17 de julio del 2020, 6pm. Me dijo el Señor: “Siéntate y abre mi Palabra, y te dejaré saber. Escribe y corre la voz”. Así hice. Me senté, abrí su Palabra. Estaba preocupada en ese momento porque olvidé regar algunas plantas —en un lugar que dejé para luego—, por la distancia; y mi ser quería salir corriendo a hacerlo. Cuando escuché su voz que me dijo: “no lo hagas, te ayudaré”. Pasaron 20 minutos, ¡y comenzó a llover! ¡Alabé el nombre del Señor por sus misericordias, pues Él está pendiente a cada detalle de la vida de sus hijos! {Daisy Escalante: 17-07-2020 #03, es.p1}
Entonces me dijo: “lee Jeremías 33:1-5”.
Quedé pensando en esto, y lo asocié con lo que me había dejado saber horas antes, cuando estaba regando los árboles. Quiera Dios que todos podamos entender. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 17-07-2020 #03, es.p2}
"1Y vino palabra de Jehová a Jeremías la segunda vez, estando él aún preso en el patio de la cárcel, diciendo: 2Así dice Jehová que hizo [la tierra], Jehová que la formó para afirmarla; Jehová [es] su nombre: 3Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y difíciles que tú no conoces. 4Porque así dice Jehová, Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad, y de las casas de los reyes de Judá, derribadas con arietes y con hachas: 5(Porque vinieron para pelear con los caldeos, para llenarlas de cuerpos de hombres muertos, a los cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues yo escondí mi rostro de esta ciudad, a causa de toda su maldad.)" {Jeremías 33:1-5}