Q&A: 18-07-2021 (8792)
Pacto en el matrimonio con Dios
El matrimonio es el fundamento de la familia y la sociedad, puesto por Dios. Dios ha dado los fundamentos para la felicidad y el éxito de ese matrimonio.
1. La Teocracia, como forma de gobierno.
a. Dios nos enseña como Él piensa con Sus mandamientos que se oponen a nuestras concupiscencias
b. Los estatutos que se oponen a nuestras iniquidades.
c. EL quiere que obremos con los demás, con nosotros y con Él, de acuerdo a sus testimonios.
d. EL quiere que actuemos de acuerdo a Sus profecías.
Haciendo estas 4 cosas, aseguramos la protección, dirección y gracias de Dios, para la pareja y sus retoños. Poner otros tipos de fundamentos garantizan el fracaso y la miseria de la pareja, para esta vida y la porvenir.
2. Patriarcado- El varón y patriarca, debe ser fiel y obediente a los estatutos y mandamientos, y debe ser guiado por el Espíritu Santo, para discernir los testimonios y profecías, sin tomar en cuenta las opiniones de hombres ignorantes de Dios, que no siendo fieles a los mandamientos y estatutos, pues no los entienden como Dios los explica y aplica, y que desconocen la interpretación que da el Espíritu Santo a través de los testimonios y profecías, son expertos en explicar las cosas de Dios con mentes desconectadas Dios.
En estos días del fin de la historia humana Satanás, a través de sus diferentes instrumentos, está tratando de alterar o desacreditar y fiscalizar los fundamentos de Dios. Y está creando falsos e inmorales mandamientos, para minar la confianza de los matrimonios en los fundamentos de Dios, que son los que garantizan la felicidad y la prosperidad verdadera.
Con los falsos pretextos de la tolerancia y el bien común, se sustituyen los principios Eternos de Dios, por filosofías e ideologías que no tienen valor real, porque mezclan medias verdades con sentimentalismo, que es prevaricación... la prevaricación siempre produce fracaso y nos separa de Dios.
Dios nos ha enseñado el valor del principio de causa y el efecto y solo Dios produce causas, que dan efectos de felicidad y prosperidad, que son de gran valor para nuestra vida.
Las causas que las ideologías y doctrinas de hombres están imponiendo como fundamentos, para sustituir los fundamentos de Dios, tienen efectos que no producen felicidad ni prosperidad real.
Desde el principio Satanás ha tratado de usurpar los principios Eternos, que son el fundamento de la felicidad y prosperidad de la familia.
Queda como responsabilidad del varón y patriarca decidir si usará los principios Eternos para la felicidad de su familia, o si llega a usar los principios falsos de la sabiduría inútil de hombre y demonios.
Es el deber sagrado de cada varón defender la integridad y la felicidad de su familia. Debe meditar de día y de noche en los mandamientos y estatutos de Dios y cuidar de ponerlos por obra, para que tenga derecho a la protección, dirección y bendición de Dios para él y su familia.
Que la mujer, respete a su marido, que es temeroso de Dios. La mujer al igual que el varón debe meditar en los mandamientos y estatutos de Dios, para cooperar con su esposo en el proceso de proteger con valor y honradez, que ningún principio falso inspirado por Satanás, suplante con conscipicencias e iniquidades algún mandamiento y estatuto de Dios.
Si tanto el esposo como la esposa cumple con fidelidad esta función, el Espíritu Santo le dará discernimiento para entender, lo que Dios nos quiere decir a través de los testimonios y lo que Dios nos quiere decir a través de Sus profecías.
Como se mencionó anteriormente los testimonios nos enseñan a cómo actuar en las diferentes facetas de la vida, aplicando con sabiduría celestial los principios de los mandamientos y estatutos.
Si esto se hace con fidelidad y Dios lo aprueba, Dios le dará el discernimiento para entender cada testimonio, para saber cómo obrar con los demás y le dará también discernimiento a través de las profecías para saber cómo actuar en contra del plan maestro de Satanás.
Si con fidelidad, integridad y prudencia se cumplen con el plan maestro de Dios, cada matrimonio podrá cumplir el propósito de Dios para ese matrimonio.
3. La vida en el campo— Dios da la vida en un campo porque es la única forma que tanto el padre, madre e hijos pueden ser educados en la forma más amplia por el Espíritu Santo. Solo en las montañas se puede alcanzar el ideal y el propósito que Dios tiene para cada miembro de la familia.
A través de los ministros silenciosos ( la naturaleza del Eterno) toda la familia será afectada positivamente, en el proceso de la santificación y de la verdadera educación, para preparar candidatos verdaderamente aprobados por el cielo.
4. El Sábado- Tiene un propósito santificador porque al igual que la luna nueva, eran los únicos dos días que en el santuario de Israel se abrían la puerta del oriente, como un símbolo de ser los dos días especiales en los que El Creador visitaba Sus criaturas.
Estos 2 días deben ser de verdadero gozo y gratitud hacia El Creador, porque en los otros días de la semana hay bendición de Dios pero en estos 2 días hay mayor bendición. Como lo deja ver los servicios del santuario en esos días. Como dice Isaías 66:23 que de luna nueva en luna nueva y de sábado en sábado vendrá toda carne a adorar delante de Dios.
En el tiempo del santuario anterior, El Creador venía a visitarnos cada Sábado y cada Luna Nueva, pero en la tierra nueva, nosotros iremos a visitar al Creador para adorarlo.
Nota: Para llegar a ser buenos esposos y esposas primero deben ser hombres y mujeres solteras que honren a Dios.
Sino se practica estos principios elevados en la soltería, no se aplicarán en el matrimonio por no haber formado este hábito y no podrán ser matrimonios exitosos en Cristo Jesús.
Para formar matrimonios virtuosos se necesitan hombres y mujeres virtuosos que cuando se unan puedan multiplicar la virtud de la misma manera en que Dios mandó a los discípulos de dos en dos. De esa manera es el matrimonio: dos discípulos ( hombre y mujer) que han comprendido el precioso valor de desechar su honradez y gloria propia, y de honrar la honradez y la gloria de Cristo por encima de todo.
El motivo de la proliferación de la horrible inmoralidad que nos rodea y del aumento de las personas fatuas, soberbias y contumaces, que están dispuestas a apoyar cualquier creencia, filosofía o leyes inmorales, es por el abandono de los principios Eternos de Dios, que son incambiables e inmejorables.
Más la generación de soberbios, fatuos y contumaces de hoy, aplauden y reciben y toleran todo tipo de mentira dicha como verdad.
Esto llevará a la sociedad y gobierno a la miseria, por el abandono de la misericordia de Dios, para el hombre soberbio, que se atreve a creer que sus pensamientos son mejores, que los pensamientos de Dios.
Nadie debe olvidarse de los 5 pilares de la felicidad, que son:
• La abnegación
• La sinceridad
• La misericordia
• La diligencia
• La sumisión a Dios.
Estos 5 producen 3 frutos:
• La prudencia al vivir en sumisión a Dios.
• La integridad con Dios
• El ágape como la motivación de todo.
Cuando Sansón violo el pacto santo al revelar su secreto a Dalila, perdió la bendición, dirección y protección de Dios.
Nosotros hoy debemos alejarnos de las Dalilas, Herodías y Jezabeles de nuestras vidas, y también alejarnos de los Judas, de los Herodes y de los Acabs, de nuestras vidas... Dios tiene una obra que hacer en nosotros, pero mientras cedamos a las exigencias de los soberbios, Dios no podrá bendecirnos.
———— Aquí lo recibido por Dios mientras este escrito se estaba haciendo ————
7:10 pm Julio 16-2021
Mientras esto se escribía el Señor habló estas palabras:
“Todo matrimonio que se forme de ahora en adelante debe formarse bajo este pacto si es que desean Mi aprobación y Mi bendición. Yo miro y escudriño el corazón y haré pacto con los humildes y sinceros de corazón”
———————-
Biblia:
• Quien halla esposa halla la felicidad: muestras de su favor le ha dado el Señor. Proverbios 18:22
• ¿No han leído —replicó Jesús— que en el principio el Creador “los hizo hombre y mujer”, y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo”? Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Mateo 19:4-6
• Esposas, sométanse a sus esposos, como conviene en el Señor. Esposos, amen a sus esposas y no sean duros con ellas. Colosenses 3:18-19
• Tengan todos en alta estima el matrimonio y la fidelidad conyugal, porque Dios juzgará a los adúlteros y a todos los que cometen inmoralidades sexuales. Hebreos 13:4
• Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará? ¡Es más valiosa que las piedras preciosas!. Proverbios 31:10
• El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor. Proverbios 16:9
• Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra. Efesios 5:25-26
• Pero, en vista de tanta inmoralidad, cada hombre debe tener su propia esposa, y cada mujer su propio esposo. 1 Corintios 7:2
• Luego Dios el Señor dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada. Génesis 2:18
• No envíes a la guerra a ningún hombre recién casado, ni le impongas ningún otro deber. Tendrá libre todo un año para atender su casa y hacer feliz a la mujer que tomó por esposa. Deuteronomio 24:5
• De la costilla que le había quitado al hombre, Dios el Señor hizo una mujer y se la presentó al hombre, el cual exclamó: «Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Se llamará “mujer” porque del hombre fue sacada». Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser. Génesis 2:22-24
• Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y Salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. Efesios 5:22-23
• Toda tú eres bella, amada mía; no hay en ti defecto alguno. Cantares 4:7
• El hombre debe cumplir su deber conyugal con su esposa, e igualmente la mujer con su esposo. La mujer ya no tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposo. Tampoco el hombre tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposa. 1 Corintios 7:3-4
• De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes. 1 Pedro 3:7
• Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo. Efesios 5:31
• Así mismo el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo. Efesios 5:28
• En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo. Efesios 5:33
• Ustedes han oído que se dijo: “No cometas adulterio”. Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón. Mateo 5:27-28
• Me deleito mucho en el Señor; me regocijo en mi Dios. Porque él me vistió con ropas de salvación y me cubrió con el manto de la justicia. Soy semejante a un novio que luce su diadema, o una novia adornada con sus joyas. Isaías 61:10
• No se nieguen el uno al otro, a no ser de común acuerdo, y solo por un tiempo, para dedicarse a la oración. No tarden en volver a unirse nuevamente; de lo contrario, pueden caer en tentación de Satanás, por falta de dominio propio. 1 Corintios 7:5
EGW.
El Hogar Cristiano
Sección 5—Acerca del altar matrimonial
Capítulo 15—Promesas solemnes
Propósito de Dios para ambos esposos—Con una parte del hombre Dios hizo a una mujer, a fin de que fuese ayuda idónea para él, alguien que fuese una con él, que le alegrase, le alentase y bendijese, mientras que él a su vez fuese su fuerte auxiliador. Todos los que contraen relaciones matrimoniales con un propósito santo—el esposo para obtener los afectos puros del corazón de una mujer, y ella para suavizar, mejorar y completar el carácter de su esposo—cumplen el propósito de Dios para con ellos. HC 84.1
Cristo no vino para destruir esa institución, sino para devolverle su santidad y elevación originales. Vino para restaurar la imagen moral de Dios en el hombre, y comenzó su obra sancionando la relación matrimonial. HC 84.2
El que creó a Eva para que fuese compañera de Adán realizó su primer milagro en una boda. En la sala donde los amigos y parientes se regocijaban, Cristo principió su ministerio público. Con su presencia sancionó el matrimonio, reconociéndolo como institución que él mismo había fundado. Había dispuesto que hombres y mujeres se unieran en el santo lazo del matrimonio, para formar familias cuyos miembros, coronados de honor, fueran reconocidos como miembros de la familia celestial. HC 84.3
Jesús quiere matrimonios felices—El amor divino que emana de Cristo no destruye el amor humano, sino que lo incluye. Lo refina y purifica; lo eleva y lo ennoblece. El amor humano no puede llevar su precioso fruto antes de estar unido con la naturaleza divina y dirigido en su crecimiento hacia el cielo. Jesús quiere ver matrimonios y hogares felices. HC 84.4
Como todos los otros buenos dones confiados por Dios a la custodia de la humanidad, el casamiento fué pervertido por el pecado; pero es propósito del Evangelio devolverle su pureza y belleza. ... HC 85.1
La gracia de Cristo es lo único que puede hacer de esta institución lo que Dios quiso que fuera: un medio de bendecir y elevar a la humanidad. Así pueden las familias de la tierra, en su unidad, paz y amor, representar la familia del cielo. HC 85.2
La condición de la sociedad ofrece un triste comentario acerca del ideal que tiene el Cielo para esta relación sagrada. Sin embargo, aun a aquellos que encontraron amargura y chasco donde habían esperado obtener compañerismo y gozo, el Evangelio de Cristo ofrece solaz. HC 85.3
Una ocasión de gozo—Las Escrituras declaran que Jesús y sus discípulos fueron invitados a esta boda [de Caná]. Cristo no dió a los cristianos autorización para decir al ser invitados a una boda: No debiéramos asistir a una ocasión de tanto gozo. Al asistir a aquel banquete Cristo enseñó que quiere vernos regocijarnos con los que se regocijan en la observancia de sus estatutos. Nunca desaprobó las fiestas inocentes de la humanidad cuando se celebraban de acuerdo con las leyes del Cielo. Es correcto que quienes siguen a Cristo asistan a una fiesta que él honró con su presencia. Después de participar de aquel banquete, Cristo asistió a muchos otros y los santificó por su presencia e instrucción. HC 85.4
La prodigalidad, la ostentación y la hilaridad no son apropiadas para las bodas—Las ceremonias matrimoniales se truecan en ocasiones ostentosas, en las que hay prodigalidad y búsqueda de placeres. Pero si las partes contratantes concuerdan en sus creencias y prácticas religiosas, si todo se hace en forma consecuente y la ceremonia se realiza sin ostentación ni despilfarro, la boda no desagradará a Dios. HC 85.5
No hay motivo por hacer mucha ostentación, aun cuando las partes contratantes se correspondan perfectamente. HC 86.1
Siempre me ha parecido impropio que la ceremonia del matrimonio vaya asociada con mucha hilaridad, algazara y simulación. No debe ser así. Es un rito ordenado por Dios, que debe considerarse con la mayor solemnidad. Cuando se establece una relación familiar aquí en la tierra, debe ser una demostración de lo que será la familia en el cielo. Se ha de dar siempre el primer lugar a la gloria de Dios. HC 86.2
Una boda en la casa de la Sra. de White—Más o menos a las once de la mañana el martes, nuestro amplio comedor quedó preparado para la ceremonia de la boda. En ella ofició el Hno. P., y todo fué muy bien. Se solicitó ... que la Hna. White ofreciese la oración después de la ceremonia. El Señor me dió una libertad especial. Mi corazón fué enternecido y subyugado por el Espíritu de Dios. En esa ocasión no hubo bromas livianas ni dichos insensatos. Todo lo relacionado con este casamiento fué solemne y sagrado. Todo fué de carácter elevador e impresionó profundamente. El Señor santificó esa boda, y los dos cónyuges aunan ahora sus intereses para trabajar en el campo misionero, para buscar y salvar a los perdidos. Dios los bendecirá en su obra si andan humildemente con él, apoyándose de lleno en sus promesas. HC 86.3
La fusión de dos vidas.
*—Este es un momento importante en la historia de las personas que han estado delante de Vds. para unir sus intereses, sus simpatías, su amor y sus labores en el ministerio destinado a salvar las almas. En la relación matrimonial se da un paso muy importante: la fusión de dos vidas en una. ... Concuerda con la voluntad de Dios que el hombre y su esposa estén unidos en su obra, para realizarla con integridad y santidad. Y ellos pueden hacerlo. HC 86.4
La bendición de Dios en el hogar donde existe esta unión es como la luz del sol que proviene del cielo, porque la voluntad de Dios ordenó que el hombre y su esposa estén unidos por los santos lazos del matrimonio, bajo el gobierno de Jesucristo y la dirección de su Espíritu. ... HC 87.1
Dios quiere que el hogar sea el lugar más feliz de la tierra, el mismo símbolo del hogar celestial. Mientras llevan las responsabilidades matrimoniales en el hogar, y vinculan sus intereses con Jesucristo, apoyándose en su brazo y en la seguridad de sus promesas, ambos esposos pueden compartir en esta unión una felicidad que los ángeles de Dios elogian. HC 87.2
El casamiento no reduce su utilidad, sino que la refuerza. Pueden hacer de su vida matrimonial un ministerio destinado a ganar almas para Cristo; y yo sé de qué estoy hablando porque mi esposo y yo estuvimos unidos durante treinta y seis años y fuimos a cualquier parte que el Señor nos mandase ir. Sabemos al respecto que la relación matrimonial recibe el elogio de Dios. Es por lo tanto un rito solemne. ... HC 87.3
En esta ocasión puedo tomar de la mano a este hermano nuestro; ... y también la de su esposa, e instamos a ambos a que prosigan unidos en la obra de Dios. Quiero decirles: Haced de Dios vuestro consejero. Unid vuestras personalidades. HC 87.4
Consejos a una pareja recién casada—Estimado hermano y estimada hermana: Acabáis de uniros para toda la vida. Empieza vuestra educación en la vida marital. El primer año de la vida conyugal es un año de experiencia, en el cual marido y mujer aprenden a conocer sus diferentes rasgos de carácter, como en la escuela un niño aprende su lección. No permitáis, pues, que se escriban durante ese primer año de vuestro matrimonio, capítulos que mutilen vuestra felicidad futura. ... HC 87.5
Hermano mío, el tiempo, las fuerzas y la felicidad de su esposa están ahora ligados a los suyos. Su influencia sobre ella puede ser sabor de vida para vida o sabor de muerte para muerte. Cuide de no echarle a perder la vida. HC 88.1
Hermana mía, Vd. debe ahora tomar sus primeras lecciones prácticas acerca de sus responsabilidades como esposa. No deje de aprender fielmente estas lecciones día tras día. ... Vele constantemente para no abandonarse al egoísmo. HC 88.2
En vuestra unión para toda la vida, vuestros afectos deben contribuir a vuestra felicidad mutua. Cada uno debe velar por la felicidad del otro. Tal es la voluntad de Dios para con vosotros. Mas aunque debéis confundiros hasta ser uno, ni el uno ni el otro debe perder su individualidad. Dios es quien posee vuestra individualidad; y a él debéis preguntar: ¿Qué es bueno? ¿qué es malo? y ¿cómo puedo alcanzar mejor el blanco de mi existencia?HC 88.3
Un voto tomado ante testigos celestiales—Dios ordenó que hubiese perfecto amor y armonía entre los que asumen la relación matrimonial. Comprométanse los novios, en presencia del universo celestial, a amarse mutuamente como Dios ordenó que se amen. ... La esposa ha de respetar y reverenciar a su esposo, y el esposo ha de amar y proteger a su esposa.HC 88.4
Al comenzar la vida conyugal, tanto los hombres como las mujeres deben consagrarse de nuevo a Dios.HC 88.5
Sea Vd. tan fiel a sus votos matrimoniales que se niegue, tanto en el pensamiento como por palabras o acciones, a mancillar su caso de hombre que teme a Dios y acata sus mandamientos.HC 88.6
Ahora me dirijo a la pareja preguntando si han entendido y aceptado este pacto delante De Dios.
Si es así yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Bendiciones y paz para los humildes y sumisos a Dios.
Que así sea amen