Amados, octubre 18 del 2017, en sueños fui llevada a una iglesia adventista. Allí yo vi que se estaba preparando, como el escenario, para dar una Santa Cena —la Cena del Señor. Entonces comencé a ver que había como un desorden en el jugo de uva y los vasos que se usaban. Como que los estaban usando para otra cosa, y estaban usando el jugo de uva para bebérselo, así, en vasos comunes. Entonces yo me acerqué al encargado, le pregunté por qué todo estaba así, tan revolcado. Entonces me miró, y se rio y me dijo: "no hay problema, esto es una cosa pasajera". Entonces yo le respondí: "esto es algo ordenado por Dios, con una solemnidad muy sagrada, pues representa el cuerpo y la sangre de nuestro amado Señor, ¿cómo, pues, lo tratan con tanta liviandad?" Entonces fui donde el pastor, y le informé y me dijo: "hermana, organícelo y llévelo usted dentro del templo, y ahí ya se acabó todo", me contestó. Entonces yo regresé al lugar para recoger el jugo de uva y llevar los vasitos a su lugar y, cuando entré al templo a buscar la mesa de la santa cena, donde se hace la cena del Señor, vi que estaba ocupada. Entonces me asombré porque vi allí una caja de muerto. Entonces cuando miré dentro de la caja —la caja de muerto que era gris—, había un cuerpo muerto en estado de descomposición. Y todo allí apestaba a podrido, pero aun así, todos los que estaban allí, pues, como que no les molestaba. Entonces salí con el jugo de uva y los puse en la parte de atrás en el comedor y los tapé. Y de repente como que salió de mí y dije: "¡Jesús ¿qué es esto?!" Entonces volví, y salí corriendo, y entré a la iglesia nuevamente pero ya por la parte de enfrente de la iglesia, y vi que un joven pasó al frente a tomar el micrófono y anunció: "es hora de festejo juvenil, todos están invitados". Entonces, de repente, otro llegó y anunció la Santa Cena. Y, en el mismo salón, estaban celebrando tres actividades: estaban velando el muerto, estaban haciendo la actividad juvenil, y otros querían, pues, celebrar la Santa Cena. {Daisy Escalante: 18-10-2017, es.p1}
Entonces, ¡fue horrible aquella escena!, ¡ver cómo se denigraba la Cena del Señor! Estaba yo en una situación bien difícil, bien triste, era como entre indignación y asombro lo que yo sentía. En ese momento apareció mi acompañante, y me dijo: "¿qué ves?" Y le dije: "¡oh Señor, esto es terrible a mis ojos! ¿cómo será a los ojos de nuestro gran Dios?" Entonces mi acompañante me contestó: "así es, pero esto era de esperar, pues su caída la ha llevado a ser guarida de toda ave aborrecible, donde sus ritos son inaceptables ante los ojos de Dios". Entonces le dije, con voz [de] exclamación: "¡¿habrá alguien aquí que esté dándose cuenta de esta apostasía?!" Y me dijo: "mira y observa". Entonces empecé a mirar por todos lados, pero todos parecían adormecidos, no se daban cuenta de tan grande aberración. Y, entonces, los líderes adormecían sus sentidos con música, comida, hablando de viajes, entretenimientos… Y a la vez, mientras ellos estaban hablando todo esto, ellos se decían que estaban bien con Dios, que Dios estaba con ellos, y que estaban haciendo el ritual de la Santa Cena y que por eso el Señor estaba ahí con ellos. {Daisy Escalante: 18-10-2017, es.p2}
Entonces en ese momento, ya no pude soportar más y grité: "¡despierten! ¡¿no se dan cuenta que Dios abomina esto?! ¡Se van a perder! ¡¿no les importa perderse?!" —les decía yo. Entonces, ellos me miraron, y todo se paró, y esperaron, ellos, todos en silencio a ver qué era lo que decía el pastor. Entonces el pastor les dijo: "¡sigan hermanos! Jesús aprueba todo esto, yo soy el ungido de Dios, y yo sé lo que Dios aprueba y lo que no, así que yo sé lo que les digo: sigan hacia adelante, tranquilos". Entonces todos siguieron su actividad, y él se acercó a mí y me cogió por un brazo y me sacó fuera del atrio de la iglesia y me dijo: "estás atentando con mi carrera y lo pagarás". Entonces me empujó y me comenzó a sacudir, y en eso mi acompañante apareció y levantó su mano derecha hacia él y, sin tocarlo, él cayó al suelo. {Daisy Escalante: 18-10-2017, es.p3}
Ya entonces la escena cambió, y fuimos a un campo, en ese campo vi que había una casita, era una casita humilde, pero estaba bien arregladita. Entonces entramos allí y había un grupo de hermanos, aquellos hermanos estaban humillados ante Dios, estaban buscando su rostro, buscando saber su voluntad y estaban con gran solemnidad llevando a cabo los ritos solemnes de la Cena del Señor. Entonces allí, sólo había humillación ante Dios. Se sentía tan lindo estar en aquel lugar, era tan maravilloso, era tan solemne ese momento que olvidé por un momento lo que había visto en el pasado. Entonces, mientras veía ese momento tan especial, mi acompañante me dijo: "es hora de irnos". Entonces le dije: "¡por favor, no! Deseo quedar aquí más tiempo". Más él nos urgió que teníamos que irnos. {Daisy Escalante: 18-10-2017, es.p4}
Entonces me llevó a un lugar más alto. Fue un lugar, como, que estaba yo, ya, por encima de las nubes; así, como viendo hacia abajo. Entonces comencé a ver cosas simultáneas, comencé a ver lo que había visto al principio más lo que había visto en ese momento en la casita. Entonces me dijo: "ahora eres testigo de lo que le agrada a nuestro Señor, más que el ritual como él os enseñó, es un corazón contrito y humillado". Y me dijo: "declara [a] voz en cuello, para que muchos no duden, de que la apostasía es y será, y aún falta más. Más el que perseverare fiel a Dios, no será conmovido jamás". Con estas palabras, amados, ahí desperté, dándome, grandemente cuenta, de que las abominaciones que hay dentro de las iglesias y del sistema no están ignoradas por Dios y tendrán su justa retribución. Que Dios nos ayude a entender. Bendiciones. {Daisy Escalante: 18-10-2017, es.p5}