17 de julio del 2020. En sueños, yo estaba en un lugar [que] parecía una iglesia, porque tenía adentro bancos y púlpito, como de iglesia. Pero allí la gente, que yo veía que estaba, ellos, lo único que hablaban era de sus vidas, de deseos, modas, problemas, economía, tecnología, etcétera. ¡Yo me asombré al ver todo esto! Y salí para ver la fachada de aquel lugar, y ver lo que realmente era. Vi que el letrero tenía tres ángeles; pero unos hombres lo cambiaban por otro. También vi que la estructura era de color blanco; pero ahora la pintaban de gris. También observé los atrios; éstos no habían cambiado nada. Mientras observaba esto, llegaron unas personas muy altas, bien vestidas, pero vestidos todos de negro, con gafas oscuras y grandes cadenas de oro en su cuello. Se acercaron a la puerta de la supuesta iglesia, y uno dijo al otro que le acompañaba: “es hora”. {Daisy Escalante: 17-07-2020 #01, es.p1}
Éste, sacó un taladro fuerte e hizo unos huecos al lado de cada puerta. Y procedió a poner unas argollas que eran muy grandes. Y ahí, por ellas, pasaron una gigante cadena con un enorme candado. Así, aquellas puertas, quedaron clausuradas. {Daisy Escalante: 17-07-2020 #01, es.p2}
Al yo ver esto, fui corriendo al otro extremo de la estructura, para ver si la puerta permanecía abierta, para decirles a los que estaban adentro que salieran. ¡Pero la puerta ya estaba, casi toda, cubierta por un albañil que levantaba una pared frente a ella! {Daisy Escalante: 17-07-2020 #01, es.p3}
La escena cambió, y estaba, entonces, yo en un lugar que se veía como campo, a la orilla de éste. Allí, yo veía casas, muchas casas, una al lado de la otra, cerca de aquel campo. Yo veía, allí, muchos adventistas. Todos estaban gozando de sus bienes. Se casaban con uno. Se divorciaban. Se casaban con el otro; se divorciaban. Y, así, tenían hijos de un hombre, del otro hombre, y así… Estaban en fiestas, algarabías; como los que no conocen a Dios y no temen de Él. Tenían grandes banquetes de comida. Su preocupación sólo era diversión, y éstos dormían muy confiados. {Daisy Escalante: 17-07-2020 #01, es.p4}
Luego, vi a una dama sentada en un sofá. Ésta estaba ida. Y yo pregunté: “¿por qué está así?” Se me contestó: “ella conoció la verdad, tuvo mucha evidencia de ella; pero nunca la siguió. Su terquedad la llevó a la más grande confusión, y ésta se convirtió en amargada, triste y solitaria. Su madre oraba por ella día y noche, le exhortaba, pero nunca quiso escuchar. Su vida fue un desperdicio, por eso talé sus raíces y sus ramas, porque fue un árbol estéril. Muchos, la catalogaban como buena, pero su corazón era negramente endurecido por terquedad y gran rebeldía. Oprimió a una huérfana que sufría por habérsele quitado lo único que tenía. Y esa, fue su última oportunidad; y la sentencia fue echada. Ella, coligada a su hermana de sangre, la oprimió y no le dio paz. Y la echaron de su heredad; más, en esa hora, el castigo se dictaminó para ellas. {Daisy Escalante: 17-07-2020 #01, es.p5}
Luego, la escena volvió a cambiar. Y vi muchas casas, una al lado de otra, en una subida, una cuesta de una urbanización que, al final, daba a una montaña donde no vivía nadie. Vi que era noche y estaban, ya, todos en sus casas, con las luces apagadas. Yo escuché una voz que me dijo: “da voces y levántalos; deben velar y orar”. Yo comencé a caminar por la calle y veía que cerca de algunas casas había, en vez de perros amarrados, yo veía que eran cerdos. ¡Y estos eran feroces y mordían! Al yo pasar frente a la casa, ellos corrían hacia mí como para hacerme daño y morderme; pero las cadenas los detenían hasta cierto lugar. Yo dije para mí: “¿qué clase de personas son éstas, que tienen cerdos como perros?” Entonces, comencé a dar voces para que se levantaran. Una persona salió y le advertí que no durmiera, sino que velara, que orara. Pero ésta me dijo: “ven, entra”. Entré a su balcón, a su pórtico, y allí me preguntó: “¿por qué hay que velar y orar? Es tarde, es hora de descansar”. Le contesté: “el que duerma ahora, perecerá”. Me dijo: “ok, vamos a prender más luces e iremos a los demás para despertarles”. Así lo hicimos, fuimos casa por casa, pero ninguno despertó. ¡Su sueño era muy pesado! Y también su sueño era muy profundo. Nos fatigamos de aquí para allá, pero no desistimos. Y, sólo así, una persona, una dama, se nos unió. Pronto se dio la orden: “suban a la montaña y no teman”. {Daisy Escalante: 17-07-2020 #01, es.p6}
Subimos rápidamente. Pronto, no vimos nada más. Las casas, las dejamos atrás y comenzamos a gozar de la gran tranquilidad de aquel maravilloso campo. Vimos, en los cielos, que se acercaba gran tempestad y nos amarramos a uno de los árboles muy fuertes y frondosos. La tempestad llegó. Sentíamos el agua que nos cortaba, casi, la piel de tanta presión con la cual nos golpeaba. Y un viento, casi asfixiante, nos arremetía. La presión del viento me hacía sentir que las extremidades se me desprendían del cuerpo; pero pronto, todo pasó. Nos soltamos del árbol, agradecimos a Dios por su protección, y, aunque estábamos allí mallugados, estábamos vivos. Miramos desde la montaña hacia abajo, a donde [habíamos estado]: mucha naturaleza había caído, y las cosas ya no existían: ¡todo estaba en escombros! ¡Y nos dio inmensa tristeza! {Daisy Escalante: 17-07-2020 #01, es.p7}
Entonces, al despertar, se me dijo: “Jeremías 2”. Dejo esto con ustedes, amados hermanos. Y quiera Dios que podamos entender las palabras del Eterno. Que el Señor nos bendiga. {Daisy Escalante: 17-07-2020 #01, es.p8}
"1Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2Anda, y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: Me he acordado de ti, de la lealtad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada. 3Santidad [era] Israel a Jehová, primicias de sus nuevos frutos. Todos los que le devoran injuriarán; mal vendrá sobre ellos, dice Jehová. 4Oíd la palabra de Jehová, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel. 5Así dice Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad, y se tornaron vanos? 6Y no dijeron: ¿Dónde está Jehová, que nos hizo subir de la tierra de Egipto, que nos hizo andar por el desierto, por una tierra desierta y barrancosa, por tierra seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni allí habitó hombre? 7Y os metí en tierra de abundancia, para que comieseis su fruto y su bien: mas entrasteis, y contaminasteis mi tierra, e hicisteis abominable mi heredad. 8Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? Y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron por Baal, y anduvieron tras [lo que] no aprovecha. 9Por tanto entraré aún en juicio con vosotros, dice Jehová, y con los hijos de vuestros hijos pleitearé. 10Porque pasad a las islas de Quitim y mirad; y enviad a Cedar, y considerad cuidadosamente, y ved si ha habido cosa semejante: 11¿Acaso alguna nación ha cambiado [sus] dioses, aunque ellos no son dioses? Pero mi pueblo ha cambiado su gloria por lo que no aprovecha. 12Espantaos, cielos, sobre esto, y horrorizaos; desolaos en gran manera, dice Jehová. 13Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, por cavar para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen el agua. 14¿[Es] Israel siervo? ¿[Es] esclavo? ¿Por qué ha sido despojado? 15Los cachorros de los leones rugieron sobre él, alzaron su voz; [y] asolaron su tierra; quemadas están sus ciudades, sin morador. 16Aun los hijos de Nof y de Tafnes te quebrantaron la coronilla. 17¿No te acarreaste esto tú mismo, al haber dejado a Jehová tu Dios, cuando Él te guiaba por camino? 18Ahora pues, ¿qué tienes tú en el camino de Egipto, para que bebas agua del Nilo? ¿Y qué tienes tú en el camino de Asiria, para que bebas agua del río? 19Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo [es] el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos. 20Porque desde hace mucho quebré tu yugo, [y] rompí tus ataduras; y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso corrías tú, oh ramera. 21Y yo te planté como vid escogida, simiente verdadera toda ella: ¿cómo pues te me has tornado sarmiento de vid extraña? 22Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, tu pecado está sellado delante de mí, dice el Señor Jehová. 23¿Como dices: No soy inmunda, nunca anduve tras los Baales? Mira tu proceder en el valle, reconoce lo que has hecho, dromedaria ligera que entrevera sus caminos; 24asna montés acostumbrada al desierto, que en el ardor de su deseo olfatea el viento; en su celo, ¿quién la detendrá? Todos los que la buscaren no se cansarán; la hallarán en su mes. 25Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay esperanza, no; porque amo a los extraños y tras ellos he de ir. 26Como se avergüenza el ladrón cuando es tomado, así se avergonzará la casa de Israel, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas; 27que dicen al leño: Mi padre [eres] tú; y a la piedra: Tú me has engendrado; pues me volvieron la cerviz, y no el rostro; pero en el tiempo de su tribulación dicen: Levántate, y líbranos. 28¿Y dónde [están] tus dioses que hiciste para ti? Levántense, a ver si te pueden librar en el tiempo de tu aflicción; porque [según] el número de tus ciudades, oh Judá, fueron tus dioses. 29¿Por qué contendéis conmigo? Todos vosotros prevaricasteis contra mí, dice Jehová. 30Por demás he azotado vuestros hijos; no han recibido corrección. Vuestra espada devoró a vuestros profetas como león destrozador. 31¡Oh generación! atended vosotros la palabra de Jehová. ¿He sido yo a Israel soledad, o tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Somos señores; nunca más vendremos a ti? 32¿Se olvidará la virgen de su adornos, o la desposada de sus atavíos? pero mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días. 33¿Por qué realzas tu camino para hallar amor? Pues aun a las malvadas enseñaste tus caminos. 34También en tus faldas se halló la sangre de las almas de los pobres, de los inocentes; no la hallé en indagación secreta, sino en todas estas cosas. 35Y dices: Porque soy inocente, de cierto su ira se desviará de mí. He aquí yo entraré en juicio contigo, porque dijiste: No he pecado. 36¿Para qué discurres tanto, mudando tus caminos? También serás avergonzada de Egipto, como fuiste avergonzada de Asiria. 37También saldrás de él con tus manos sobre tu cabeza: porque Jehová desechó a aquellos en quienes confías, y no prosperarás por ellos." {Jeremías 2}