Testimonio
20-09-2019
(La Verdadera Clave para La Transformación)

Amados, septiembre 20 del 2019. El Señor me dijo, a eso de las 5:30 de la tarde: "abre la biblioteca electrónica de Elena G de White. Busca las matutinas. No mires. Dale a una y lee lo que allí te mostraré". Así hice, busqué la biblioteca electrónica y, cuando estaba en las matutinas, me di cuenta que ahí estaban todas. Cerré mis ojos. Piqué, toqué una de ellas y, cuando comencé a leer, allí estaba la historia de Esdras. Ese día era septiembre, 10. Y comencé a leer. ¡Qué maravilloso fue aquello de la matutina Conflicto y Valor! (que luego de leer fue que me di cuenta, al dar para atrás, en qué matutina estaba). Y, en ese momento, escuché las palabras del Señor que me dijo: "ahí está la verdadera clave para la transformación. Los entendidos entenderán". {Daisy Escalante: 20-09-2019, es.p1}

Dejo esto con ustedes, hermanos. ¡Es maravilloso cuando nos estamos acercando a las horas sagradas del Señor, porque vemos que, aunque en toda la semana el Señor y el cielo, todos ellos están muy activos en pro de la salvación del ser humano, acercándose las horas sagradas y en las horas sagradas vemos la gran bendición del Señor para cada uno de nosotros! Y, como dijo el Señor: Él está educando un pueblo, Él está educando un retoño. Y cada uno de nosotros debiera aprender, en este día sagrado, las palabras fieles y verdaderas del Señor. Espero que esto sea una bendición para ustedes, al igual que ha sido para todos nosotros. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 20-09-2019, es.p2}

Esdras, estudiante y maestro, 10 de septiembre

Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla. Esdras 7:10. CV 259.1

Nacido entre los descendientes de Aarón, Esdras recibió preparación sacerdotal. Se familiarizó, además, con los escritos de los magos, astrólogos y sabios del reino medo-persa. Pero no estaba satisfecho con su condición espiritual. Anhelaba estar en completa armonía con Dios; deseaba tener sabiduría para cumplir la voluntad divina... {Daisy Escalante: 20-09-2019, es.p3}

Esto le indujo a estudiar diligentemente la historia del pueblo de Dios, según estaba registrada en los escritos de los profetas y reyes. Escudriñó los libros históricos y poéticos de la Biblia, para aprender por qué había permitido el Señor que Jerusalén fuese destruida y su pueblo llevado cautivo a tierra pagana... CV 259.2 {Daisy Escalante: 20-09-2019, es.p4}

Estudió las instrucciones dadas en el monte Sinaí y durante el largo plazo de las peregrinaciones por el desierto. A medida que aprendía cada vez más acerca de cómo Dios había obrado con sus hijos, y comprendía mejor el carácter sagrado de la ley dada en el Sinaí, Esdras sentía que se le conmovía el corazón. Experimentó una conversión nueva y cabal, y resolvió dominar los anales de la historia sagrada, con el fin de utilizar este conocimiento para beneficiar e ilustrar a su pueblo. CV 259.3 {Daisy Escalante: 20-09-2019, es.p5}

Esdras procuró preparar su corazón para la obra que, según creía, le aguardaba. Buscaba fervientemente a Dios, a fin de ser sabio maestro en Israel. Y mientras aprendía a someter su espíritu y su voluntad al dominio divino, se fueron incorporando a su vida los principios de la santificación verdadera, que en años ulteriores ejercieron una influencia moderadora, no sólo en los jóvenes que procuraban sus instrucciones, sino también en todos los que estaban asociados con él... CV 259.4 {Daisy Escalante: 20-09-2019, es.p6}

Llegó a ser Esdras un portavoz de Dios que educaba en los principios que rigen el cielo... Mientras estaba cerca de la corte del rey de Medo-Persia como cuando se hallaba en Jerusalén, su obra principal consistió en enseñar. A medida que comunicaba a otros las verdades que aprendía, aumentaba su propia capacidad para el trabajo. Era hombre piadoso y celoso. Fue delante del mundo un testimonio del poder que tiene la verdad bíblica para ennoblecer la vida diaria. La Historia de Profetas y Reyes, 446-448. Ezequiel 42-44 CV 259.5 {Daisy Escalante: 20-09-2019, es.p7}

"10Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová, y para hacer y enseñar a Israel mandamientos y juicios." {Esdras 7:10}

"1Me sacó luego al atrio de afuera hacia el norte, y me llevó a la cámara que [estaba] delante del área reservada que [quedaba] enfrente del edificio, hacia el norte. 2Por delante de la puerta del norte su longitud [era] de cien codos, y la anchura de cincuenta codos. 3Frente a los veinte codos que [había] en el atrio de adentro, y enfrente del enlosado que [había] en el atrio exterior, [estaban] las cámaras, las unas enfrente de las otras en tres [pisos]. 4Y delante de las cámaras [había] un corredor de diez codos de ancho hacia adentro, con una vía de un codo; y sus puertas [daban] hacia el norte. 5Y las cámaras más altas [eran] más estrechas; porque las galerías quitaban de ellas más que de las bajas y de las de en medio del edificio. 6Porque [estaban] en tres [pisos], y no tenían columnas como las columnas de los atrios: por tanto, eran más estrechas que las de abajo y las del medio desde el suelo. 7Y el muro que [estaba] afuera enfrente de las cámaras, hacia el atrio exterior enfrente de las cámaras, [tenía] cincuenta codos de largo. 8Porque la longitud de las cámaras del atrio de afuera [era] de cincuenta codos; y delante de la fachada del templo [había] cien codos. 9Y debajo de las cámaras [estaba] la entrada al lado oriental, para entrar en él desde el atrio de afuera. 10A lo largo del muro del atrio, hacia el oriente, enfrente del área reservada, y delante del edificio, [había] cámaras. 11Y el corredor que [había] delante de ellas [era] semejante al de las cámaras que [estaban] hacia el norte, conforme a su longitud, asimismo su anchura, y todas sus salidas; conforme a sus puertas, y conforme a sus entradas. 12Y conforme a las puertas de las cámaras que [estaban] hacia el sur, [había] una puerta al comienzo del corredor, del corredor frente al muro hacia el oriente a los que entran. 13Y me dijo: Las cámaras del norte [y] las del sur, que [están] delante del área reservada, son cámaras santas, en las cuales los sacerdotes que se acercan a Jehová comerán las cosas santísimas; allí pondrán las ofrendas santas, el presente, y la expiación, y el sacrificio por el pecado; porque el lugar [es] santo. 14Cuando los sacerdotes entren, no saldrán del [lugar] santo al atrio de afuera, sino que allí dejarán sus vestimentas con que ministran, porque [son] santas; y se vestirán otras vestiduras, y así se acercarán a lo que es del pueblo. 15Y luego que acabó las medidas de la casa de adentro, me sacó por el camino de la puerta que miraba hacia el oriente, y lo midió todo alrededor. 16Midió el lado oriental con la caña de medir, quinientas cañas de la caña de medir en derredor. 17Midió al lado del norte, quinientas cañas de la caña de medir alrededor. 18Midió al lado del sur, quinientas cañas de la caña de medir. 19Rodeó al lado del occidente, [y] midió quinientas cañas de la caña de medir. 20A los cuatro lados lo midió; tenía un muro todo alrededor de quinientas [cañas] de longitud, y quinientas cañas de anchura, para hacer separación entre el santuario y el lugar profano." {Ezequiel 42}

"1Luego me llevó a la puerta, a la puerta que mira hacia el oriente; 2y he aquí la gloria del Dios de Israel, que venía del oriente; y su voz [era] como el sonido de muchas aguas, y la tierra resplandecía a causa de su gloria. 3Y el aspecto de la visión que vi [era] como aquella visión que vi cuando vine para destruir la ciudad; y las visiones [eran] como la visión que vi junto al río de Quebar; y caí sobre mi rostro. 4Y la gloria de Jehová entró en la casa por la vía de la puerta que daba hacia el oriente. 5Y me alzó el Espíritu, y me metió en el atrio de adentro; y he aquí que la gloria de Jehová llenó la casa. 6Y oí [a uno] que me hablaba desde la casa; y el varón estaba junto a mí, 7y me dijo: Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono, y el lugar de las plantas de mis pies, en el cual habitaré en medio de los hijos de Israel para siempre; y nunca más profanará la casa de Israel mi santo nombre, [ni] ellos ni sus reyes, con sus fornicaciones, ni con los cuerpos muertos de sus reyes en sus lugares altos. 8Porque al poner ellos su umbral junto a mi umbral, y su poste junto a mi poste, y [sólo] una pared entre ellos y yo, así han contaminado mi santo nombre con las abominaciones que han hecho; por tanto los consumí en mi furor. 9Ahora, que echen lejos de mí su fornicación, y los cuerpos muertos de sus reyes, y habitaré en medio de ellos para siempre. 10Tú, hijo de hombre, muestra a la casa de Israel esta casa, y avergüéncense de sus pecados, y midan el diseño de ella. 11Y si se avergonzaren de todo lo que han hecho, hazles entender la forma de la casa, y su diseño, y sus salidas y sus entradas, y todas sus formas, y todas sus descripciones, y todas sus configuraciones, y todas sus leyes; y descríbelo delante de sus ojos, para que guarden toda su forma, y todas sus reglas, y las pongan por obra. 12Ésta [es] la ley de la casa: Sobre la cumbre del monte, todo su término alrededor [será] santísimo. He aquí que ésta [es] la ley de la casa. 13Y éstas [son] las medidas del altar por codos ([cada] codo de un codo y un palmo menor). La base, de un codo, y de un codo el ancho; y su remate por su borde alrededor, de un palmo menor. Éste [será] el podio del altar. 14Y desde la base de [sobre] el suelo hasta el lugar de abajo, dos codos, y la anchura de un codo; y desde el lugar menor hasta el lugar mayor, cuatro codos, y la anchura de un codo. 15Y el altar, de cuatro codos, y encima del altar, cuatro cuernos. 16Y el altar tenía doce codos de largo, y doce de ancho, cuadrado a sus cuatro lados. 17Y el área, de catorce [codos] de longitud y catorce de anchura en sus cuatro lados, y de medio codo el borde alrededor; y la base de un codo por todos lados; y sus gradas estaban al oriente. 18Y me dijo: Hijo de hombre, así dice Jehová el Señor: Éstas [son] las ordenanzas del altar el día en que sea hecho, para ofrecer sobre él holocausto, y para esparcir sobre él sangre. 19A los sacerdotes levitas que son del linaje de Sadoc, que se acercan a mí para ministrarme, dice Jehová el Señor, darás un becerro de la vacada para expiación. 20Y tomarás de su sangre, y pondrás en los cuatro cuernos del altar, y en las cuatro esquinas del descanso, y en el borde alrededor; así lo limpiarás y purificarás. 21Tomarás luego el becerro de la expiación, y lo quemarás conforme a la ley de la casa, fuera del santuario. 22Y al segundo día ofrecerás un macho cabrío sin defecto, para expiación; y purificarán el altar como [lo] purificaron con el becerro. 23Cuando acabes de expiar, ofrecerás un becerro de la vacada sin defecto, y un carnero sin tacha de la manada: 24Y los ofrecerás delante de Jehová, y los sacerdotes echarán sal sobre ellos y los ofrecerán en holocausto a Jehová. 25Por siete días sacrificarán un macho cabrío cada día en expiación; asimismo sacrificarán el becerro de la vacada y un carnero sin defecto del rebaño. 26Por siete días harán expiación por el altar, y lo limpiarán, y así se consagrarán. 27Y acabados estos días, del octavo día en adelante, los sacerdotes sacrificarán sobre el altar vuestros holocaustos y vuestras ofrendas de paz; y me seréis aceptos, dice Jehová el Señor." {Ezequiel 43}

"1Y me hizo volver hacia la puerta de afuera del santuario, la cual mira hacia el oriente; y [estaba] cerrada. 2Y me dijo Jehová: Esta puerta estará cerrada; no se abrirá, ni entrará por ella hombre, porque Jehová Dios de Israel entró por ella; por tanto permanecerá cerrada. 3[Es] para el príncipe; el príncipe, él se sentará en ella para comer pan delante de Jehová; por el camino del vestíbulo de la puerta entrará, y por el mismo camino saldrá. 4Y me llevó hacia la puerta del norte por delante de la casa, y miré, y he aquí, la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová; y caí sobre mi rostro. 5Y me dijo Jehová: Hijo de hombre, pon tu corazón, y mira con tus ojos, y oye con tus oídos todo lo que yo hablo contigo sobre todas las ordenanzas de la casa de Jehová, y todas sus leyes; y pon tu corazón a las entradas de la casa, y a todas las salidas del santuario. 6Y dirás a los rebeldes, a la casa de Israel: Así dice Jehová el Señor: ¡Ya basta de todas vuestras abominaciones, oh casa de Israel! 7De traer extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne, para estar en mi santuario, y para contaminar mi casa; de ofrecer mi pan, la grosura y la sangre; y de invalidar mi pacto con todas vuestras abominaciones. 8Y no habéis guardado las ordenanzas de mis cosas santas, sino que habéis puesto [extranjeros como] guardas de mis ordenanzas en mi santuario. 9Así dice Jehová el Señor: Ningún hijo de extranjero, incircunciso de corazón e incircunciso de carne, entrará en mi santuario, de todos los hijos de extranjeros que [están] entre los hijos de Israel. 10Y los levitas que se apartaron lejos de mí cuando Israel se descarrió, el cual se alejó de mí, yendo en pos de sus ídolos, llevarán su iniquidad. 11Y serán ministros en mi santuario, porteros a las puertas de la casa, y sirvientes en la casa; ellos matarán el holocausto y la víctima para el pueblo, y estarán delante de ellos para servirles. 12Por cuanto les sirvieron delante de sus ídolos, y fueron a la casa de Israel por tropezadero de maldad; por tanto, he alzado mi mano contra ellos, y llevarán su iniquidad, dice Jehová el Señor. 13No se acercarán a mí para servirme como sacerdotes, ni se acercarán a ninguna de mis cosas santas en el [lugar] santísimo; sino que llevarán su vergüenza, y las abominaciones que hicieron. 14Los pondré, pues, por guardas de las ordenanzas del templo para todo su servicio, y para todo lo que en él hubiere de hacerse. 15Mas los sacerdotes levitas, hijos de Sadoc, que guardaron el ordenamiento de mi santuario, cuando los hijos de Israel se desviaron de mí, ellos se acercarán a mí para ministrarme, y estarán delante de mí para ofrecerme la grosura y la sangre, dice Jehová el Señor. 16Ellos entrarán en mi santuario, y se acercarán a mi mesa para servirme, y guardarán mis ordenanzas. 17Y será [que] cuando entraren por las puertas del atrio interior, se vestirán de vestiduras de lino; no llevarán sobre ellos lana, cuando ministraren en las puertas del atrio de adentro y en el templo. 18Mitras de lino tendrán sobre sus cabezas, y calzoncillos de lino en sus lomos; no se ceñirán nada que los haga sudar. 19Y cuando salgan al atrio exterior, al atrio de afuera, al pueblo, se despojarán de sus vestiduras con que ministraron, y las dejarán en las cámaras del santuario, y se vestirán de otras vestimentas; para no santificar al pueblo con sus vestiduras. 20Y no raparán su cabeza, ni dejarán crecer su cabello; sólo se recortarán el pelo de su cabeza. 21Y ninguno de los sacerdotes beberá vino cuando haya de entrar en el atrio interior. 22Ni viuda ni repudiada tomarán por esposa; sino que tomarán vírgenes del linaje de la casa de Israel, o viuda que fuere viuda de sacerdote. 23Y enseñarán a mi pueblo a [hacer diferencia] entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio. 24Y en el pleito ellos estarán para juzgar; conforme a mis derechos juzgarán; y mis leyes y mis decretos guardarán en todas mis fiestas solemnes, y santificarán mis sábados. 25Y a hombre muerto no entrarán para contaminarse; mas por padre, o madre, o hijo, o hija, hermano o hermana que no haya tenido marido, sí podrán contaminarse. 26Y después de su purificación, le contarán siete días. 27Y el día que entrare al santuario, al atrio de adentro, para ministrar en el santuario, ofrecerá su expiación, dice Jehová el Señor. 28Y será a ellos por heredad; Yo seré su heredad; y no les daréis posesión en Israel: Yo soy su posesión. 29Comerán la ofrenda y la expiación y el sacrificio por el pecado; y toda cosa consagrada en Israel, será de ellos. 30Y las primicias de todos los primeros frutos de todo, y toda ofrenda de todo lo que se ofreciere de todas vuestras ofrendas, será de los sacerdotes; daréis asimismo las primicias de todas vuestras masas al sacerdote, para que haga reposar la bendición en vuestras casas. 31Ninguna cosa mortecina, ni desgarrada, así de aves como de animales, comerán los sacerdotes." {Ezequiel 44}