13 de agosto 2020, tuve un cuarto sueño. Yo estaba en una sala, esperando mi turno para entrar a un lugar de adoración. Vi que los que estaban allí deseaban congraciarse con los que estaban allí, en aquel salón, por algún motivo. Yo veía que algunos entraban por detrás del plantel, por unas puertas amplias, y los demás tenían que esperar. Y luego, cuando les indicaban entrar, debían arrastrarse por unas puertas muy bajitas y angostas que, al pasar por ellas daban a un laberinto, donde éstas terminaban. Estas personas [estaban] tan cansadas y agobiadas, porque no encontraban salida, que desistían de avanzar. Y, así, nunca llegaban al lugar de adoración. {Daisy Escalante: 13-08-2020 #04, es.p1}
Le dije al que estaba a cargo de pasar a las personas: “¿por qué las pasan por diminutas puertas a algunas personas? ¿por qué no los llevan por las puertas normales, sin el laberinto, como veo que pasan otras?” A lo que él me contestó: “solo los que nos dicten los líderes, esos, irán por las puertas regulares; los demás deben pasar por las puertas diminutas y el laberinto”. Entonces, me miró fijamente y me dijo: “usted no se preocupe, a usted no le toca el laberinto”. Le contesté: “¿cómo usted clasifica a las personas?” A lo que él me contestó: “al entrar a los predios, se le clasifica en bandera verde, amarilla, roja, azul, púrpura, rosa, negro o marrón. De acuerdo a esto, sabemos quiénes pasan por las puertas diminutas o las puertas normales. Al entrar a estos predios, ya quedan clasificados; y no sólo para este evento, sino, de por vida”. Entonces le dije: “¿quiénes son, entonces, los que pasan por las puertas normales?” Me contestó: “sólo dos grupos, los crisantemos y los de color púrpura. Éstos, [los] de esta categoría, serán los primeros, por ser estudiosos libres, pensantes, de la Biblia. Y, luego se llevarán, según sea necesario, a los demás que duermen, y esperan, dentro del laberinto. Pero ya será más simple, ya nos dijeron, ya nos anunciaron, pues todos estarán encajonados en menos categorías de colores”. {Daisy Escalante: 13-08-2020 #04, es.p2}
En ese momento yo me quedé pensando en eso: “categoría de colores”. Mientras yo pensaba en eso que él me estaba diciendo, y él seguía parado allí, frente a mí, se echó una gran carcajada y me dijo: “todo está listo. Todos ya están clasificados, pero hay una situación que estamos ultimando, y luego de eso, todo, pronto, surgirá”. Yo recibí aquellas palabras, y mi mente caminaba hacia el antaño, a muchas cosas que, muchos, ya sabemos. {Daisy Escalante: 13-08-2020 #04, es.p3}
En ese momento, vi la escena cambiar. Ya vi que comenzaron a llevar, a los de los laberintos, a los diferentes lugares, a unas facilidades [facilities=instalaciones] grandes, cercadas a vuelta redonda. Allí quedaban, en esas cárceles, prisioneros, sin poder ejecutar su voluntad, esperando y siendo vigilados y atormentados por los que los custodiaban aquel lugar. Entonces, se me dijo: “has sido testigo. Cada ciudad será un tormento muy, muy, muy pronto. Estad apercibidos”. {Daisy Escalante: 13-08-2020 #04, es.p4}
Ahí, en ese momento, desperté. ¡Oh, amados, qué noche tan tremenda del SEÑOR! ¡[De] decir tantas cosas, de mostrárnoslo de diferentes formas para que el pueblo se dé cuenta del peligro tan grande que está frente a nosotros! ¡Y de la gran necesidad que tenemos de un salvador! De un salvador real: nuestro Creador, nuestro Redentor, nuestro Sustentador, ¡Cristo Jesús! {Daisy Escalante: 13-08-2020 #04, es.p5}
Pronto veremos, frente a nosotros, figuras que van a pretender ser nuestros salvadores, que van a pretender tener la solución ante todo lo que está pasando. Pero no volteemos, ni a escucharlos ni a mirarlos, sino sigamos firmemente tras las huellas del Maestro. Ciertamente, la prueba final está frente a nosotros. Ciertamente, la gran apretura corre hacia nosotros, pero Cristo Jesús nos dice: “venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar”. {Daisy Escalante: 13-08-2020 #04, es.p6}
Quiera Dios que podamos entender los avisos del Eterno, y dejemos ya de estar en dos aguas. Dejemos, ya, de ponerle prioridad a nuestros pensamientos, a nuestros gustos, y a nuestros deseos que nos llevan a la perdición, amados hermanos. Miremos a Cristo Jesús y a éste crucificado, ¡al gran sacrificio que hizo por nosotros! Y nosotros, siendo tan ingratos, aún nos creemos poderosos en nosotros mismos. ¡Qué tristeza, amados hermanos! Debemos agarrarnos de Cristo Jesús, porque esa es la real victoria. A eso, amados hermanos, es que tenemos que llegar: a depender total y absolutamente de Cristo Jesús. Oro, oro al SEÑOR incansablemente para que así sea, y que su pueblo en esta ancha faz de la tierra pueda aferrarse a Él y no soltarse hasta estar con Él en la Canaán Celestial. Es mi deseo y es mi oración. Que el SEÑOR nos bendiga a todos. {Daisy Escalante: 13-08-2020 #04, es.p7}