Q&A: 21-11-2021 (13146)
CRA. Capítulo 27—El té y el café
Los efectos estimulantes del té y el café
732. El régimen de alimentación y las bebidas
estimulantes de estos días no conducen al mejor
estado de salud. El té, el café y el tabaco son todos
estimulantes, y contienen veneno. No solamente son
innecesarios, sino perjudiciales, y deben ser
descartados si hemos de agregar al conocimiento
temperancia.—The Review and Herald, 21 de febrero
de 1888
(https://m.egwwritings.org/es/book/821.8646#8646).
CRA 505.3
733. El té es venenoso para el organismo. Los cristianos
deben abandonarlo. La influencia del café es hasta
cierto punto la misma que la del té, pero su efecto
sobre el organismo es aún peor. Es excitante, y en la
medida en que lo eleve a uno encima de lo normal, lo
dejará finalmente agotado y postrado por debajo de lo
normal. A los que beben té y café, los denuncia su
rostro. Su piel pierde el color y parece sin vida. No se
advierte en el rostro el resplandor de la salud.—Joyas
de los Testimonios 1:195, 196 (1868)
(https://m.egwwritings.org/es/book/1696.923#923).
CRA 505.4
734. Enfermedades de todo género y de todo tipo han
sido acarreadas a los seres humanos por el uso del té y
del café, y de los narcóticos, el opio y el tabaco. Estas
complacencias perjudiciales deben ser abandonadas,
no solamente una de ellas, sino todas; porque todas
son dañinas y ruinosas para las facultades físicas,
mentales y morales; y deben ser descartadas desde el
punto de vista de la salud.—Manuscrito 22, 1887
(https://m.egwwritings.org/es/book/14055.4472001#4
472001). CRA 506.1
[Sembrando semillas de muerte—655] CRA 506.2
735. No bebáis nunca té, café, cerveza, vino o cualquier
otra bebida alcohólica. El agua es el mejor líquido
posible para limpiar los tejidos.—The Review and
Herald, 29 de julio de 1884
(https://m.egwwritings.org/es/book/821.5667#5667).
CRA 506.3
736. El té, el café, y el tabaco, así como las bebidas
alcohólicas, constituyen diferentes grados en la escala
de los estimulantes artificiales. CRA 506.4
El efecto del té y del café, como se ha mostrado hasta
ahora, tiene la misma tendencia que el del vino y la
sidra, el licor y el tabaco. CRA 506.5
El café comporta una complacencia dañina. Si
momentáneamente excita la mente a una acción
inusitada, el efecto posterior es agotamiento,
postración, parálisis de las facultades mentales,
morales y físicas. La mente se enerva, y a menos que
por un esfuerzo determinado se venza el hábito, la
actividad del cerebro se disminuye en forma
permanente. Todos estos productos irritantes de los
nervios están agotando las fuerzas vitales, y la
inestabilidad causada por los nervios destrozados, la
impaciencia, la debilidad mental, llegan a ser un
elemento de combate, que antagoniza con el progreso
espiritual. ¿No debieran, pues, los que defienden la
temperancia y la reforma, estar alerta para
contrarrestar los males de estas bebidas perjudiciales?
En algunos casos es tan difícil quebrantar el hábito de
beber té y café, como para el alcohólico terminar con
el uso del alcohol. El dinero gastado en té y café está
más que malgastado. Estos sólo perjudican al que los
usa, y esto en forma continua. Los que emplean té,
café, opio y alcohol pueden a veces vivir hasta una
edad avanzada, pero este hecho no es ningún
argumento en favor del uso de estos estimulantes. Lo
que estas personas debían haber realizado, pero
dejaron de lograrlo, debido a su hábito intemperante,
sólo lo revelará el gran día de Dios. CRA 506.6
Los que recurren al té y al café como un estímulo para
el trabajo, sentirán los malos efectos de esta conducta
en forma de nervios alterados y falta de dominio
propio. Los nervios cansados necesitan reposo y
quietud. La naturaleza necesita tiempo para recuperar
sus energías agotadas. Pero si sus fuerzas son
aguijoneadas por el uso de estimulantes, existe,
siempre que se repite este proceso, una disminución
de la verdadera fuerza. Por un tiempo puede realizarse
más bajo el estímulo antinatural, pero gradualmente se
va haciendo más difícil despertar las energías hasta el
punto deseado, y por fin la naturaleza exhausta ya no
puede responder.—Christian Temperance and Bible
Hygiene, 34-36 (1890)
(https://m.egwwritings.org/es/book/14.156#156). CRA
507.1
Efectos dañinos atribuidos a otras causas
El hábito de beber té y café es un mal mayor que el
que a menudo se sospecha.
Muchos que se han acostumbrado al uso de bebidas
estimulantes sufren dolor de cabeza y postración, y
pierden mucho tiempo por enfermedad. Imaginan que
no pueden vivir sin el estímulo e ignoran sus efectos
sobre la salud. Lo que los hace más peligrosos es que
sus malos efectos son a menudo atribuidos a otras
causas. CRA 507.2
Efectos sobre la mente y la moral
Por el uso de estimulantes, todo el organismo sufre.
Los nervios se desequilibran, el hígado desarrolla una
acción mórbida, quedan afectadas la calidad y la
circulación de la sangre, y la piel se hace inactiva y se
vuelve pálida. También la mente se perjudica. La
influencia inmediata de estos estimulantes es excitar el
cerebro hasta una actividad indebida, sólo para dejarlo
más débil y menos capaz de esfuerzo. El efecto
posterior es la postración, no sólo mental y física, sino
también moral. Como resultado vemos a hombres y
mujeres nerviosos, de juicio inseguro y mente
desequilibrada. A menudo manifiestan un espíritu
apresurado, impaciente, acusador; ven las faltas de los
demás, como a través de un vidrio de aumento, y son
completamente incapaces de discernir sus propios
defectos. CRA 507.3
Cuando estas personas que usan té y café se reúnen
para pasar momentos de recreación social, los efectos
de su hábito pernicioso son manifiestos. Todos
participan libremente de las bebidas favoritas, y a
medida que se siente la influencia estimulante, sus
lenguas se sueltan, y comienzan con la malvada tarea
de hablar contra los demás. Sus palabras no son pocas
o bien escogidas. Los bocados selectos de la
chismografía empiezan a circular, y demasiado a
menudo también circula el veneno del escándalo. Estos
chismosos desconsiderados olvidan que tienen un
testigo. El Vigilante, invisible, está escribiendo sus
palabras en los libros del cielo. Todas estas críticas
duras, estos informes exagerados, estos sentimientos
de envidia, expresados bajo la excitación de la taza de
té, son registrados por Jesús como si hubieran sido
dirigidos contra él mismo. “En cuanto lo hicisteis a uno
de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo
hicisteis”. CRA 508.1
Estamos ya sufriendo a causa de los malos hábitos de
nuestros padres, y sin embargo ¡cuántas personas
siguen una conducta aún peor que la de ellos! CRA
508.2
El opio, el té, el café, el tabaco y las bebidas alcohólicas
están agotando rápidamente la chispa de vitalidad que
todavía queda en la raza humana. Cada año se toman
millones de litros de bebidas alcohólicas y millones de
pesos se invierten en tabaco. Y los esclavos del apetito,
en tanto que gastan constantemente lo que ganan en
la complacencia sensual, despojan a sus hijos de
alimento, vestido y de las ventajas de la educación. La
sociedad nunca podrá estar en su debido estado
mientras predominen estos males.
Mateo 7:12 pone también la pauta en esto. Como hijos
de Dios no debemos de participar en nada que sea
dañino a nuestro prójimo. Muchas excusas y
razonamientos pueden venir a la mente humana
referente a esto, mas eso no cambiara nunca la forma
como El Eterno ve y pesa las cosas entre aquellos que
dicen ser Su pueblo. Si alguien me viera trabajando en
una porqueriza ¿Qué diría? ¿Podría decirle, yo soy
adventista y no como cerdo, pero trabajo matándolos
para que otros se los coman? ¿Seria esa una excusa
valida ante Dios y los hombres o un buen testimonio?
De ninguna manera.