Amados, en agosto 14 de 2017, de madrugada me dieron un sueño. En este sueño me llevaron a una montaña y yo veía cómo las damas y caballeros, ahí, se desenvolvían durante el día, —en las actividades—. Las damas trabajaban sembrando, y estaban recolectando en las siembras, y los caballeros preparaban la tierra y buscaban la leña. Entonces, en un momento dado, vi cómo las damas preparaban el alimento, y lo servían en mesas grandes de madera, y llamaban a los demás para compartir el alimento que con tanto amor ellas habían hecho. Así que todos llegaron y comenzaron a orar por los alimentos. En ese momento apareció mi acompañante y me dijo: "observa y escucha". Entonces me puse bien atenta a lo que estaba pasando allí. Escuché [a] un hombre decir a otro: "tendremos que desistir pues la tierra es mala". A lo que el otro le contestó: "perezoso, ¿quién dijo que sería fácil? Con mucho trabajo, pero rendirá frutos, ya lo verás. No te preocupes". Y ahí ellos tenían esa conversación de la situación que estaban teniendo con la siembra por la tierra. {Daisy Escalante: 14-08-2017, es.p1}
Terminaron de comer y los vi cuando salieron al campo de siembra. En este momento se me mostraron dos familias: una sembraba, construía de sol a sol, laboraba, al final del día estaba bien cansada pero se sentía que estaba satisfecha; pero la otra, laboraba por sólo un poco de tiempo muy corto, y luego se pasaba todo el tiempo descansando. Y entonces mi acompañante se acercó y me dijo: "¿quién crees que lo logrará?" Le contesté: "pues los que trabajan de sol a sol". {Daisy Escalante: 14-08-2017, es.p2}
En ese momento vi, luego, cómo corría el tiempo y la familia laboriosa ya tenía una casita pequeña, sólo para dormir y cubrirse de las inclemencias del tiempo. También vi que tenían un sistema de riego casero, era como por canales, madera, parecido a bambú, a cosas así. Entonces vi, también, que [en] la siembra había todo tipo de alimentos, como: hojas, frutos menores, mayores, también les vi bastantes plantas medicinales —podía apreciar, también, en aquel huerto—. Ellos, los vi que, eran felices y no tenían ninguna preocupación. En ese momento se me mostró que ellos estaban en un Sábado. Estaban debajo de un árbol muy frondoso, ellos se reunían ahí. Empezaron a hablar de la Biblia, la Palabra de Dios, el Libro sagrado. También leían el Espíritu de la Profecía y, los escuché que, entonaban himnos del Himnario Adventista viejo. Entonces, ellos estaban tan felices, estaban tan gozosos, ellos se veían que estaban en paz, se sentían seguros en aquel lugar. Me acerqué para escuchar y ver lo que leían, porque de repente vi que sus rostros estaban como agradecidos, pero a la vez preocupados. Entonces, cuando me acerqué y me fijé, vi que tenían la Biblia abierta en Daniel 11:40-45. Ahí apuntaba el dedo del padre de aquella familia, que era el que estaba leyendo. Entonces, mis ojos quedaron clavados en esos versículos. Entonces, ellos lo leían y agradecían a Dios porque a pesar de todo lo que surgía afuera, ellos estaban seguros. Pues, yo decía: "¿qué es lo que está pasando fuera?". Entonces mi acompañante me dijo: "ven y ve". {Daisy Escalante: 14-08-2017, es.p3}
Salimos de aquella montaña y nos elevamos para ver el planeta bastante arriba, desde la tierra —yo la veía porque estaba en lo alto y podía ver hacia abajo la tierra—; y comencé a escuchar detonaciones, detonaciones bien fuertes, y ver bombas en diferentes lugares. Habían muertos por dondequiera; entonces, unos corrían con gran desesperación. Entonces, en ese momento, me aterroricé y dije: "¡Dios mío, Dios mío, ¿qué está pasando?!" Mi acompañante me dijo: "es el momento de la gran matanza". Entonces, había tal desesperación: las naciones estaban enloquecidas, no paraban de agredirse una a la otra, ¡el espectáculo era terrible de lo que estaba pasando allí! Empecé a ver: terror, hambre, había desolación, todo esto cubría de negrura el planeta tierra. Entonces, mi acompañante me dijo: "vamos". Entonces le dije: "¿a dónde vamos?" Y me dijo: "ven y verás". {Daisy Escalante: 14-08-2017, es.p4}
Entonces, fui llevada otra vez a las montañas, allí vi otra vez aquella familia que era laboriosa y feliz, y vi también la familia que no trabajaba mucho. Vi cómo esta familia lloraba y se lamentaban de su dilación, ellos oraban por socorro, más éste no les llegaba. Su poco alimento escaseaba. Yo pude ver que, en sus vasijas de comida, no tenían casi nada. Entonces, el hambre los invistió y yo comencé a verlos bajar de la montaña y que se postraban ante el sistema para poder obtener alimento. Entonces me desesperé y dije: "¡Señor, por favor, haz algo!" Entonces, mi acompañante me dijo: "su suerte está echada. Todo estuvo predicho: el plan trazado, pero el pueblo pereció por falta de conocimiento". {Daisy Escalante: 14-08-2017, es.p5}
Entonces vi cómo esta familia, después de obtener este alimento, fueron luego brutalmente muertos. ¡Fue muy triste lo que estaba allí pasando, amados, en esta escena! {Daisy Escalante: 14-08-2017, es.p6}
Entonces comencé a llorar, porque yo conocía [a] esta familia, y sentí que mi corazón se iba a desgarrar. Entonces, al ya no saber qué hacer, dije: "¡Señor!, ¿qué está pasando? ¿por qué tu pueblo no está haciendo caso a lo que está pasando? Entonces yo me di cuenta, se me vino como una revelación, como si fuera una película, donde yo misma les había aconsejado y expuesto el Plan Divino, pero ellos tomaron todo como sugerencia y no como mandato —obedecer de Dios—, y ahora, por esto, habían perecido. {Daisy Escalante: 14-08-2017, es.p7}
¡Fue tan triste que yo caí al suelo y ya no quería ver! Lloré, lloré, y pregunté: "¿Por qué?, ¿por qué?, ¿por qué no hacen caso si la destrucción es predicha?" Entonces mi acompañante me dijo: "ninguno tiene excusa. El Espíritu Santo apeló a todos y ellos cerraron la puerta. Entonces me dijo: "diles que todo está presto y que, si no obedecen, perecerán. El Santo de Israel abrirá puertas para los que estén dispuestos". {Daisy Escalante: 14-08-2017, es.p8}
Entonces me dio estas pequeñas instrucciones que quiero compartir con ustedes:
- debemos orar sin cesar,
- debemos ayunar,
- debemos estudiar la Biblia, el Espíritu de la Profecía,
- estar pendientes a los eventos,
- humillarnos delante de Dios, y,
- tomar acción en el nombre del Señor.
Luego de esto se me dijo: "recuerda, recuerda lo que viste: cabaña pequeña, terreno que tenga agua, siembra y abrigo. Es todo lo que necesitan, diles que vuelvan a las sendas antiguas". Me dijo: "y que no demoren si desean salvarse". Entonces, en ese momento, hubo un silencio y, de repente, volvió y me dijo: "el Rey de reyes y Señor de señores está alistando todo, y su enemigo también. Diles que sólo por obediencia sin reserva podrán ser salvos". {Daisy Escalante: 14-08-2017, es.p9}
Ahí amados, en ese momento, luego de esas palabras, yo desperté, ¡con una premura de alistar los últimos detalles para poder ser cobijada por Dios!
En mi ser, en ese momento, sonaban las palabras: "la propiedad de Dios, nadie la puede tocar". Entonces me preguntaba: "¿qué debo hacer para ser propiedad de mi Dios?" En ese momento, despierta, cuando pregunté esto, tres cosas vinieron a mi mente inmediatamente y las quiero compartir con ustedes. {Daisy Escalante: 14-08-2017, es.p10}
- Primero, reconocer, reconocer que somos inútiles y que debemos depender totalmente de Dios.
- Luego, pedir perdón, pedir perdón a Dios, a los que hemos ofendido de nuestros semejantes y, luego,
- enmendar. Enmendar, reparar y restituir aquello que sabemos que podemos hacer.
En ese momento, se me vinieron las palabras a mi oído, como si alguien me las estuviera dictando: "Por los frutos los conoceréis, dice el Señor". Ojalá, amados, que todos podamos alcanzar esa medida, esa medida necesaria para poder ser propiedad de Dios, es mi deseo y es mi oración en esta hora. {Daisy Escalante: 14-08-2017, es.p11}
"40Pero al cabo del tiempo el rey del sur se enfrentará con él; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchos navíos; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará. 41Y vendrá a la tierra gloriosa, y muchas [naciones] caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom, y Moab, y lo mejor de los hijos de Amón. 42Asimismo extenderá su mano a las otras tierras, y no escapará el país de Egipto. 43Y se apoderará de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto. Libios y etíopes seguirán sus pasos. 44Pero noticias del oriente y del norte lo estremecerán; y saldrá con grande ira para destruir y matar a muchos. 45Y plantará las tiendas de su palacio entre los mares, en el monte deseable del santuario; y vendrá hasta su fin, y no tendrá quien le ayude." {Daniel 11:40-45}