Amados, 7 de noviembre del 2019. En sueños, yo estaba dentro de un edificio, y las personas se preparaban para tener una charla o exhortación. Mientras esperaban a la persona que iba a dar la exhortación, ellos estaban pendientes [de] ellos mismos: que ellos estuvieran bien arreglados y engalanados —sacaban espejos, iban al baño a seguirse arreglando—. Sólo vi dos personas que pedían ayuda a los demás para que todo estuviera listo, pero todos estaban concentrados en ellos mismos. Luego de esto, se pasó atrás de la iglesia, al patio trasero de ésta, [allí] había una actividad. Yo veía cómo unos se preparaban para ayudar a otros, pero había otros que aprovechaban esta actividad para hacer maldades. Abusaban a las personas de escasos recursos que no tenían el estatus visible que ellos tenían. Yo miraba todo esto. Allí había mucha comida. Se acercaron animalitos, más ellos se comportaban como animales; aunque tenían el plato lleno no querían compartir ni las migajas con los animalitos, y menos con las personas que ellos pensaban que eran inferiores. En ese momento, [mientras] yo veía esto, comenzaron a sonar unos rayos, truenos, comenzó a llover, y éstos comenzaron a irse. Y, al verlos retirarse, mi esposo y yo nos dimos cuenta de que había unos niños que habían [sido] dejados allí. Estos eran hermanitos que una persona le encargó a otra, allí, para que los cuidara, pero esa persona se fue y los dejó. {Daisy Escalante: 07-11-2019, es.p1}
Los niños estaban muy tristes, los habían violentado con relajos y burlas porque eran niños que tenían ropas sencillas. En ese momento, vi que uno de ellos había perdido su capa, porque se la quitaron, y se estaba mojando. Nosotros fuimos donde ellos para recogerlos y montarlos en el vehículo en que nosotros íbamos. En ese momento, al quererlos montar en el carro, ellos no querían porque tenían mucha pena de los animalitos que estaban allí, que durante la actividad habían sido abusados también. Así que, no sabiendo qué hacer con los animalitos, los agarramos también, los montamos junto con los niños en el carro, y avanzamos para llevarlos a ellos a su lugar. En ese momento, íbamos de camino a llevarlos a sus casas y pasamos por una urbanización de ciudad. Había una revuelta bien grande, veíamos muchas personas con palos y otros objetos, e iban tras personas que caminaban tranquilamente las calles, así que avanzamos para salir de ese bullicio. Mientras los carros pasaban, los airados les daban cantazos a los carros incluyendo el carro de nosotros. Estábamos entre esas personas violentas y se veía que estaban fuera de sí. Pasamos de ese lugar y fuimos en dirección a donde había que dejar los niños. Cuando le preguntamos a los niños, que nos dijeran bien, la dirección de su casa para llevarlos allá, el más grande comenzó a darnos las instrucciones. Y así fuimos, poco a poco, acercándonos al lugar de su destino, donde los esperaban sus padres. En un momento dado, el niño grande dijo: "ya llegamos". Nos paramos, miramos, no veíamos casa, solo veíamos un bosque con algo medio abierto entremedio de él. Dije: "¿cómo que ya llegaron?" Pensé: "detrás de los árboles estará la casa y habrá que caminar a pie". Pero ellos reafirmaron que habían llegado. Nos indicaron dejarlos allí. No queríamos dejarles solos. Les dije: "si hay que caminar por medio del bosque, les acompañaremos". Nos bajamos del carro y comenzamos a caminar con ellos, pasamos al lugar abierto, y llegamos al lugar donde habían árboles frondosos. Los niños iban delante de nosotros, y nosotros íbamos cargando sus bultos. Al entrar unos cuantos pasos dentro de los árboles frondosos, estos niños, ¡se transformaron en ángeles sumamente grandes! ¡Eran bellos! De ellos emanaba una radiante luz, ¡era precioso verles! Se voltearon, nos miraron, podíamos ver que estaban frente a nosotros, pero sus rostros brillaban tanto que no veíamos las expresiones de su rostro; pero en sus gestos y [por] cómo movían sus cabezas, sentía que estaban agradecidos. En ese momento se elevaron hacia el cielo y les perdimos de vista. {Daisy Escalante: 07-11-2019, es.p2}
Nos quedamos atónitos ante aquel suceso, íbamos entonces de regreso al carro con nuestra mente en lo sucedido y, casi llegando al carro, nos dimos cuenta que la violencia que habíamos visto en la ciudad había llegado a esta calle donde habíamos dejado el carro, así que nos quedamos tras los árboles para refugiarnos. ¡No sabíamos qué hacer, pues eran muchas personas violentas! En ese momento se me dijeron unos textos: "Ezequiel 2 y Zacarías 4". {Daisy Escalante: 07-11-2019, es.p3}
Quiera Dios que cada uno de nosotros podamos darnos cuenta que, solamente, entregarnos a la vida que Dios quiere de cada uno de nosotros, es el camino seguro. Que el Señor les bendiga. {Daisy Escalante: 07-11-2019, es.p4}
"1Y me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo. 2Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí, y me afirmó sobre mis pies, y oía al que me hablaba. 3Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gente rebelde que se ha rebelado contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día. 4Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así dice Jehová el Señor. 5Y ya sea que ellos escuchen; o dejen de escuchar (porque [son] una casa rebelde), [siempre] sabrán que hubo profeta entre ellos. 6Y tú, hijo de hombre, no temas de ellos, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinas, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde. 7Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque [son] muy rebeldes. 8Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas tú rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy. 9Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella [había] un rollo de libro. 10Y lo extendió delante de mí, y [estaba] escrito por delante y por detrás; y [había] escritas en él endechas, lamentaciones y ayes." {Ezequiel 2}
"1Y volvió el Ángel que hablaba conmigo, y me despertó como un hombre que es despertado de su sueño. 2Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelero todo [de] oro, con un tazón sobre la parte superior, y sus siete lámparas encima del candelero; y siete tubos para las lámparas que [están] encima de él; 3Y sobre él dos olivos, uno a la derecha del tazón, y el otro a su izquierda. 4Proseguí, y hablé a aquel Ángel que hablaba conmigo, diciendo: ¿Qué [es] esto, mi Señor? 5Y el Ángel que hablaba conmigo respondió, y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: No, mi Señor. 6Entonces respondió y me habló, diciendo: Ésta [es] palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, dice Jehová de los ejércitos. 7¿Quién [eres] tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel [serás] reducido a llanura; él sacará la primera piedra [con] aclamaciones, [diciendo]: Gracia, gracia a ella. 8Entonces la palabra de Jehová vino a mí, diciendo: 9Las manos de Zorobabel echarán el fundamento a esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros. 10Porque, ¿quién ha menospreciado el día de las pequeñeces? Pues se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete [son] los ojos de Jehová que recorren por toda la tierra. 11Hablé más, y le dije: ¿Qué significan estos dos olivos a la derecha del candelero, y a su izquierda? 12Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué [significan] las dos ramas de olivo que por medio de dos tubos de oro vierten de sí [aceite] como oro? 13Y me respondió, diciendo: ¿No sabes qué [es] esto? Y dije: No, mi Señor. 14Entonces Él dijo: Éstos [son] los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra." {Zacarías 4}