, y Jucal hijo de Selemías, y Pasur hijo de Malquías, las palabras que Jeremías hablaba a todo el pueblo, diciendo: 2Así dice Jehová: El que se quede en esta ciudad morirá a espada, o de hambre, o de pestilencia; mas el que se pase a los caldeos vivirá, pues su vida le será por despojo, y vivirá. 3Así dice Jehová: De cierto será entregada esta ciudad en mano del ejército del rey de Babilonia, y la tomará. 4Y dijeron los príncipes al rey: Te pedimos que sea muerto este hombre; porque de esta manera hace desmayar las manos de los hombres de guerra que han quedado en esta ciudad, y las manos de todo el pueblo, hablándoles tales palabras; porque este hombre no busca la paz de este pueblo, sino el mal. 5Y dijo el rey Sedequías: Helo ahí, en vuestras manos está; pues el rey nada puede [hacer] contra vosotros. 6Entonces tomaron ellos a Jeremías, y lo echaron en la mazmorra de Malquías hijo de Amelec, que [estaba] en el patio de la cárcel; y metieron a Jeremías con sogas. Y en la mazmorra no [había] agua, sino cieno; y se hundió Jeremías en el cieno. 7Y oyendo Ebedmelec, hombre etíope, eunuco que estaba en casa del rey, que habían puesto a Jeremías en la mazmorra, y estando sentado el rey a la puerta de Benjamín, 8Ebedmelec salió de la casa del rey, y habló al rey, diciendo: 9Mi señor el rey, mal hicieron estos varones en todo lo que han hecho al profeta Jeremías, al cual echaron en la mazmorra; porque allí morirá de hambre, pues no [hay] más pan en la ciudad. 10Entonces mandó el rey al mismo Ebedmelec etíope, diciendo: Toma en tu poder treinta hombres de aquí, y saca al profeta Jeremías de la mazmorra, antes que muera. 11Y tomó Ebedmelec en su poder hombres, y entró a la casa del rey al lugar debajo de la tesorería, y tomó de allí trapos viejos y raídos, y ropas viejas y andrajosas, y los echó a Jeremías con sogas en la mazmorra. 12Y el etíope Ebedmelec dijo a Jeremías: Pon ahora esos trapos viejos y ropas raídas y andrajosas bajo tus sobacos, debajo de las sogas. Y lo hizo así Jeremías. 13De este modo sacaron a Jeremías con sogas, y lo subieron de la mazmorra; y quedó Jeremías en el patio de la cárcel. 14Después envió el rey Sedequías, e hizo traer a sí al profeta Jeremías a la tercera entrada que estaba en la casa de Jehová. Y dijo el rey a Jeremías: Voy a preguntarte algo, no me ocultes nada. 15Y Jeremías dijo a Sedequías: Si te lo declaro, ¿no es verdad que me matarás? Y si te doy un consejo, no me escucharás. 16Y el rey Sedequías juró en secreto a Jeremías, diciendo: Vive Jehová que nos hizo esta alma, que no te mataré, ni te entregaré en mano de estos varones que buscan tu vida. 17Entonces dijo Jeremías a Sedequías: Así dice Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel: Si en verdad te pasas a los príncipes del rey de Babilonia, tu alma vivirá, y esta ciudad no será puesta a fuego; y vivirás tú y tu casa: 18Pero si no te pasas a los príncipes del rey de Babilonia, esta ciudad será entregada en mano de los caldeos, y le prenderán fuego, y tú no escaparás de sus manos. 19Y el rey Sedequías dijo a Jeremías: Tengo temor de los judíos que se han pasado a los caldeos, no sea que me entreguen en sus manos y me escarnezcan. 20Pero Jeremías dijo: No te entregarán. Te ruego que obedezcas la voz de Jehová, que yo te hablo, y te irá bien y vivirá tu alma. 21Pero si rehúsas salir, esta [es] la palabra que me ha mostrado Jehová: 22Y he aquí que todas las mujeres que han quedado en casa del rey de Judá, serán llevadas a los príncipes del rey de Babilonia; y ellas mismas dirán: Te han engañado, y han prevalecido contra ti tus amigos; hundieron en el cieno tus pies, se volvieron atrás. 23Sacarán, pues, todas tus esposas y tus hijos a los caldeos, y tú no escaparás de sus manos, sino que por mano del rey de Babilonia serás apresado, y a esta ciudad quemará a fuego. 24Y dijo Sedequías a Jeremías: Que nadie sepa estas palabras, y no morirás. 25Y si los príncipes oyen que yo he hablado contigo, y vienen a ti y te dicen: Decláranos ahora qué hablaste con el rey, no nos lo encubras, y no te mataremos; y dinos también qué te dijo el rey; 26tú les dirás: Supliqué al rey que no me hiciese volver a casa de Jonatán para que no me muriese allí. 27Y vinieron luego todos los príncipes a Jeremías, y le preguntaron: y él les respondió conforme a todo lo que el rey le había mandado. Con esto se alejaron de él, porque el asunto no se había oído. 28Y quedó Jeremías en el patio de la cárcel hasta el día que fue tomada Jerusalén; y [allí] estaba cuando Jerusalén fue tomada." {Jeremías 38}
"1En el noveno año de Sedequías rey de Judá, en el mes décimo, vino Nabucodonosor rey de Babilonia con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron. 2Y en el undécimo año de Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve [días] del mes, fue abierta brecha [en el muro] de la ciudad; 3Y entraron todos los príncipes del rey de Babilonia, y asentaron a la puerta del medio: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim, y Rabsaris, Nergal-sarezer, Rabmag, y todos los demás príncipes del rey de Babilonia. 4Y sucedió que al verlos Sedequías rey de Judá y todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de noche de la ciudad por el camino del huerto del rey, por la puerta entre los dos muros; y el rey salió por el camino del desierto. 5Mas el ejército de los caldeos los siguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y le tomaron, y le hicieron subir a Nabucodonosor rey de Babilonia, a Ribla, en tierra de Hamat, y le sentenció. 6Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías a su presencia en Ribla, haciendo asimismo degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá. 7Y sacó los ojos al [rey] Sedequías, y le aprisionó con grillos para llevarle a Babilonia. 8Y los caldeos prendieron fuego a la casa del rey y a las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén. 9Y al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y a los que se habían adherido a él, con todo el resto del pueblo que había quedado, los trasportó a Babilonia Nabuzaradán, capitán de la guardia. 10Mas Nabuzaradán, capitán de la guardia, hizo quedar en la tierra de Judá a los más pobres del vulgo que no tenían nada, y en ese tiempo les dio viñas y campos. 11Y Nabucodonosor rey de Babilonia había ordenado a Nabuzaradán capitán de la guardia, acerca de Jeremías, diciendo: 12Tómale, y mira por él, y no le hagas mal alguno; sino que harás con él como él te dijere. 13Envió por tanto Nabuzaradán capitán de la guardia, y Nabusazbán, Rabsaris, y Nergal-sarezer, y Rabmag, y todos los príncipes del rey de Babilonia; 14Enviaron entonces, y tomaron a Jeremías del patio de la cárcel, y lo entregaron a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, para que lo sacase a casa: y vivió entre el pueblo. 15Y había venido palabra de Jehová a Jeremías, estando preso en el patio de la cárcel, diciendo: 16Ve, y habla a Ebedmelec etíope, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí yo traigo mis palabras sobre esta ciudad para mal, y no para bien; y se cumplirán en aquel día en presencia tuya. 17Mas en aquel día yo te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en mano de aquellos a quienes tú temes. 18Porque ciertamente te libraré, y no caerás a espada, sino que tu vida te será por despojo, porque pusiste tu confianza en mí, dice Jehová." {Jeremías 39}
"1Palabra que vino a Jeremías de parte de Jehová, después que Nabuzaradán capitán de la guardia le envió desde Ramá, cuando le tomó estando atado con esposas entre todos los que fueron llevados cautivos de Jerusalén y de Judá que fueron desterrados a Babilonia. 2Tomó pues, el capitán de la guardia a Jeremías, y le dijo: Jehová tu Dios habló este mal contra este lugar; 3y Jehová lo ha traído y hecho según lo había dicho; porque pecasteis contra Jehová, y no oísteis su voz, por eso os ha venido esto. 4Y ahora yo te he soltado hoy de las esposas que tenías en tus manos. Si te parece bien venir conmigo a Babilonia, ven, y yo miraré por ti; mas si no te parece bien venir conmigo a Babilonia, déjalo; mira, toda la tierra está delante de ti; ve a donde mejor y más cómodo te pareciere ir. 5Y aún no se había vuelto él, cuando [le dijo]: Vuélvete a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, al cual el rey de Babilonia ha puesto sobre todas las ciudades de Judá, y vive con él en medio del pueblo; o ve a donde te pareciere más cómodo ir. Y el capitán de la guardia le dio provisiones y un presente, y le despidió. 6Se fue entonces Jeremías a Gedalías hijo de Ahicam, a Mizpa, y moró con él en medio del pueblo que había quedado en la tierra. 7Y como oyeron todos los príncipes del ejército que estaba por el campo, ellos y sus hombres, que el rey de Babilonia había puesto a Gedalías hijo de Ahicam sobre la tierra, y que le había encomendado los hombres, y las mujeres, y los niños, y los pobres de la tierra, que no fueron llevados cautivos a Babilonia. 8Vinieron luego a Gedalías en Mizpa, [esto es], Ismael hijo de Netanías, y Johanán y Jonatán hijos de Carea, y Seraías hijo de Tanhumet, y los hijos de Efi netofatita, y Jezanías hijo de un maacatita, ellos y sus hombres. 9Y les juró Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, a ellos y a sus hombres, diciendo: No tengáis temor de servir a los caldeos; habitad en la tierra, y servid al rey de Babilonia, y tendréis bien. 10Y he aquí que yo habito en Mizpa, para estar delante de los caldeos que vendrán a nosotros; mas vosotros, tomad el vino, los frutos del verano y el aceite, y ponedlo en vuestros almacenes, y quedaos en vuestras ciudades que habéis tomado. 11Asimismo todos los judíos que [estaban] en Moab, y entre los hijos de Amón, y en Edom, y los que [estaban] en todas las tierras, cuando oyeron decir como el rey de Babilonia había dejado un remanente en Judá, y que había puesto sobre ellos a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, 12todos estos judíos regresaron entonces de todas las partes adonde habían sido echados, y vinieron a tierra de Judá, a Gedalías en Mizpa; y tomaron vino y muchísima fruta de verano. 13Y Johanán, hijo de Carea, y todos los príncipes de la gente de guerra que estaban en el campo, vinieron a Gedalías en Mizpa, 14y le dijeron: ¿No sabes de cierto como Baalis, rey de los hijos de Amón, ha enviado a Ismael hijo de Netanías, para matarte? Mas Gedalías hijo de Ahicam no los creyó. 15Entonces Johanán hijo de Carea habló a Gedalías en secreto, en Mizpa, diciendo: Yo iré ahora, y heriré a Ismael hijo de Netanías, y ningún hombre lo sabrá: ¿por qué te ha de matar, y todos los judíos que se han reunido a ti se dispersarán, y perecerá el resto de Judá? 16Pero Gedalías hijo de Ahicam dijo a Johanán hijo de Carea: No hagas esto, porque falso es lo que tú dices de Ismael." {Jeremías 40}