Mayo, 12, del 2020. En sueños, fui llevada a un lugar que, se me dijo, era una iglesia. Cuando entré, vi dentro de ésta, que había todo tipo de alimentos: frutas, vegetales, plantas, carnes, animales. Vi cómo, cada persona que allí entraba, elegantemente vestida, elegía de lo que había allí. Al ver esto dije: “¡pero esto no es una iglesia, esto es un mercado!” Se me dijo: “así se volvió mi casa, casa de mercaderes, donde cada quien escoge lo que le parece, más lo que realmente es, no se desea”. Me llevaron al patio de aquella iglesia que, por fuera se veía iglesia más, por dentro era un mercado. Allí vi cómo, muchos, se preparaban para una actividad de paseo. Su mente era todo referente a eso, y no había espacio para ver que el Santo de los santos estaba sufriendo al ser desechado y deshonrado. {Daisy Escalante: 12-05-2020, es.p1}
Allí todo era importante para aquellas personas, menos su espiritualidad. Se me preguntó: “¿viste la variedad de alimento dentro de la iglesia?” Dije: “sí”. Me dijo: “esto será su perdición, porque esta amalgama no es aceptada en mi reino. Muchos, viven felices comiendo variedad de alimento espiritual, según ellos, pero desechan la Fuente. Estos, lamentablemente, perecerán porque desecharon el maná y desearon las ollas de Egipto”. {Daisy Escalante: 12-05-2020, es.p2}
Luego, fui llevada a la calle, frente a aquello que, por fuera tenía fachada de iglesia, pero por dentro era mercado. Allí vi mujeres, según ellas cristianas, vestidas con todo tipo de vestido provocativo; y otras, con pantalones largos y cortos. Les veía verse en espejos para ver su cuerpo, si se veían bien y atractivas, según ellas, y veía a los hombres, según [ellos] también cristianos, que sus ojos brillaban ante semejante espectáculo. Se me dijo: “bajo este manto surgen del corazón y del pensamiento las pasiones más abominables, y los que participan de éstos son herederos de perdición”. {Daisy Escalante: 12-05-2020, es.p3}
Segundo Sueño
Ahí desperté, quedé meditando en esto, más volví a dormir y tuve otro sueño. Donde yo estaba, como en un campamento, había muchas personas con problemas de salud. Fui con cada una de ellas para estar al tanto de los problemas que les aquejaban. Luego salí, al lugar donde se preparaban los alimentos, para preparárselos y llevárselos a cada uno. Así lo hice y salí a llevárselos. Al llegar donde ellos, vi que ya estaban saciados, y no querían los alimentos que yo les llevé. Yo les exhortaba, apelando a su buen juicio, que comieran los alimentos que les había preparado. Yo les llevaba crudos, alimentos enteramente libres de tóxicos y vivos, más ellos no los deseaban. Les dije: “ustedes están enfermos y su enfermedad es de muerte si no accionan y toman otro curso de alimentación en sus vidas”. Pero ellos no me contestaban, sólo se reían y rechazaban el alimento. Así fui uno por uno, pero ninguno deseaba el alimento vivo e íntegro. {Daisy Escalante: 12-05-2020, es.p4}
Salí de allí muy triste, y se me dijo: “cada quien elige su alimento. La variedad de éste, y sus manjares exuberantes, fue obra del enemigo de las almas. Ellos gustaron tanto su condimento que les generaba placer, como un placebo que adormece sus sentidos. Y, así, no desean lo vivo e íntegro que es lo que despierta sus sentidos para, así, poder cambiar de curso y no perecer. Me siguió diciendo: “todos deciden y el resultado es de acuerdo a su decisión, y así es anotado en los libros. Ahora, ve a aquel lugar”. {Daisy Escalante: 12-05-2020, es.p5}
Fui, y allí vi convalecientes que, con mucha dificultad y gran llanto, se acercaban a un árbol frondoso. Miré el árbol, ¡tenía frutos preciosos!, pero ellos no podían alcanzarlos. Así que, trepando el árbol, tomé de los frutos y comencé a tirarles a éstos, a cada uno de ellos. Ellos los agarraban y rápidamente los comían, y, así, su recuperación era evidentemente rápida. Luego de su recuperación eran llevados a un campo maravillosamente verde, y eran ubicados bajo árboles frondosos que, allí, estaban. Me sentí muy feliz al saber que ellos podían comer el alimento vivo e íntegro, y se recuperaban de su salud y, así, podían ser llevados a aquel hermoso paraje. {Daisy Escalante: 12-05-2020, es.p6}
Tercer Sueño
Ahí desperté, quedé meditando en todo esto, pero volví a dormir y tuve otro sueño. Y en este vi muchas personas deseando estar bien, y alzaban su voz en procura de bienestar. Entre las personas, había personas conocidas para mí y muchas que no conocía. Yo les exhorté, y les dije: “¡vamos al campo! ¡Allí podrán comer frutos íntegros y libres de tóxicos!” Algunos, se alegraron, tres de ellos, para ser exactos, y los demás no quisieron ir. Siguieron sentados, ahí, lamentando su situación. ¡Eran muchos!, y todos se apoyaban en su lamento unos con los otros. Les rogué sin conseguir resultados, y así avancé con las tres personas que decidieron ir conmigo. Así, estos, comiendo alimentos frescos e íntegros, pudieron sobrevivir a su situación. Pronto, escuché un ruido y pude ver, a lo lejos, [a] los que quedaron lamentando su situación, y algo grande como una gran tela de araña cayó del cielo sobre ellos y levantó un gran polvo al caer. Y, al desaparecer el polvo, ya no les vi más. Las tres personas que estaban conmigo alabaron y glorificaron a Dios por no haber quedado en aquel lugar de lamento inerte. En ese momento, ahí, desperté. Quiera Dios que podamos entender las palabras del Señor, y en todo momento caminar en sus caminos, tras sus pisadas, para, así, poder llegar a puerto seguro. Que el Señor nos bendiga. {Daisy Escalante: 12-05-2020, es.p7}