Q&A: 27-06-2021 (8810)

junio 27, 2021. 7:14 am | Publicado en Q&A
Pregunta Hermana M:
¿Qué creemos de 2da de Juan 7 referente a la naturaleza de Jesús?
Respuesta:

Vemos lo que Juan nos dice en todo el contexto del capítulo es que los engañadores no creían que Jesús había venido en la carne, de la misma manera que los engañadores de hoy no creen las instrucciones que Dios da en Sus mandamientos, estatutos y testimonios, por esta razón no tienen comprensión ni discernimiento profético. Estos engañadores siempre van a estar haciendo que lo que es claro se vuelva dudoso, pero el verdadero pueblo De Dios que recibe la misericordia y La Paz solo usan su tiempo en la verdad según Dios y el amor según Dios. Por eso Juan en esta carta prefiere ir directamente con la señora y sus hijos para hacer las aclaraciones con ellos directamente porque no es prudente hacer aclaraciones con engañadores que no viven y practican la verdad y el amor De Dios según Juan nos explica en el contexto. Por eso Jesús siempre hablaba en parábolas con las multitudes y les explicaba las cosas como eran a los que amaban la verdad. Jesús vino en carne pero era el Hijo De Dios, Eterno y Todopoderoso.

Cristo tomó sobre sí la naturaleza humana, 1 de marzo (Exaltad a Jesús)

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan 1:14. EJ 68.1

Como alguien que conoce el tema que trata, Juan le atribuye todo el poder a Cristo y habla de su grandeza y majestad. Proyecta los preciosos rayos de la verdad divina como si fueran la luz del sol. Presenta a Cristo como el único Mediador entre Dios y la humanidad. EJ 68.2

La doctrina de la encarnación de Cristo es un misterio: “El misterio que había estado oculto desde los siglos y edades”. Colosenses 1:26. Es el misterio grande y profundo de la piedad. “Aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros”. Cristo tomó sobre sí la naturaleza humana, una naturaleza inferior a la suya que era celestial. Nada demuestra como esto la incomprensible condescendencia de Dios. “De tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito”. Juan trata este admirable tema con tal sencillez que todos pueden comprender las ideas que presenta y ser iluminados. EJ 68.3

Cristo no tomó la naturaleza humana como un disfraz; la adoptó de veras. En realidad poseyó una naturaleza humana. “Por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo”. Era el hijo de María; era descendiente de David, de acuerdo con la genealogía humana. Se declaró que era un hombre, Jesucristo-Hombre. Pablo escribe de Él: “Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno éste, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo”. Hebreos 3:3. EJ 68.4

Pero aunque la Palabra de Dios se refiere a la humanidad de Cristo mientras estuvo en la tierra, también habla decididamente acerca de su preexistencia. La Palabra (Verbo) existía como un ser divino, como el mismo eterno Hijo de Dios, en unión con su Padre y siendo uno con Él. Desde la eternidad se constituyó en el Mediador del pacto, la Persona en quien serían benditas todas las naciones de la tierra, tanto judíos como gentiles, si tan sólo lo aceptaban. “El Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Desde antes que fueran creados los hombres o los ángeles, el Verbo (Palabra) era con Dios, y era Dios... EJ 68.5

Desde el principio Dios y Cristo sabían acerca de la apostasía de Satanás y de la caída de Adán que se produciría como resultado del engañoso poder del apóstata. El plan de salvación se concibió con el fin de redimir a la raza caída, y darle una nueva oportunidad. Cristo fue destinado como un Mediador de la creación de Dios, establecido desde los tiempos eternos para ser nuestro sustituto y nuestra garantía. Desde antes que el mundo fuera creado se decidió que la divinidad de Cristo debía ser velada con la humanidad. Cristo dijo: “Me has preparado un cuerpo”. Pero no vino en forma humana sino hasta que el tiempo se hubo cumplido. Entonces vino a nuestro mundo, como un bebé en Belén.—The Review and Herald, 5 de abril de 1906. EJ 68.6

Hay "cristianos" que dicen que Jesús no vino con la naturaleza degradada por 4000 años de pecado. Esto es falso. Cristo vino con nuestra naturaleza, pero combinada con el poder del Espíritu Santo que nosotros lo recibimos cuando nos bautizamos. La vida de Jesús es la vida que podemos tener nosotros mismos comenzando con el bautismo. ÉL no tuvo ningún poder más que nosotros. ÉL es EL CAMINO, ÉL nos enseñó como vencer en nuestra condición, haciéndose "familiar" nuestro para poder salvarnos y "comprarnos", tal como pedía el estatuto.

Él necesitó orar fervientemente para no pecar, necesitó "crecer en sabiduría" estudiando las Escrituras. Él no tuvo la mente de Dios sino de un hombre. ÉL tuvo que creer por fe que Él era el Mesías. Él necesitó ayunar, para poder hacer frente a las tentaciones. Él necesitó de una madre que Le enseñara. Él murió y resucitó con el mismo cuerpo. Con ese cuerpo herido Se presentó ante el Padre. En este cuerpo está haciendo la obra de sumo sacerdote. DE HECHO, EL SACRIFICIO ETERNO DEL PADRE, ES QUE HA PERMITIDO QUE JESÚS TOMARA LA NATURALEZA HUMANA PARA SIEMPRE.