Zacarías 4
1 Y volvió el Ángel que hablaba conmigo, y me despertó como un hombre que es despertado de su sueño.
2 Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelero todo [de] oro, con un tazón sobre la parte superior, y sus siete lámparas encima del candelero; y siete tubos para las lámparas que [están] encima de él;
3 Y sobre él dos olivos, uno a la derecha del tazón, y el otro a su izquierda.
4 Proseguí, y hablé a aquel Ángel que hablaba conmigo, diciendo: ¿Qué [es] esto, mi Señor?
5 Y el Ángel que hablaba conmigo respondió, y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: No, mi Señor.
6 Entonces respondió y me habló, diciendo: Ésta [es] palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, dice Jehová de los ejércitos.
7 ¿Quién [eres] tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel [serás] reducido a llanura; él sacará la primera piedra [con] aclamaciones, [diciendo]: Gracia, gracia a ella.
8 Entonces la palabra de Jehová vino a mí, diciendo:
9 Las manos de Zorobabel echarán el fundamento a esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros.
10 Porque, ¿quién ha menospreciado el día de las pequeñeces? Pues se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete [son] los ojos de Jehová que recorren por toda la tierra.
11 Hablé más, y le dije: ¿Qué significan estos dos olivos a la derecha del candelero, y a su izquierda?
12 Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué [significan] las dos ramas de olivo que por medio de dos tubos de oro vierten de sí [aceite] como oro?
13 Y me respondió, diciendo: ¿No sabes qué [es] esto? Y dije: No, mi Señor.
14 Entonces Él dijo: Éstos [son] los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra.
Profetas y Reyes Capítulo 48: No con ejército, ni con fuerza
Inmediatamente después de la visión que tuvo Zacarías acerca de Josué y el Ángel, el profeta recibió un mensaje referente a la obra de Zorobabel. Declaró Zacarías: “Y volvió el ángel que hablaba conmigo, y despertóme como un hombre que es despertado de su sueño. Y díjome: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelero todo de oro, con su vaso sobre su cabeza, y sus siete lámparas encima del candelero; y siete canales para las lámparas que están encima de él; y sobre él dos olivas, la una a la derecha del vaso, y la otra a su izquierda. Proseguí, y hablé a aquel ángel que hablaba conmigo, diciendo: ¿Qué es esto, señor mío? ... Entonces respondió y hablóme, diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, en que se dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.” {PR 436.1; PK.593.1}
“Hablé más, y díjele: ¿Qué significan estas dos olivas a la derecha del candelero, y a su izquierda? Hablé aún de nuevo, y díjele: ¿Qué significan las dos ramas de olivas que por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como oro? ... Y él dijo: Estos dos hijos de aceite [ungidos, V.M.] son los que están delante del Señor de toda la tierra.” Zacarías 4:1-6, 11-14. {PR 436.2; PK.593.3}
En esta visión los dos olivos que están delante de Dios son representados como haciendo correr áureo aceite por tubos de oro desde sí mismos al recipiente del candelero. De éste se alimentan las lámparas del santuario, para poder producir una luz brillante y continua. Asimismo, de los ungidos que están en la presencia de Dios es impartida a sus hijos la plenitud de la luz, el amor y el poder divinos, a fin de que ellos puedan impartir a otros, luz, gozo y refrigerio. Los que son así enriquecidos tienen que enriquecer a otros con el tesoro del amor de Dios. {PR 436.3; PK.594.1}
Mientras reedificaba la casa del Señor, Zorobabel había trabajado frente a múltiples dificultades. Desde el comienzo, los adversarios habían debilitado “las manos del pueblo de Judá, y los arredraban de edificar, ... e hiciéronles cesar con poder y fuerza.” Esdras 4:4, 23. Pero el Señor se había interpuesto en favor de los constructores, y hablaba ahora por su profeta a Zorobabel, diciendo: “¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura: él sacará la primera piedra con aclamaciones de Gracia, gracia a ella.” Zacarías 4:7. {PR 437.1; PK.594.2}
Durante toda la historia del pueblo de Dios, los que hayan procurado ejecutar los propósitos del Cielo se han visto frente a montañas de dificultades, aparentemente insuperables. El Señor permite esos obstáculos para probar nuestra fe. Cuando nos vemos rodeados por todos lados, es el momento cuando más debemos confiar en Dios y en el poder de su Espíritu. El ejercicio de una fe viva significa un aumento de fuerza espiritual y el desarrollo de una confianza inquebrantable. Así llega a ser el alma una fuerza vencedora. Ante la demanda de la fe, desaparecerán los obstáculos puestos por Satanás en la senda del cristiano; porque las potestades del cielo acudirán en su ayuda. “Nada os será imposible.” Mateo 17:20. {PR 437.2; PK.594.3}
Cuando el mundo emprende algo, lo hace con pompa y jactancia. El método de Dios es hacer del día de los pequeños comienzos el principio del glorioso triunfo de la verdad y de la justicia. A veces prepara a sus obreros sometiéndolos a desilusiones y fracasos aparentes. Se propone que aprendan a dominar las dificultades. {PR 437.3; PK.595.1}
Con frecuencia los hombres están tentados a vacilar delante de las perplejidades y los obstáculos que los confrontan. Pero si tan sólo sostienen firme hasta el fin el principio de su confianza, Dios les aclarará el camino. Tendrán éxito al luchar contra las dificultades. Frente al espíritu intrépido y la fe inquebrantable de Zorobabel, las grandes montañas de las dificultades se transformarán en una llanura; y las manos que pusieron los fundamentos “acabarán” la casa. Sacarán “la primera piedra con aclamaciones de Gracia, gracia a ella.” Zacarías 4:9, 7. {PR 437.4; PK.595.2}
El poder humano no estableció la iglesia de Dios ni puede destruirla. La iglesia no fué fundada sobre la roca de la fuerza humana, sino sobre Cristo Jesús, Roca de la eternidad, “y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.” Mateo 16:18. La presencia de Dios da estabilidad a su causa. Las instrucciones que nos llegan son: “No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre.” Salmos 146:3. “En quietud y en confianza será vuestra fortaleza.” Isaías 30:15. La gloriosa obra de Dios, fundada en los principios eternos de la justicia, no será nunca anonadada. Irá de fortaleza en fortaleza, “no con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.” Zacarías 4:6. {PR 438.1; PK.595.3}
Se cumplió literalmente la promesa: “Las manos de Zorobabel echarán el fundamento a esta casa, y sus manos la acabarán.” Vers. 9. “Y los ancianos de los Judíos edificaban y prosperaban, conforme a la profecía de Haggeo profeta, y de Zacarías hijo de Iddo. Edificaron pues, y acabaron, por el mandamiento del Dios de Israel, y por el mandamiento de Ciro, y de Darío, y de Artajerjes rey de Persia. Y esta casa fué acabada al tercer día del mes de Adar [duodécimo mes], que era el sexto año del reinado del rey Darío.” Esdras 6:14, 15. {PR 438.2; PK.596.1}
Poco después, el templo restaurado fué dedicado. “Los hijos de Israel, los sacerdotes y los Levitas, y los demás que habían venido de la trasportación, hicieron la dedicación de esta casa de Dios con gozo... Hicieron la pascua a los catorce del mes primero.” Esdras 6:16, 19. {PR 438.3; PK.596.2}
El segundo templo no igualaba al primero en magnificencia, ni fué santificado por las manifestaciones visibles de la presencia divina que se vieron al ser inaugurado el primer templo. No hubo manifestación de poder sobrenatural para señalar su dedicación. No se vió que una nube de gloria llenase el santuario recién erigido. Ningún fuego descendió del cielo para consumir el sacrificio sobre su altar. La shekina, o presencia de Dios, no moraba más entre los querubines del lugar santísimo; el arca, el propiciatorio y las tablas del testimonio no se encontraban allí. Ninguna señal del cielo daba a conocer la voluntad de Jehová al sacerdote inquiridor. {PR 438.4; PK.596.3}
Sin embargo, se trataba del edificio acerca del cual el Señor había declarado por el profeta Ageo: “La gloria de aquesta casa postrera será mayor que la de la primera.” “Y haré temblar a todas las gentes, y vendrá el Deseado de todas las gentes; y henchiré esta casa de gloria, ha dicho Jehová de los ejércitos.” Hageo 2:9, 7. Durante siglos hombres sabios han procurado demostrar en qué se cumplió la promesa que Dios hizo a Ageo; y sin embargo muchos se han negado persistentemente a ver un significado especial en el advenimiento de Jesús de Nazaret, el Deseado de todas las gentes, quien por su presencia personal, santificó las dependencias del templo. El orgullo y la incredulidad cegaban sus mentes y les impedían comprender el verdadero significado de las palabras del profeta. {PR 439.1; PK.597.1}
El segundo templo fue honrado, no con la nube de la gloria de Jehová sino con la presencia de Aquel en quien moraba “toda la plenitud de la divinidad corporalmente,” Dios mismo “manifestado en carne.” Colosenses 2:9; 1 Timoteo 3:16. Al ser honrado con la presencia personal de Cristo durante su ministerio personal, y sólo en esto, fue cómo el segundo templo excedió en gloria al primero. El “Deseado de todas las gentes” había llegado de veras a su templo, cuando el Hombre de Nazaret enseñó y curó en los atrios sagrados. {PR 439.2; PK.597.2}
Amados, octubre 10, 2018. Estaba yo meditando y bosquejando todo lo que el Señor me había dado anteriormente para estar lista para el congreso. Y, en ese momento, mientras yo estaba escribiendo y desglosando paso por paso las instrucciones que el Señor me había dado —porque fielmente no quería que se escapara nada y quería decir todo lo que Dios me había dicho—, el Señor siguió dictándome otras cosas y me dio otro título: ¿Dónde están mis pies ubicados en la línea de fuego?". Entonces me dijo: "porque hay camino que al hombre le parece derecho más su fin es camino de muerte. Pues, ¿podrá un ciego guiar a otro ciego y un mudo exponer instrucción? La vara gritó al leño, más ninguno pudo lograr obtener la instrucción". Entonces me dio: "Oseas 2:4. ¿Podrá saber el hombre mejor que Dios en qué tiempo estamos?" Y Él mismo contestó: "no. Y, ¿podrá escribir Dios derecho aunque las líneas estén torcidas?" Y me contestó: "sí. Y, ¿cuántas palabras humanas se necesitan para cancelar una palabra de Dios?" Y Él mismo contestó: "ninguna". {Daisy Escalante: 10-10-2018, es.p1}
"Tu condición no es importante, más sí tu posición", me dijo. Yo quedé meditando en esto, amados hermanos, y Él me dijo: "no es importante porque Dios no tiene problemas con nuestra debilidad, más sí tiene problemas con la hipocresía. Dios está buscando plasmar su carácter alrededor del mundo en sus hijos pues, sin eso, ninguno podrá ver al Señor y subsistir". Yo quedé meditando en estas palabras, pocas palabras pero muy abarcadoras y muy profundas. {Daisy Escalante: 10-10-2018, es.p2}
Mientras estaba meditando en esto el Señor me dio otro título: "¿Estoy calificado para salir airoso o libre en la línea de fuego?" Y me citó algo que conocemos muchos de nosotros: "estarán dos mujeres en un molino, una tomada y otra dejada. Ambas expuestas a lo mismo, más, por su libre albedrío, tomarán decisión, y ésta concluirá en ser una persona cualificada o descalificada. Retén lo que tienes para que ninguno tome tu corona". {Daisy Escalante: 10-10-2018, es.p3}
Estaba yo también meditando en esto, cómo podemos estar esposo o esposa, hijos, padres en el mismo lugar, aprender lo mismo, estar expuestos a lo mismo, más cada quien va a tomar su decisión. Decisiones que, a veces, nos van a dar alegría, pero decisiones que a veces van a crearnos mucha tristeza. Yo derramaba mi corazón delante del Señor: "Señor, ¡ten misericordia! ¡Sigue trabajando con tus hijos!" Más el Señor me dijo: "Yo tendré misericordia del que tendré misericordia" Y, mientras yo meditaba en todo esto, el Señor me dio otro título: "Como ladrón en la noche ante una línea de fuego", y si bien hicieres ¿no recibirás la recompensa?", me dijo. "Más tú, siervo malo, aun lo que se te dio, se te será quitado. Porque aquel que da los dones los transforma en ministerios y para su honra muestra la operación en pro de la salvación de la raza humana". Y me dio: "Miqueas 6:8, Éxodo 15:26, y 2 Crónicas 7:14". Inmediatamente, comencé a abrir mi Biblia y a leer estos versículos, a desglosarlos, porque no quería perder ningún detalle de lo que el Señor me estaba dando en ese momento, porque fielmente, así, lo quería pasar. {Daisy Escalante: 10-10-2018, es.p4}
En ese momento me llegó otro título: "Prueba de fuego, el examen final". Y lo que me dijo fue muy corto, pero para mí fue de gran bendición: "así como os hacéis unos con los otros, así mismo vuestro Padre Celestial hará con vosotros, así que humillad vuestro enaltecido corazón y recibiréis grande galardón, pues no hay justo ni uno, sino Dios, y este, mediador entre Dios y los hombres. {Daisy Escalante: 10-10-2018, es.p5}
Amados hermanos, ¡esto ha sido para mí algo tremendo! Nunca en mi vida, en el tiempo en que he estado, pues, preparando cosas para hablar con las demás personas, había sentido tan directamente la voz de Dios hablando, así vívidamente, en mi vida como en este momento. Sí sabemos que, a través de su Palabra, la Biblia, a través de su Palabra, el Espíritu de Profecía, ¿verdad? Pero escuchar, así, directamente qué es lo que Él quiere que digamos ha sido una experiencia, para mí en este momento, que no es nada más escuchar y decir como otras veces les he comentado a ustedes y les he pasado los mensajes a ustedes, sino para un evento. Es lo que quiero decir, es la diferencia, así que Dios en su misericordia ha querido que todo lo que se ha llevado a cabo en este congreso sea bajo la dirección de Él. Así que, estamos agradecidos del Señor por sus palabras, por sus misericordias, por sus cuidados, por su protección, por su dirección, por su sabiduría, quiera Dios que cada uno de nosotros pueda realmente verlo así de esa manera en su vida. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 10-10-2018, es.p6}
Oseas 2:4
4 Y no tendré misericordia de sus hijos, porque [son] hijos de prostitución.
Miqueas 6:8
8 Oh hombre, Él te ha declarado lo que [es] bueno, y ¿qué pide Jehová de ti? Solamente hacer justicia, y amar misericordia, y caminar humildemente con tu Dios.
Éxodo 15:26
26 y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu Sanador.
2 Crónicas 7:14
14 Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
Amados, 21 de junio 2019. En sueños, me fue mostrado cómo el ser humano quiere seguir su curso de vida sin medir las consecuencias. Y no echa a ver que día tras día lo que se mide es el carácter. La única cosa que, si es aprobada por Dios con su sello de perfección, llevaremos al cielo. Dijo mi acompañante: "el defecto ajeno no será la perdición de otro, sino el defecto propio es el culpable de perdición. Procurad con ayuno y ruego [ser] limpios de vuestra propia levadura. Pedid [para que] vuestra sal sea de buena calidad pues ésta alcaliniza el cuerpo de tal manera que la levadura no puede subsistir. Proseguid tras la meta rogando que vuestra vasija sea de barro nuevo, para que, así, sea llena con la gran medida del aceite. Nunca se echará vino nuevo en odres viejos, pues éstos se quebrarán. Rogad por esto. Volved a la dieta original para que vuestro intelecto sea esclarecido y recordad que la temperancia es la balanza que evita los extremos. Limpiad vuestro torrente sanguíneo con las hierbas amargas y poned prestos el agua pura en vuestros cuerpos. Trabajad muy temprano cuando sale la primera luz, y respirad con ahínco el aire mañanero. Allí, en vuestra labor, elevad palabras de ferviente súplica por vuestra abundante cosecha, pues el Dios de la siega premiará la obra de vuestras manos por vuestra fidelidad. Descansad a su tiempo cuando la noche es llegada. Vivid en acción de gracias, elevando vuestras voces en canto y unión con los ángeles en agradecimiento y reverencia a vuestro Padre Celestial". {Daisy Escalante: 21-06-2019 , es.p1}
"Recordad la sencillez alimentaria de Juan el bautista, la cual se componía de algarrobas y miel pura. Por este ejemplo aquella nación fue impactada y, muchos, condenados. Vivid vidas sencillas sabiendo que vuestro galardón está cerca. Vivid redimiendo el tiempo en todo momento. Dad presto cuidado a las plantas porque ellas están para vuestro albergue y sustento. No menosprecies a las aves porque, aún Elías, fue alimentado por ellas. La tierra, envejecida, con tierno cuidado dará su fruto, pues cada microorganismo, a mi mandato, trabaja en esto. ¿O sabes tú, oh mortal, a dónde llegan las raíces del flamboyán y de dónde la palmera absorbe sus torrentes de agua? Miradla erguida y verde bajo el sol incandescente, como gran guerrera de supervivencia, se eleva hacia el cielo sin queja alguna. ¿No habréis de aprender de ella? El gorrión diligente, muy temprano se levanta, y recoge en su pico lo que el cielo le provee por su perseverancia. La abeja, que colecta el néctar, va de flor en flor llevando vida y recogiendo su sustento, pues aún para esto hay tiempo. La hormiga laboriosa no conoce descanso, mientras su casa está en desorden y su sustento nulo. ¿Acaso no come la oruga, el pulgón, el saltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros? Y, aun así, en mi misericordia, os sustento". {Daisy Escalante: 21-06-2019 , es.p2}
"Cuidad de los lobos que vienen a arremeter contra el rebaño, porque a lo malo le dicen bueno y a lo bueno le llaman malo; no penséis que en medio de ellos estaréis a salvo, sólo debéis reposar lejos de ellos, en suelo seguro. Estad en lugares", siguió diciendo, "donde nadie quiere estar. Esto es una zaranda para los lobos, pues estos aman su comodidad y la presa fácil". {Daisy Escalante: 21-06-2019 , es.p3}
"¿Habéis escuchado decir: 'quedaos en Jerusalén y seréis salvos, porque los impíos no llegarán a ella y los malos, de ella, huirán'? Más Yo os digo que mis lágrimas corrieron por mis mejillas al ver el futuro de aquella hermosa ciudad, sentada como una gran reina, imponente, siempre favorecida por el cielo. Sus moradores no echaron a ver que quien la recogió y la crió, el que la hermoseó, vino a casarse con ella y ésta lo despreció hasta la muerte. Y, ¿qué crees que hizo el despreciado? Se apartó y su favor no fue más con ella y ésta careció de protección. También avisó a los suyos, y les dio señal, y éstos la esparcieron y los que la creyeron, al verla, salieron confiando en ella y su cumplimiento. Y, ¿sabes, oh, tú, pueblo sordo y tardo en entendimiento, lo que pasó? Allí quedó Escrito. ¿Cómo, pues, dirás que los que se quedaron vivieron y los que salieron murieron? ¿Acaso en Egipto el pueblo fue purificado? Y, ¿fuera del arca Noé y su familia fueron salvos? ¿Acaso Abraham quedó en su tierra y [entre] su parentela para ser salvo? ¿Acaso Lot quedó en Sodoma y Gomorra, y allí fue salvado del fuego? Este pueblo goza, y se goza, en las fábulas, y conspiran contra la verdad, pero mis palabras —por siempre vivas y verdaderas—, se oirán". {Daisy Escalante: 21-06-2019 , es.p4}
"¡Avanza, pueblo mío! porque la salvación estriba en la obediencia implícita al Dios de la siega. Cuídate de no ser engañado por aquellos que buscan el lucro, sin saber que su tiempo se ha cumplido. Sed sobrios, buscad mi rostro, pues, sólo así, seréis librados de la ira venidera". {Daisy Escalante: 21-06-2019 , es.p5}
Palabras fieles y verdaderas del Señor para cada uno de vosotros. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 21-06-2019 , es.p6}
Ese mismo día, 19 de julio del 2019, pero a la 1:58 de la tarde; el Señor me dejó saber qué hacer para que el Espíritu Santo esté en medio de los individuos, familias y campamentos. Me dijo Mateo 5, Mateo 6, Mateo 7, Mateo 8, Mateo 9, Mateo 10 y Mateo 11:1. {Daisy Escalante: 19-07-2019 #02, es.p1}
Amados, el cielo se abre ante las peticiones de sus hijos obedientes. Quiera Dios que cada uno de nosotros seamos así, delante de Él. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 19-07-2019 #02, es.p2}
Mateo 5
1 Y viendo las multitudes, subió al monte; y sentándose, sus discípulos vinieron a Él.
2 Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo:
3 Bienaventurados los pobres en espíritu; porque de ellos es el reino de los cielos.
4 Bienaventurados los que lloran; porque ellos serán consolados.
5 Bienaventurados los mansos; porque ellos heredarán la tierra.
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia; porque ellos serán saciados.
7 Bienaventurados los misericordiosos; porque ellos alcanzarán misericordia.
8 Bienaventurados los de limpio corazón; porque ellos verán a Dios.
9 Bienaventurados los pacificadores; porque ellos serán llamados hijos de Dios.
10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia; porque de ellos es el reino de los cielos.
11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
12 Regocijaos y alegraos; porque vuestro galardón es grande en el cielo; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y ser hollada por los hombres.
14 Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
15 Ni se enciende un candil y se pone debajo del almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.
16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en el cielo.
17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
18 Porque de cierto os digo [que] hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo sea cumplido.
19 De manera que cualquiera que quebrantare uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que [los] hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
20 Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
21 Oísteis que fue dicho por los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare estará expuesto a juicio.
22 Mas yo os digo que cualquiera que sin razón se enojare contra su hermano, estará en peligro del juicio; y cualquiera que dijere a su hermano: Raca, estará en peligro del concilio; y cualquiera que le dijere: Fatuo, estará expuesto al infierno de fuego.
23 Por tanto, si trajeres tu ofrenda al altar, y allí te acordares que tu hermano tiene algo contra ti;
24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
25 Ponte de acuerdo pronto con tu adversario, mientras estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez te entregue al alguacil, y seas echado en la cárcel.
26 De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.
27 Oísteis que fue dicho por los antiguos: No cometerás adulterio.
28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
29 Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea lanzado al infierno.
30 Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que uno de tus miembros se pierda, y no que todo tu cuerpo sea lanzado al infierno.
31 También fue dicho: Cualquiera que repudiare a su esposa, déle carta de divorcio.
32 Pero yo os digo que cualquiera que repudiare a su esposa, salvo por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la divorciada, comete adulterio.
33 Además, oísteis que fue dicho por los antiguos: No perjurarás; mas cumplirás al Señor tus juramentos.
34 Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;
35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello.
37 Mas sea vuestro hablar: Sí, sí: No, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.
38 Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
39 Pero yo os digo: No resistáis el mal; antes a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
40 y a cualquiera que te demande ante la ley y tome tu túnica, déjale tomar también la capa;
41 y cualquiera que te obligue a ir una milla, ve con él dos.
42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le rehúses.
43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en el cielo; porque Él hace que su sol salga sobre malos y buenos; y envía lluvia sobre justos e injustos.
46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también así los publicanos?
47 Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los publicanos?
48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en el cielo es perfecto.
Mateo 6
1 Mirad que no hagáis vuestras limosnas delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tenéis recompensa de vuestro Padre que está en el cielo.
2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados de los hombres; de cierto os digo: [Ya] tienen su recompensa.
3 Mas cuando tú des limosna, no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha.
4 Que tu limosna sea en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto, Él te recompensará en público.
5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres. De cierto os digo: [Ya] tienen su recompensa.
6 Mas tú, cuando ores, entra en tu alcoba, y cerrada tu puerta ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.
7 Y cuando ores, no uses vanas repeticiones, como hacen los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
8 No seáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, [así] en la tierra como en el cielo.
11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre. Amén.
14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre celestial también os perdonará a vosotros.
15 Mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
16 Y cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para parecer a los hombres que ayunan. De cierto os digo que [ya] tienen su recompensa.
17 Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro;
18 para no parecer a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.
19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan.
20 Mas haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla, ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
22 La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo estará lleno de luz.
23 Mas si tu ojo fuere maligno, todo tu cuerpo estará en oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es tinieblas, ¿cuánto más lo [serán] las mismas tinieblas?
24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno, y amará al otro; o apreciará al uno, y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer, o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo [más] que el vestido?
26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?
27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan;
29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
30 Y si a la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no [hará] mucho más por vosotros, hombres de poca fe?
31 Por tanto, no os afanéis, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; mas vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
34 Así que, no os afanéis por el mañana, que el mañana traerá su afán. Bástele al día su propio mal.
Mateo 7
1 No juzguéis, para que no seáis juzgados.
2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os volverán a medir.
3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, pero no consideras la viga que está en tu propio ojo?
4 ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí [hay] una viga en tu propio ojo?
5 ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, entonces mirarás claramente para sacar la paja del ojo de tu hermano.
6 No deis lo santo a los perros; ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.
7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
9 ¿Y qué hombre hay de vosotros, a quien si su hijo le pide pan, le dará una piedra?
10 ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente?
11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en el cielo dará buenas cosas a los que le pidan?
12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres os hagan, así también haced vosotros a ellos; porque esto es la ley y los profetas.
13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha [es] la puerta, y espacioso el camino que lleva a perdición y muchos son los que entran por ella.
14 Porque estrecha [es] la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
17 Así todo buen árbol da buenos frutos, mas el árbol malo da malos frutos.
18 El árbol bueno no puede dar frutos malos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
19 Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.
20 Así que, por sus frutos los conoceréis.
21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
23 Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad.
24 Cualquiera, pues, que oye estas mis palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
25 Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
26 Y todo el que oye estas mis palabras y no las hace, será comparado al hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó; y fue grande su ruina.
28 Y fue que, cuando Jesús hubo acabado estas palabras, la gente se maravillaba de su doctrina;
29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
Mateo 8
1 Y cuando Él descendió del monte, grandes multitudes le seguían.
2 Y he aquí vino un leproso y le adoraba, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
3 Y Jesús extendiendo [su] mano le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante quedó limpio de su lepra.
4 Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; mas ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece el presente que mandó Moisés, para testimonio a ellos.
5 Y entrando Jesús en Capernaúm, vino a Él un centurión, rogándole,
6 y diciendo: Señor, mi siervo está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.
7 Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.
8 Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; mas solamente di la palabra, y mi siervo sanará.
9 Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo soldados bajo mi cargo; y digo a éste: Ve, y va; y a otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.
10 Y oyéndolo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos.
12 Mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
13 Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste te sea hecho. Y su siervo fue sano en aquella misma hora.
14 Y vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste, postrada, y con fiebre.
15 Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.
16 Y caída la tarde, trajeron a Él muchos endemoniados; y con [su] palabra echó fuera a los espíritus, y sanó a todos los que estaban enfermos;
17 para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta Isaías, que dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó [nuestras] dolencias.
18 Y viendo Jesús a una gran multitud alrededor de sí, mandó que pasasen al otro lado.
19 Y cierto escriba vino y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.
20 Y Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene donde recostar [su] cabeza.
21 Y otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre.
22 Pero Jesús le dijo: Sígueme; y deja que los muertos entierren a sus muertos.
23 Y cuando Él hubo entrado en una barca, sus discípulos le siguieron.
24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; mas Él dormía.
25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: Señor, sálvanos, [que] perecemos.
26 Y Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar, y se hizo grande bonanza.
27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué clase de hombre es Éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
28 Y cuando Él llegó a la otra ribera, a la región de los gergesenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, fieros en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.
29 Y he aquí, clamaron diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?
30 Y lejos de ellos, estaba paciendo un hato de muchos puercos.
31 Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de puercos.
32 Y [Él] les dijo: Id. Y ellos saliendo, se fueron a aquel hato de puercos; y he aquí, todo el hato de puercos se precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas.
33 Y los que los apacentaban huyeron; y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había acontecido con los endemoniados.
34 Y he aquí, toda la ciudad salió a encontrar a Jesús; y cuando le vieron, [le] rogaron que se fuera de sus contornos.
Mateo 9
1 Y entrando Él en una barca, pasó al otro lado, y vino a su ciudad.
2 Y he aquí, le trajeron a un paralítico echado en una cama; y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, ten ánimo, tus pecados te son perdonados.
3 Y he aquí, ciertos de los escribas decían dentro de sí: Éste blasfema.
4 Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?
5 Porque, ¿qué es más fácil, decir: [Tus] pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?
6 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados (dijo entonces al paralítico): Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.
7 Entonces él se levantó y se fue a su casa.
8 Pero cuando las multitudes vieron [esto], se maravillaron y glorificaron a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.
9 Y pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos; y le dijo: Sígueme. Y él se levantó y le siguió.
10 Y aconteció que estando Él sentado a la mesa en la casa, he aquí muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron a la mesa con Jesús y sus discípulos.
11 Y cuando vieron esto los fariseos, dijeron a sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?
12 Y oyéndolo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos.
13 Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
14 Entonces vinieron a Él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan?
15 Y Jesús les dijo: ¿Pueden, los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Mas los días vendrán, cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
16 Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura.
17 Tampoco echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; mas echan el vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan.
18 Hablándoles Él estas cosas, he aquí vino un principal y le adoró, diciendo: Mi hija ahora estará muerta; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.
19 Y Jesús se levantó, y le siguió, y sus discípulos.
20 Y he aquí una mujer que estaba enferma de flujo de sangre por ya doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto.
21 Porque decía dentro de sí: Si tan sólo tocare su manto, seré sana.
22 Mas Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Hija, ten ánimo, tu fe te ha salvado. Y la mujer fue sana desde aquella hora.
23 Y cuando Jesús llegó a casa del principal, y vio los tañedores de flautas, y la gente que hacía bullicio,
24 les dijo: Apartaos, que la muchacha no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de Él.
25 Mas cuando hubieron echado fuera a la gente, entró, y la tomó de la mano, y la muchacha se levantó.
26 Y la fama de esto salió por toda aquella tierra.
27 Y partiendo Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
28 Y llegado a casa, los ciegos vinieron a Él; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos le dijeron: Sí, Señor.
29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho.
30 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.
31 Pero cuando ellos salieron, divulgaron su fama por toda aquella tierra.
32 Y al salir ellos, he aquí, le trajeron a un hombre mudo, endemoniado.
33 Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y las multitudes se maravillaban, y decían: Jamás se había visto cosa semejante en Israel.
34 Pero los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.
35 Y recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y todo achaque en el pueblo.
36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
37 Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies [es] mucha, mas los obreros pocos.
38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.
Mateo 10
1 Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio potestad [contra] los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y sanasen toda enfermedad y toda dolencia.
2 Y los nombres de los doce apóstoles son estos: El primero, Simón, que es llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo [hijo] de Zebedeo, y Juan su hermano,
3 Felipe, y Bartolomé; Tomás, y Mateo el publicano; Jacobo [hijo] de Alfeo, y Lebeo, por sobrenombre Tadeo,
4 Simón el cananita, y Judas Iscariote, quien también le entregó.
5 A estos doce envió Jesús, y les mandó, diciendo: No vayáis por camino de los gentiles, y no entréis en ciudad de samaritanos,
6 sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
7 Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado.
8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
9 No [os] proveáis oro, ni plata, ni cobre en vuestras bolsas;
10 ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bordón; porque el obrero digno es de su alimento.
11 Y en cualquier ciudad o aldea donde entréis, inquirid quién en ella sea digno, y quedaos allí hasta que salgáis.
12 Y cuando entréis en una casa, saludadla.
13 Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros.
14 Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.
15 De cierto os digo: En el día del juicio, será más tolerable [el castigo] para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad.
16 He aquí yo os envío como ovejas en medio de lobos; sed, pues, sabios como serpientes, y sencillos como palomas.
17 Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán.
18 Y seréis llevados ante reyes y gobernadores por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles.
19 Mas cuando os entregaren, no os preocupéis de cómo o qué habéis de hablar; porque en aquella misma hora, os será dado lo que habéis de hablar.
20 Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.
21 Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra [sus] padres, y los harán morir.
22 Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre, mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo.
23 Y cuando os persiguieren en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo: No acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, sin que haya venido el Hijo del Hombre.
24 El discípulo no es más que [su] maestro, ni el siervo más que su señor.
25 Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Belcebú, ¿cuánto más a los de su casa?
26 Así que, no les temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse.
27 Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas.
28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a Aquél que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
29 ¿No se venden dos pajarillos por un cuadrante? Y ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre.
30 Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.
31 Así que, no temáis; de más estima sois vosotros que muchos pajarillos.
32 Cualquiera, pues, que me confesare delante de los hombres, también yo le confesaré delante de mi Padre que está en el cielo.
33 Y cualquiera que me negare delante de los hombres, también yo le negaré delante de mi Padre que está en el cielo.
34 No penséis que he venido para meter paz en la tierra; no he venido para meter paz, sino espada.
35 Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra.
36 Y los enemigos del hombre [serán] los de su propia casa.
37 El que ama padre o madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama hijo o hija más que a mí, no es digno de mí.
38 Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.
39 El que hallare su vida, la perderá; mas el que perdiere su vida por causa de mí, la hallará.
40 El que a vosotros recibe, a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
41 El que recibe a un profeta en nombre de profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo en nombre de justo, recompensa de justo recibirá.
42 Y cualquiera que diere a uno de estos pequeñitos un vaso de [agua] fría solamente, en nombre de discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.
Mateo 11:1
1 Y aconteció que cuando Jesús terminó de dar comisión a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y predicar en las ciudades de ellos.
16 de mayo del 2020. A las 12:43 de la tarde, vino palabra del Señor a mí diciendo: “preparaos para el Pentecostés. Que mi pueblo, aquel que me honra y obedece, alce clamor por estas veinticuatro horas. Y Yo les miraré, y veré su corazón, y pesaré sus motivos para ver si podrán ser librados de la gran tempestad que se avecina. Proclamad ayuno y lamento en el pueblo, porque la soberbia es grande y el engaño tan sutil que muchos creen estar aprobados, y no lo están. Procuran quitar lo que se ve más, lo que no se ve, lo resguardan con gran celo. Hablan mentira a su corazón, y viven acumulando la iniquidad, y en las recamaras ocultas de su corazón acarician la concupiscencia. He aquí, los libros están abiertos, y no hay nada que escape ante mi presencia. He aquí, todo se alista, pues el tiempo es cumplido y la plomada puesta. Aquel que yerre en su escondida premeditación, será desechado”. {Daisy Escalante: 16-05-2020 #02, es.p1}
“He aquí, Yo comenzaré a comunicarme con mi pueblo, con aquellos que me buscan de corazón, aquellos que se alimentan sólo de la Fuente viva y no de cisternas rotas; aquellos que gimen por alcanzar la elevada norma de mi reino; aquellos que [hacen] como Moisés, Enoc y Elías hicieron. Pues, enfrentar lo venidero no amerita otro tipo de norma, totalmente alcanzable bajo mi poder. Justificadme en vuestras vidas y viviréis, y os serán entregadas a vosotros las maravillas que mi Padre me entregó, y Yo os seré por padre y ustedes me serán por pueblo: rebaño en mis prados que vive eternamente confiado. Más, los que así no hagan, sentirán un gran vacío que los alcanzará, porque su casa será dejada desierta”. {Daisy Escalante: 16-05-2020 #02, es.p2}
Palabras fieles y verdaderas del Señor que comparto con cada uno de vosotros. Que el Señor nos bendiga. {Daisy Escalante: 16-05-2020 #02, es.p3}
Jesús resucitado está en el mundo hoy.
Los hombres no lo creen, más yo seguro estoy.
Su tierna mano ciento y puedo oír su voz,
y encuentro dondequiera a mi Salvador.
Jesús, Jesús mi Cristo vive hoy.
Hablándome, mirándome,
conmigo va el Señor.
Jesús, Jesús, imparte salvación.
Contento voy, pues suyo soy:
ganó mi corazón.
Por dondequiera miró, lo puedo contemplar.
Y si la angustia llena mi alma de pesar,
yo sé que Cristo vive y al fin me llevará
a la mansión del cielo, donde el está.
Jesús, Jesús mi Cristo vive hoy.
Hablándome, mirándome,
conmigo va el Señor.
Jesús, Jesús, imparte salvación.
Contento voy, pues suyo soy:
ganó mi corazón.
¡Alegrate, cristiano! Tu voz levanta ya
y canta aleluya al Padre celestial.
nos trajo esperanza de eterna salvación,
pues en su Hijo amado hay redención.
Jesús, Jesús mi Cristo vive hoy.
Hablándome, mirándome,
conmigo va el Señor.
Jesús, Jesús, imparte salvación.
Contento voy, pues suyo soy:
ganó mi corazón.
Es Jesucristo la vida, la luz;
nos trae del cielo la eterna verdad;
Mártir divino que muere en la cruz
por darnos libertad.
Cristo es Pastor, Enviado,
divino Emmanuel.
Él me conduce por sendas de paz
como a su oveja fiel.
Quita del alma la negra maldad,
limpia benigno el infiel corazón;
es su carácter de suma bondad,
la misma compasión.
Cristo es Pastor, Enviado,
divino Emmanuel.
Él me conduce por sendas de paz
como a su oveja fiel.
Fuente preciosa de gracia y salud,
agua que limpia de toda maldad.
Quiere llenarnos de su plenitud
y de su santidad.
Cristo es Pastor, Enviado,
divino Emmanuel.
Él me conduce por sendas de paz
como a su oveja fiel.