Testimonio
07-07-2020
(Palabras de Consuelo de Parte del Altísimo)

Amados, 07 de julio, 2020. Estaba en meditación y oración delante de Dios. Estaba meditando [en] todas las cosas que el Señor me deja saber, viendo las cosas que están aconteciendo, cómo se está cumpliendo todo al pie de la letra en el ámbito profético frente a nosotros. Y yo decía: “Señor”, le decía a mi Señor en oración, “si yo tuviera dinero, tierras, algo grande de valor, buscaría cualquier forma para poner a tus verdaderos hijos, que anhelan hacer tu voluntad, en el campo, con lo necesario para que comiencen ese camino que tú deseas para cada uno de ellos”. Yo le decía al Señor, derramando mi corazón delante de Él, que yo deseaba tanto que eso fuera así, pero que no podía. Le decía al Señor que yo veía lo que Él me mostraba de lo porvenir y el gran peligro en las ciudades y de tener un corazón dividido, y me daban escalofríos de pensar en todo lo que viene, y los muchos que todavía siguen ahí, en las ciudades. {Daisy Escalante: 07-07-2020, es.p1}

Yo le decía al Señor que muchos tienen, tienen recursos, pero están desenfocados. Y tiran sus recursos en lo que no es para esta hora. Y yo decía: “¡oh, Señor! ¡abre puertas a tus hijos que claman a ti por liberación en esta hora!” Terminé de orar, me quedé meditando un rato más, cuando el Señor no se hizo esperar, y me dio estas siguientes palabras que quiero compartir con ustedes. {Daisy Escalante: 07-07-2020, es.p2}

“No te maravilles por lo que otros pueden hacer, sino por lo que Yo puedo hacer a través de tu vida. Sé firme y celosa de mi Palabra. No juzgues, aunque te juzguen. No abras tu boca para defenderte. Hazte fuerte soportando las humillaciones y las traiciones. Trabaja fuerte y espera en Mí. No te doblegues ante los desafíos, encáralos con ánimo, fe y esperanza. No desees bienes para tu vida, como nunca lo has hecho, y así seguiré bendiciendo tu vida para que pueda seguir siendo bendición para otros”. {Daisy Escalante: 07-07-2020, es.p3}

Yo me quedé meditando en estas palabras. Y, en ese momento, el Señor me dijo: “compártelas, pues hay muchos que sufren por la misma causa, y estas mismas palabras que te doy a ti, van a ser de consuelo, también, para muchos”. Así que, las comparto con ustedes y es mi ruego y oración que podamos descansar en el Señor, con sus palabras, que son un maravilloso consuelo [porque son] provenientes del Altísimo. ¡Alabo y glorifico el nombre de Dios porque Él siempre está pendiente de cada uno de nosotros! {Daisy Escalante: 07-07-2020, es.p4}

A veces, oramos, pensamos o hablamos y no nos damos cuenta de que estamos siendo escuchados, no por entidades humanas sino por entidades eternas, por nuestro grande y poderoso Dios. Por su Padre, el Padre Celestial. Por Jesucristo, que murió por nosotros en la cruz del Calvario. Por el Espíritu Santo, que está entre nosotros como otro Consolador, que vino luego que Jesús ascendió a los cielos e intercede por nosotros allá en el Lugar Santísimo. Ese consolador primero, ¡maravilloso!, que murió en la cruz, como Él mismo se catalogó: “Yo me voy, pero Yo os enviaré otro consolador para que esté con vosotros, el Espíritu Santo”. Él está aquí, con nosotros. Él nos escucha. Él apela a nuestro corazón, a nuestra mente, para que estemos en comunión con Dios. Para que, así, podamos abrir su Palabra, podamos escucharla, podamos entenderla a través del discernimiento, a través de ese don maravilloso que Él nos otorga, de dejarnos ver —quitar la venda de nuestros ojos—, desembotar este pensamiento que, a veces, no le entran las cosas. Pero, de repente, la luz que ellos emanan, brilla y fulgura [en] nuestra mente para que, así, podamos entender las cosas maravillosas que, antes, las veíamos [pero] estábamos como con los ojos vendados. Y, ahora, por su gracia y su misericordia, podemos verla. {Daisy Escalante: 07-07-2020, es.p5}

¡Alabo y glorifico el nombre del Señor porque Él siempre está presto! También, a sus ángeles ministradores que están entre nosotros, porque están ahí, al servicio del pueblo de Dios, enviados por el Rey de reyes y Señor de señores. Están aquí, en este mundo, en medio de nosotros, y están listos para defendernos ante lo que pronto, muy pronto, acontecerá. Si [ahora] vemos las cosas mal, aún no es nada, pero podemos confiar en Cristo Jesús. No olvidemos lo que Él hizo en el antaño con su pueblo. Si lo olvidamos, estamos perdidos”. {Daisy Escalante: 07-07-2020, es.p6}

La angustia, el desespero, el estrés, la depresión, van a estar a la puerta, aflorando en cada uno de nosotros, pero si nos acordamos de todo eso, si lo creemos de todo corazón, vamos a poder experimentar la paz que solamente Cristo puede dar. Porque vemos cómo todo este nuevo orden mundial está alistándose, preparándose. Vemos las garras del león casi encima de nosotros; pero debemos vivir confiados, porque Cristo Jesús dijo: “Yo vine y Yo vencí; mi paz os dejo, mi paz os doy, y no como el mundo la da, Yo la doy”. {Daisy Escalante: 07-07-2020, es.p7}

Para poder recibir esa paz, amados hermanos, tenemos que llegar a un nivel espiritual, a un nivel de acercamiento a Dios —de integración con Dios—, a una escala que, por nosotros mismos, no podemos. Por eso, es bien importante que entendamos que necesitamos aferramos a Cristo Jesús. Necesitamos humillarnos delante de Él. Necesitamos estar en su presencia constantemente. Solamente a través de la justificación de Cristo Jesús, que la podemos hacer nuestra por medio de la fe en Él, es que podemos llegar a tener esa paz —que solamente Él puede dar—, para ser vencedores en esta hora y en lo próximo que se nos avecina. Quiera Dios que así sea, es mi ruego y oración. {Daisy Escalante: 07-07-2020, es.p8}

Veo el mundo, lo que está pasando, y, ciertamente: nuestro Señor está inminentemente a las puertas. La prueba final, la prueba fuerte, está ante cada uno de los que queremos ser fieles a Dios hasta el final. Y no la vamos a poder soportar nosotros mismos. Solamente escondidos detrás de Cristo Jesús es que lo vamos a poder lograr. {Daisy Escalante: 07-07-2020, es.p9}

Quiera Dios que el investimento del Espíritu Santo sea una realidad en cada uno de aquellos que deseamos de todo corazón estar a los pies del Maestro, vivir con Él eternamente en la Patria Celestial. Y no solos, sino que, a través de esto podamos alcanzar a muchos para que también puedan gozar con nosotros en la Patria Celestial por siempre, donde ya no existirá más un mundo de pecado, ni dolor, ni sufrimiento. No [habrá] angustias [por] perder a seres queridos, a seres que amamos, ni de ver las horribles cosas que están pasando en este mundo. Quiera Dios que podamos ser vencedores en Él, es mi ruego y oración. Que el Señor nos bendiga a todos. {Daisy Escalante: 07-07-2020, es.p10}