Testimonio
18-10-2019
(Textos Revelados, rv1602p)

"8Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad vuestras manos; y vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones." {Santiago 4:8}

"9más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora además, prisionero de Jesucristo." {Filemón 1:9}

"7Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, por los corzos y por las ciervas del campo, que no despertéis ni hagáis velar al amor hasta que quiera." {Cantares 2:7}

"9Por tanto yo volveré, y tomaré mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino [que le había dado] para cubrir su desnudez." {Oseas 2:9}

"4Y sucedió que, cuando yo oí estas palabras, me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios del cielo." {Nehemías 1:4}

"8Por lo cual, aunque tengo mucha resolución en Cristo para mandarte lo que conviene," {Filemón 1:8}

"9Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía; has prendido mi corazón con uno de tus ojos, con una gargantilla de tu cuello." {Cantares 4:9}

"9Porque he aquí yo alzo mi mano sobre ellos, y serán despojo a sus siervos, y sabréis que Jehová de los ejércitos me ha enviado." {Zacarías 2:9}

"1Oíd, hijos, la instrucción de un padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura. 2Porque os doy buena enseñanza; no desamparéis mi ley. 3Porque yo fui hijo para mi padre, delicado y único a los ojos de mi madre. 4Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis palabras, guarda mis mandamientos, y vivirás. 5Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca: 6No la dejes, y ella te guardará; ámala, y ella te conservará. 7Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y con toda tu posesión adquiere inteligencia. 8Engrandécela, y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hubieres abrazado. 9Adorno de gracia dará a tu cabeza; corona de hermosura te entregará. 10Oye, hijo mío, y recibe mis razones, y se te multiplicarán años de vida. 11Por el camino de la sabiduría te he encaminado, y por veredas derechas te he hecho andar. 12Cuando anduvieres no se estrecharán tus pasos; y si corrieres, no tropezarás. 13Retén la instrucción, no la dejes; guárdala, porque ella es tu vida. 14No entres en la senda de los impíos, ni vayas por el camino de los malos. 15Déjala, no pases por ella; apártate de ella, sigue adelante. 16Porque no duermen ellos, si no han hecho mal, y pierden su sueño, si no han hecho caer [a alguno]. 17Porque comen pan de maldad, y beben vino de violencia. 18Mas la senda de los justos [es] como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto. 19El camino de los impíos es como la oscuridad; no saben en qué tropiezan. 20Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. 21No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón. 22Porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo. 23Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; porque de él mana la vida. 24Aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti los labios inicuos. 25Tus ojos miren lo recto, y tus párpados vean derecho delante de ti. 26Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean ordenados. 27No te apartes a derecha, ni a izquierda; aparta tu pie del mal." {Proverbios 4}

"1Porque, hermanos, vosotros mismos sabéis que nuestra entrada a vosotros no fue en vano; 2pues aun habiendo antes padecido y sido afrentados en Filipos, como sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios para anunciaros el evangelio de Dios en medio de gran oposición. 3Porque nuestra exhortación no fue de error ni de impureza, ni por engaño; 4sino según fuimos aprobados por Dios para que se nos encargase el evangelio, así hablamos; no como los que agradan a los hombres, sino a Dios, el cual prueba nuestros corazones. 5Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis; ni encubrimos avaricia; Dios es testigo; 6ni buscamos gloria de los hombres, ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo. 7Antes fuimos tiernos entre vosotros, como nodriza que trata con ternura a sus hijos: 8Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino aun nuestras almas; porque nos erais muy amados. 9Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; que trabajando noche y día, para no ser carga a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios. 10Vosotros sois testigos, y [también] Dios, de cuán santa y justa e irreprensiblemente nos condujimos con vosotros que creísteis; 11así como sabéis de qué manera exhortábamos y confortábamos a cada uno de vosotros, como el padre a sus hijos, 12y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria. 13Por lo cual nosotros también sin cesar damos gracias a Dios, porque cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino como es en verdad, la palabra de Dios, la cual también obra eficazmente en vosotros los que creéis. 14Porque vosotros, hermanos, habéis seguido el ejemplo de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea; pues vosotros también habéis padecido las mismas cosas de los de vuestra propia nación, como también ellos de los judíos; 15los cuales mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos han perseguido; y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres; 16impidiéndonos hablar a los gentiles para que éstos sean salvos; colmando siempre la medida de sus pecados, pues vino sobre ellos la ira hasta el extremo. 17Mas nosotros, hermanos, separados de vosotros por un poco de tiempo, de vista, no de corazón, tanto más procuramos con mucho deseo ver vuestro rostro. 18Por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo a la verdad, una y otra vez; mas Satanás nos estorbó. 19Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de gloria? ¿No [lo sois], pues, vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo en su venida? 20Porque vosotros sois nuestra gloria, y gozo." {1 Tesalonicenses 2}

"1Y éstos [son] los hijos de la provincia que subieron de la cautividad, de los desterrados que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado cautivos a Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad; 2los cuales vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Seraías, Reelaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvai, Rehum y Baana. La cuenta de los varones del pueblo de Israel: 3Los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos. 4Los hijos de Sefatías, trescientos setenta y dos. 5Los hijos de Ara, setecientos setenta y cinco. 6Los hijos de Pahat-moab, de los hijos de Jesúa y de Joab, dos mil ochocientos doce. 7Los hijos de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro. 8Los hijos de Zatu, novecientos cuarenta y cinco. 9Los hijos de Zacai, setecientos sesenta. 10Los hijos de Bani, seiscientos cuarenta y dos. 11Los hijos de Bebai, seiscientos veintitrés. 12Los hijos de Azgad, mil doscientos veintidós. 13Los hijos de Adonicam, seiscientos sesenta y seis. 14Los hijos de Bigvai, dos mil cincuenta y seis. 15Los hijos de Adín, cuatrocientos cincuenta y cuatro. 16Los hijos de Ater, de Ezequías, noventa y ocho. 17Los hijos de Besai, trescientos veintitrés. 18Los hijos de Jora, ciento doce. 19Los hijos de Hasum, doscientos veintitrés. 20Los hijos de Gibar, noventa y cinco. 21Los hijos de Belén, ciento veintitrés; 22Los varones de Netofa, cincuenta y seis. 23Los varones de Anatot, ciento veintiocho. 24Los hijos de Azmavet, cuarenta y dos. 25Los hijos de Quiriat-jearim, Cefira, y Beerot, setecientos cuarenta y tres. 26Los hijos de Ramá y Geba, seiscientos veintiuno. 27Los varones de Micmas, ciento veintidós. 28Los varones de Betel y Hai, doscientos veintitrés. 29Los hijos de Nebo, cincuenta y dos. 30Los hijos de Magbis, ciento cincuenta y seis. 31Los hijos del otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro. 32Los hijos de Harim, trescientos veinte. 33Los hijos de Lod, Hadid, y Ono, setecientos veinticinco. 34Los hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco. 35Los hijos de Senaa, tres mil seiscientos treinta. 36Los sacerdotes; los hijos de Jedaías, de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres. 37Los hijos de Imer, mil cincuenta y dos. 38Los hijos de Pasur, mil doscientos cuarenta y siete. 39Los hijos de Harim, mil diecisiete. 40Los levitas: los hijos de Jesúa y de Cadmiel, de los hijos de Odavías, setenta y cuatro. 41Los cantores; los hijos de Asaf, ciento veintiocho. 42Los hijos de los porteros: los hijos de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Acub, los hijos de Hatita, los hijos de Sobai; por todos, ciento treinta y nueve. 43Los sirvientes del templo; los hijos de Siha, los hijos de Hasufa, los hijos de Tabaot, 44los hijos de Queros, los hijos de Siaha, los hijos de Padón; 45los hijos de Lebana, los hijos de Hagaba, los hijos de Acub. 46Los hijos de Hagab, los hijos de Samlai, los hijos de Hanán. 47Los hijos de Gidel, los hijos de Gahar, los hijos de Reaías. 48Los hijos de Rezín, los hijos de Necoda, los hijos de Gazam. 49Los hijos de Uza, los hijos de Pasea, los hijos de Besai. 50Los hijos de Asná, los hijos de Meunim, los hijos de Nefusim. 51Los hijos de Bacbuc, los hijos de Hacufa, los hijos de Harhur. 52Los hijos de Bazlut, los hijos de Mehída, los hijos de Harsa. 53Los hijos de Barcos, los hijos de Sísara, los hijos de Tema. 54Los hijos de Nesía, los hijos de Hatifa. 55Los hijos de los siervos de Salomón; los hijos de Sotai, los hijos de Soferet, los hijos de Peruda. 56Los hijos de Jaala, los hijos de Darcón, los hijos de Gidel. 57Los hijos de Sefatías, los hijos de Hatil, los hijos de Poqueret-hazebaim, los hijos de Ami. 58Todos los sirvientes del templo, e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos. 59Y éstos fueron los que subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Adán, e Imer, los cuales no pudieron demostrar la casa de sus padres, ni su linaje, si eran de Israel. 60Los hijos de Delaías, los hijos de Tobías, los hijos de Necoda, seiscientos cincuenta y dos. 61Y de los hijos de los sacerdotes: los hijos de Habaías, los hijos de Cos, los hijos de Barzilai, el cual tomó esposa de las hijas de Barzilai galaadita, y fue llamado del nombre de ellas. 62Éstos buscaron su registro de genealogías, y no fue hallado; y fueron excluidos del sacerdocio. 63Y el Tirsata les dijo que no comiesen de las cosas más santas, hasta que hubiese sacerdote con Urim y Tumim. 64Toda la congregación, unida como un solo hombre, [era de] cuarenta y dos mil trescientos sesenta, 65además de sus siervos y siervas, los cuales [eran] siete mil trescientos treinta y siete: y tenían doscientos cantores y cantoras. 66Sus caballos eran setecientos treinta y seis; sus mulos, doscientos cuarenta y cinco; 67sus camellos, cuatrocientos treinta y cinco; asnos, seis mil setecientos veinte. 68Y algunos de los jefes de los padres, cuando vinieron a la casa de Jehová la cual estaba en Jerusalén, ofrendaron voluntariamente para la casa de Dios, para levantarla en su mismo lugar. 69Según sus fuerzas dieron al tesorero de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, y cinco mil libras de plata, y cien túnicas sacerdotales. 70Y habitaron los sacerdotes, y los levitas, y los del pueblo, y los cantores, y los porteros y los servidores del templo, en sus ciudades; y todo Israel en sus ciudades." {Esdras 2}

"1Y cuando llegó el mes séptimo, y los hijos de Israel [estaban ya] en las ciudades, se reunió el pueblo como un solo hombre en Jerusalén. 2Entonces se levantó Jesúa hijo de Josadac, y sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel hijo de Salatiel, y sus hermanos, y edificaron el altar del Dios de Israel, para ofrecer sobre él holocaustos como [está] escrito en la ley de Moisés varón de Dios. 3Y asentaron el altar sobre sus bases, aunque tenían miedo de los pueblos de las tierras; y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, holocaustos a la mañana y a la tarde. 4Celebraron también la fiesta de los tabernáculos, como está escrito, y holocaustos cada día por cuenta, conforme a lo establecido para cada día; 5y a más de esto, el holocausto continuo, y las nuevas lunas, y todas las fiestas santificadas de Jehová, y todo sacrificio espontáneo, toda ofrenda voluntaria a Jehová. 6Desde el primer día del mes séptimo comenzaron a ofrecer holocaustos a Jehová; pero los cimientos del templo de Jehová no se habían echado [todavía]. 7Y dieron dinero a los albañiles y carpinteros; asimismo comida y bebida y aceite a los sidonios y tirios, para que trajesen madera de cedro del Líbano por mar a Jope, conforme a la voluntad de Ciro rey de Persia acerca de esto. 8Y en el año segundo de su venida a la casa de Dios en Jerusalén, en el mes segundo, comenzaron Zorobabel hijo de Salatiel, y Jesúa hijo de Josadac, y los otros sus hermanos, los sacerdotes y los levitas, y todos los que habían venido de la cautividad a Jerusalén; y pusieron a los levitas de veinte años arriba para que tuviesen cargo de la obra de la casa de Jehová. 9Jesúa también, sus hijos y sus hermanos, Cadmiel y sus hijos, hijos de Judá, como un solo hombre asistían para dar prisa a los que hacían la obra en la casa de Dios: los hijos de Henadad, sus hijos y sus hermanos los levitas. 10Y cuando los albañiles del templo de Jehová echaban los cimientos, pusieron a los sacerdotes vestidos de sus ropas, con trompetas, y a los levitas hijos de Asaf con címbalos, para que alabasen a Jehová, según la ordenanza de David rey de Israel. 11Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y decían: Porque Él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con gran júbilo, alabando a Jehová, porque se echaban los cimientos de la casa de Jehová. 12Y muchos de los sacerdotes y de los levitas y de los jefes de los padres, ancianos que habían visto la primera casa, al ver que se echaban los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría. 13Y no podía discernir el pueblo el clamor de los gritos de alegría, de la voz del lloro del pueblo; porque clamaba el pueblo con gran júbilo, y se oía el ruido hasta de lejos." {Esdras 3}

"1Pablo, siervo de Dios, y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad, 2en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no puede mentir, prometió desde antes del principio de los siglos, 3y manifestó a sus tiempos su palabra por medio de la predicación que me es encomendada por mandamiento de Dios nuestro Salvador, 4a Tito, [mi] verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador. 5Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y ordenases ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; 6el que fuere irreprensible, marido de una esposa, que tenga hijos fieles, que no estén acusados de disolución, o rebeldía. 7Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no arrogante, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas; 8sino hospitalario, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, templado; 9retenedor de la palabra fiel como le ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana doctrina, y convencer a los que contradicen. 10Porque hay muchos contumaces, y habladores de vanidad y engañadores, mayormente los que son de la circuncisión, 11a los cuales es preciso tapar la boca, que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene. 12[Aun] uno de ellos; su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, vientres perezosos. 13Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe, 14no atendiendo a fábulas judaicas, y a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad. 15Todas las cosas [son] puras para los puros; mas para los corrompidos e incrédulos nada [es] puro; pues aun su mente y su conciencia están corrompidas. 16Profesan conocer a Dios, mas con [sus] hechos [lo] niegan; siendo abominables y rebeldes, y reprobados para toda buena obra." {Tito 1}

"1Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. 2Y después que hubo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. 3Y vino a Él el tentador, y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. 4Pero Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. 5Entonces el diablo lo llevó a la santa ciudad, y lo puso sobre el pináculo del templo, 6y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en [sus] manos te sostendrán para que no tropieces con tu pie en piedra. 7Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. 8Otra vez el diablo lo llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo, y la gloria de ellos, 9y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. 10Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a Él sólo servirás. 11Entonces el diablo le dejó, y he aquí, ángeles vinieron y le servían. 12Y cuando Jesús oyó que Juan había sido encarcelado, se fue a Galilea; 13y dejando Nazaret, vino y habitó en Capernaúm, ciudad marítima, en los confines de Zabulón y Neftalí; 14para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, que dijo: 15Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; 16El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz: Y a los asentados en región y sombra de muerte, luz les resplandeció. 17Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. 18Y andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19Y les dijo: Venid en pos de mí, y yo os haré pescadores de hombres. 20Ellos entonces, dejando luego las redes, le siguieron. 21Y pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo [hijo] de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. 22Y ellos, dejando luego la barca y a su padre, le siguieron. 23Y recorría Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 24Y corrió su fama por toda Siria. Y le traían a todos los enfermos que eran tomados de diversas enfermedades y tormentos; los endemoniados, los lunáticos y los paralíticos; y los sanaba. 25Y le seguían grandes multitudes de Galilea, [de] Decápolis, [de] Jerusalén, [de] Judea y [del] otro lado del Jordán." {Mateo 4}

"1Y éstas son las generaciones de Aarón y de Moisés, desde que Jehová habló a Moisés en el monte de Sinaí. 2Y éstos son los nombres de los hijos de Aarón: Nadab el primogénito, y Abiú, Eleazar, e Itamar. 3Éstos son los nombres de los hijos de Aarón, sacerdotes ungidos; cuyas manos él consagró para administrar el sacerdocio. 4Mas Nadab y Abiú murieron delante de Jehová, cuando ofrecieron fuego extraño delante de Jehová, en el desierto de Sinaí: y no tuvieron hijos: y Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio delante de Aarón su padre. 5Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 6Haz llegar a la tribu de Leví, y hazla estar delante del sacerdote Aarón, para que le ministren; 7y desempeñen su cargo, y el cargo de toda la congregación delante del tabernáculo de la congregación, para servir en el ministerio del tabernáculo; 8y guarden todos los utensilios del tabernáculo de la congregación, y lo encargado a ellos de los hijos de Israel, y ministren en el servicio del tabernáculo. 9Y darás los levitas a Aarón y a sus hijos; le son enteramente dados de entre los hijos de Israel. 10Y constituirás a Aarón y a sus hijos, para que ejerzan su sacerdocio: y el extraño que se llegare, morirá. 11Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 12Y he aquí yo he tomado a los levitas de entre los hijos de Israel en lugar de todos los primogénitos que abren la matriz entre los hijos de Israel; serán, pues, míos los levitas. 13Porque mío es todo primogénito; desde el día que yo maté todos los primogénitos en la tierra de Egipto, yo santifiqué a mí todos los primogénitos en Israel, así de hombres como de animales; míos serán: Yo Jehová. 14Y Jehová habló a Moisés en el desierto de Sinaí, diciendo: 15Cuenta los hijos de Leví por las casas de sus padres, por sus familias: contarás a todos los varones de un mes para arriba. 16Y Moisés los contó conforme a la palabra de Jehová, como le fue mandado. 17Y los hijos de Leví fueron estos por sus nombres: Gersón, y Coat, y Merari. 18Y los nombres de los hijos de Gersón, por sus familias, estos: Libni, y Simeí. 19Y los hijos de Coat, por sus familias: Amram, e Izhar, y Hebrón, y Uziel. 20Y los hijos de Merari, por sus familias: Mahali, y Musi. Éstas, las familias de Leví, por las casas de sus padres. 21De Gersón, la familia de Libni y la de Simeí; éstas son las familias de Gersón. 22Los contados de ellos conforme a la cuenta de todos los varones de un mes para arriba, los contados de ellos, siete mil quinientos. 23Las familias de Gersón asentarán sus tiendas a espaldas del tabernáculo, al occidente; 24y el jefe de la casa del padre de los gersonitas, Eliasaf hijo de Lael. 25A cargo de los hijos de Gersón, en el tabernáculo de la congregación, estará el tabernáculo, y la tienda, y su cubierta, y la cortina de la puerta del tabernáculo de la congregación, 26y las cortinas del atrio, y la cortina de la puerta del atrio, que está junto al tabernáculo y junto al altar alrededor; asimismo sus cuerdas para todo su servicio. 27Y de Coat, la familia de los amramitas, y la familia de los izharitas, y la familia de los hebronitas, y la familia de los uzielitas; éstas son las familias coatitas. 28Por la cuenta de todos los varones de un mes para arriba, eran ocho mil seiscientos, que tenían la guarda del santuario. 29Las familias de los hijos de Coat acamparán al lado del tabernáculo, hacia el sur; 30y el jefe de la casa del padre de las familias de Coat, Elizafán hijo de Uziel. 31Y a cargo de ellos estará el arca, y la mesa, y el candelero, y los altares, y los vasos del santuario con que ministran, y el velo, con todo su servicio. 32Y el principal de los jefes de los levitas [será] Eleazar, hijo de Aarón el sacerdote, encargado de los que tienen la guarda del santuario. 33De Merari, la familia de los mahalitas y la familia de los musitas; éstas son las familias de Merari. 34Y los contados de ellos conforme a la cuenta de todos los varones de un mes para arriba, fueron seis mil doscientos. 35Y el jefe de la casa del padre de las familias de Merari, Suriel hijo de Abihail: acamparán al lado del tabernáculo, al norte. 36Y a cargo de los hijos de Merari estará la custodia de las tablas del tabernáculo, y sus vigas, y sus columnas, y sus bases, y todos sus enseres, con todo su servicio: 37Y las columnas en derredor del atrio, y sus bases, y sus estacas, y sus cuerdas. 38Y los que acamparán delante del tabernáculo al oriente, delante del tabernáculo de la congregación al este, serán Moisés, y Aarón y sus hijos, teniendo la guarda del santuario en lugar de los hijos de Israel: y el extraño que se acercare, morirá. 39Todos los contados de los levitas, que Moisés y Aarón conforme a la palabra de Jehová contaron por sus familias, todos los varones de un mes para arriba, fueron veintidós mil. 40Y Jehová dijo a Moisés: Cuenta todos los primogénitos varones de los hijos de Israel de un mes arriba, y toma la cuenta de los nombres de ellos. 41Y tomarás los levitas para mí, yo Jehová, en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel: y los animales de los levitas en lugar de todos los primogénitos de los animales de los hijos de Israel. 42Y contó Moisés, como Jehová le mandó, todos los primogénitos de los hijos de Israel. 43Y todos los primogénitos varones, conforme a la cuenta de los nombres, de un mes para arriba, los contados de ellos fueron veintidós mil doscientos setenta y tres. 44Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 45Toma los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel, y los animales de los levitas en lugar de sus animales; y los levitas serán míos: Yo Jehová. 46Y para el rescate de los doscientos setenta y tres de los primogénitos de los hijos de Israel, que exceden a los levitas; 47Tomarás cinco siclos por cabeza; conforme al siclo del santuario tomarás; el siclo tiene veinte geras: 48y darás a Aarón y a sus hijos el dinero del rescate de los que exceden. 49Tomó, pues, Moisés el dinero del rescate de los que excedían [el número] de los redimidos por los levitas, 50y recibió de los primogénitos de los hijos de Israel en dinero, mil trescientos sesenta y cinco [siclos], conforme al siclo del santuario. 51Y Moisés dio el dinero del rescate a Aarón y a sus hijos, conforme a la palabra de Jehová, tal como Jehová había mandado a Moisés." {Números 3}

"1Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, 2por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 3Y no sólo [esto], sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado. 6Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7Porque apenas morirá alguno por un justo; con todo pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8Mas Dios encarece su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9Mucho más ahora, estando ya justificados en su sangre, por Él seremos salvos de la ira. 10Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo; mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11Y no sólo [esto], sino que también nos gloriamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación. 12Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 13Porque antes de la ley, el pecado estaba en el mundo; pero no se imputa pecado no habiendo ley. 14No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán; el cual es figura del que había de venir. 15Así también fue el don, mas no como el pecado. Porque si por el pecado de uno muchos murieron, mucho más la gracia de Dios abundó para muchos, y el don de gracia por un hombre, Jesucristo. 16Y el don, no [fue] como por uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino por uno para condenación, mas el don [es] de muchos pecados para justificación. 17Porque si por un pecado reinó la muerte, por uno; mucho más los que reciben la gracia abundante y el don de la justicia reinarán en vida por uno, Jesucristo. 18Así que, como por el pecado de uno [vino] la condenación a todos los hombres, así también, por la justicia de uno, [vino la gracia] a todos los hombres para justificación de vida. 19Porque como por la desobediencia de un hombre muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, muchos serán constituidos justos. 20Y la ley entró para que el pecado abundase; pero cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; 21para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna, por Jesucristo, nuestro Señor." {Romanos 5}

"1Hermanos, ciertamente el deseo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para su salvación. 2Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. 3Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer su propia justicia, no se han sujetado a la justicia de Dios. 4Porque el fin de la ley [es] Cristo, para justicia a todo aquel que cree. 5Porque Moisés describe la justicia que es por la ley: El hombre que hiciere aquellas cosas, vivirá por ellas. 6Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo.) 7O, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para volver a subir a Cristo de los muertos.) 8Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Ésta es la palabra de fe la cual predicamos: 9Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10Porque con el corazón se cree para justicia, mas con la boca se hace confesión para salvación. 11Porque la Escritura dice: Todo aquel que en Él creyere, no será avergonzado. 12Porque no hay diferencia entre judío y griego; porque el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan. 13Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. 14¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio de la paz, que predican el evangelio de los bienes! 16Mas no todos obedecieron al evangelio, pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? 17Así que la fe [viene] por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. 18Mas digo: ¿No han oído? Antes bien, por toda la tierra ha salido la voz de ellos, y sus palabras hasta los confines de la tierra. 19Mas digo: ¿No lo sabe Israel? Primeramente Moisés dice: Yo os provocaré a celos con [los que] no [son mi] pueblo; Con gente insensata os provocaré a ira. 20También Isaías dice osadamente: Fui hallado de los que no me buscaban; me manifesté a los que no preguntaban por mí. 21Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor." {Romanos 10}

"1Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2Poned vuestra mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4Cuando Cristo, nuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con Él en gloria. 5Haced morir, pues, vuestros miembros que están en la tierra; fornicación, impureza, pasiones desordenadas, mala concupiscencia y avaricia, que es idolatría; 6cosas por las cuales viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia; 7en las cuales también vosotros anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. 8Mas ahora dejad también vosotros todas estas cosas; ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras sucias de vuestra boca. 9No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos; 10y vestíos del nuevo, el cual se va renovando en el conocimiento conforme a la imagen del que lo creó, 11donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni scyta, siervo ni libre; sino que Cristo [es] el todo, y en todos. 12Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de longanimidad; 13soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros. Si alguno tuviere queja contra otro, de la manera que Cristo os perdonó, así también [hacedlo] vosotros. 14Y sobre todas estas cosas, [vestíos] de amor que es el vínculo de perfección. 15Y la paz de Dios reine en vuestros corazones; a la que asimismo sois llamados en un cuerpo; y sed agradecidos. 16La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos unos a otros con salmos, e himnos, y cánticos espirituales, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor. 17Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, [hacedlo] todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias al Dios y Padre por medio de Él. 18Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. 19Maridos, amad [a vuestras] esposas, y no seáis amargos para con ellas. 20Hijos, obedeced [a vuestros] padres en todo; porque esto agrada al Señor. 21Padres, no provoquéis [a ira] a vuestros hijos, para que no se desanimen. 22Siervos, obedeced en todo [a vuestros] amos según la carne, no sirviendo al ojo, como los que agradan a los hombres, sino con sencillez de corazón, temiendo a Dios. 23Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; 24sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia; porque a Cristo el Señor servís. 25Mas el que hace lo malo, recibirá el mal que hiciere, y no hay acepción de personas." {Colosenses 3}