Diciembre 12, 2020. En sueños, yo veía un plantel de tamaño gigante, ahí veía muchas aulas de enseñanza; en tres pisos que tenía dicho plantel. Entonces, escuché una voz que dijo: “no llames anatema lo que este pueblo llama anatema, ni efímero a lo que este pueblo llama efímero. Porque a lo bueno, lo llamarán malo, y a lo malo, lo llamarán bueno. Sus caminos están torcidos. Levantan la norma a su prójimo y ellos, en lo oculto, se deleitan en evadirla. Viven envanecidos en su propia opinión y no echan a ver que mi mano está levantada contra ellos. Rebuscan la levadura del prójimo, al cual no catalogan como prójimo porque, si así fuera, la crueldad no estaría a la puerta, sino la abnegación, la mansedumbre. La longanimidad estaría en sus labios y acciones hacia éstos. ¡Y no [se] percatan cómo Yo los catalogo al verlos en su real esencia! Se lucran de todo y de todos; pues su esencia justifica todo pensamiento y acción lúgubre hacia su vecino”. {Daisy Escalante: 12-12-2020, es.p1}
“¡Insensatos! ¡Sabios en su propia opinión, que solo distinguen lo que es obvio, más por su alta presunción —arraigada en su ser—, lo entendible les resulta inentendible!” {Daisy Escalante: 12-12-2020, es.p2}
“¡Fatuos, faltos de conocimiento! Porque desecharon mis dichos y despidieron mi sabiduría. Y la enviaron lejos, porque acusaba su corazón y aturdía su mente. Tiran al suelo lo que Yo he levantado, y lo que Yo deseché, lo levantan. Se tornan adivinos, adivinando entre todas las concupiscencias de su torcido corazón. Solo actúan según sus deseos y, como toro desenfrenado, tumban delante de sí todo aquello que estorbe su curso”. {Daisy Escalante: 12-12-2020, es.p3}
“¡Ay de estos que se ponen por jueces del pueblo, cuando no les he puesto! Y con su mente limitada razonan para perdición propia y tropiezo de otros. ¡Ay de Jerusalén, que, basada en sus creencias, sentía que no adolecía de nada y no echó a ver cuando su salvación estuvo en medio de ella!” {Daisy Escalante: 12-12-2020, es.p4}
“¡Ciegos guiando ciegos! Que cambian la versión de sus labios —aunque no de su pensamiento—, para congraciarse con sus colegas. Y, ¡efímeros de mente! rápido olvidan que Yo peso los motivos y veo las intenciones del corazón. Hacen alardes de su sabiduría, que terminará en su desesperada perdición. ¡Inicuos! que viven en duplicidad de pensamiento y se gozan en ver caer al que menosprecian; y destruyen al que no se somete a sus insinuaciones. Son como hienas y chacales, que toman la presa de aquel que se fatigó en conseguirla. Sin razonamiento actúan; y no ven, lo que será, por su causa y efecto”. {Daisy Escalante: 12-12-2020, es.p5}
Luego de recibir estas palabras, vi que las aulas de educación estaban llenas. Uno, daba la lección; y los demás, atendían. Mientras escuchaba, pude observar que siempre había interrupción y tenían que parar la clase para resolver algún problema estructural. Una pared se agrietó y cayó, y se empañetó en el suelo y se dio la orden de repararlo. Los ganchos de las ventanas se salían de su lugar al ser tocadas, y se daba la orden también de repararlas. Se rompieron unas tuberías y todo, dentro de las aulas, comenzó a inundarse de agua. Y se dio la orden de sacar el agua. Luego, las puertas cerradas. Luchaban por abrirlas y no lograban abrirlas, porque no funcionaban las cerraduras. Pronto, uno de los que educaba alzó la voz y dijo: “¡no se desesperen! Vamos a tener un alto a esto y hagamos una fiesta”. {Daisy Escalante: 12-12-2020, es.p6}
[A] muchos no les parecía; más, luego, se animaron y accedieron. Allí vi una dama que orgullosamente había invitado a su esposo y éste llegaba a la fiesta. Vi que el hombre tenía una barriga muy grande al punto que la camisa que llevaba tenía que desabotonársela con urgencia antes que se le volaran los botones. Él se sentó, y ella a su lado. Ella pidió para él todo tipo de golosinas, y éste, gozoso, se deleitaba con ellas. Rápidamente, escuché [a] la dama decir: “ahora la parte artística, ¡estén todos atentos!” Vi cómo, muchas jóvenes salían de los diferentes salones del enorme plantel, y con movimientos serpentinos solapados comenzaron su actuación hasta llegar al descaro. Allí vi cómo, las supuestas castas mujeres, se gozaban en esto y llevaban a sus esposos a disfrutar del espectáculo de gran depravación. {Daisy Escalante: 12-12-2020, es.p7}
Allí no vi más. Y se me dijo: “ésta es la condición laodicense que prevalece en el corazón de prevaricación carnal y en el corazón de suficiencia propia. Muchos que, con sus palabras, pronuncian piedad, yo veo su negrura interna y ninguno podrá vivir eternamente si sus palabras no van acorde a sus acciones. Y éstas, no momentáneas, sino en toda su vida. No hay aserto a mis dichos en un corazón dividido y en una mente no santificada por el Espíritu Santo. Y esto, sólo surgirá en aquellos que no temen llamar al pecado por su nombre”. {Daisy Escalante: 12-12-2020, es.p8}
“La hora es venida, y ahora es, cuando todo pensamiento, palabra ociosa, pretensión solapada, engaño abierto o encubierto, será pesado una vez y para siempre. El destino de muchos ya está echado. Y, pronto, muchos les seguirán; también con este destino. ¿Cómo no temer ante un momento tan solemne donde todo es minuciosamente escudriñado por el Ojo que todo lo ve y todo lo sabe? La semilla del pecado, y sus prontas raíces, desensibilizan la conciencia y la razón humanas. Y esto, por permiso voluntario [al] acariciar lo prohibido, hasta que —sin ningún permiso—, adormece los sentidos. La lucha entre el bien y el mal es muy seria, y el que no la advierta, perecerá. Estad apercibidos, pues el tiempo se ha acortado”. {Daisy Escalante: 12-12-2020, es.p9}
Palabras fieles y verdaderas del SEÑOR para cada uno de vosotros. Que el SEÑOR nos bendiga. {Daisy Escalante: 12-12-2020, es.p10}