Josué 24

Josué 24

1 Y juntando Josué a todas las tribus de Israel en Siquem, llamó a los ancianos de Israel, a sus príncipes, a sus jueces y a sus oficiales; y se presentaron delante de Dios.
2 Y dijo Josué a todo el pueblo: Así dice Jehová, Dios de Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré, padre de Abraham y de Nacor; y servían a dioses extraños.
3 Y yo tomé a vuestro padre Abraham del otro lado del río, y lo traje por toda la tierra de Canaán, y aumenté su generación, y le di a Isaac.
4 Y a Isaac di a Jacob y a Esaú: y a Esaú di el monte de Seir, que lo poseyese: mas Jacob y sus hijos descendieron a Egipto.
5 Y yo envié a Moisés y a Aarón, y herí a Egipto, al modo que lo hice en medio de él, y después os saqué.
6 Y saqué a vuestros padres de Egipto: y como llegaron al mar, los egipcios siguieron a vuestros padres hasta el Mar Rojo con carros y caballería.
7 Y cuando ellos clamaron a Jehová, Él puso oscuridad entre vosotros y los egipcios, e hizo venir sobre ellos el mar, el cual los cubrió; y vuestros ojos vieron lo que hice en Egipto. Después estuvisteis muchos días en el desierto.
8 Y os introduje en la tierra de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán, los cuales pelearon contra vosotros; mas yo los entregué en vuestras manos, y poseísteis su tierra, y los destruí de delante de vosotros.
9 Y se levantó después Balac hijo de Zipor, rey de los moabitas, y peleó contra Israel; y envió a llamar a Balaam hijo de Beor, para que os maldijese.
10 Pero yo no quise escuchar a Balaam y él tuvo que bendeciros, así os libré yo de sus manos.
11 Y pasado el Jordán, vinisteis a Jericó; y los moradores de Jericó pelearon contra vosotros: los amorreos, ferezeos, cananeos, heteos, gergeseos, heveos, y jebuseos: y yo los entregué en vuestras manos.
12 Y envié avispas delante de vosotros, las cuales echaron de delante de vosotros a los dos reyes de los amorreos; [pero] no con tu espada, ni con tu arco.
13 Y os di la tierra por la cual nada trabajasteis, y las ciudades que no edificasteis, en las cuales moráis; y de las viñas y olivares que no plantasteis, coméis.
14 Ahora pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de en medio los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová.
15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
16 Entonces el pueblo respondió, y dijo: Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová para servir a otros dioses.
17 Porque Jehová nuestro Dios es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre; el cual ha hecho estas grandes señales delante de nuestros ojos, y nos ha guardado por todo el camino por donde hemos andado y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos.
18 Y Jehová echó de delante de nosotros a todos los pueblos, y al amorreo que habitaba en la tierra; nosotros, pues, también serviremos a Jehová, porque Él [es] nuestro Dios.
19 Entonces Josué dijo al pueblo: No podréis servir a Jehová, porque Él [es] Dios santo, y Dios celoso; no sufrirá vuestras rebeliones y vuestros pecados.
20 Si dejareis a Jehová y sirviereis a dioses ajenos, Él se volverá y os hará daño; y os consumirá, después que os ha hecho bien.
21 El pueblo entonces dijo a Josué: No, sino que serviremos a Jehová.
22 Y Josué respondió al pueblo: Vosotros [sois] testigos contra vosotros mismos, de que os habéis elegido a Jehová para servirle. Y ellos respondieron: Testigos [somos].
23 Quitad, pues, ahora los dioses ajenos que están entre vosotros, e inclinad vuestro corazón a Jehová, Dios de Israel.
24 Y el pueblo respondió a Josué: A Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos.
25 Entonces Josué hizo pacto con el pueblo el mismo día, y le puso ordenanzas y leyes en Siquem.
26 Y escribió Josué estas palabras en el libro de la ley de Dios; y tomando una gran piedra, la levantó allí debajo de un alcornoque que [estaba] junto al santuario de Jehová.
27 Y dijo Josué a todo el pueblo: He aquí esta piedra nos servirá de testigo, porque ella ha oído todas las palabras de Jehová que Él nos ha hablado; será, pues, testigo contra vosotros, para que no mintáis contra vuestro Dios.
28 Y envió Josué al pueblo, cada uno a su heredad.
29 Y después de estas cosas murió Josué, hijo de Nun, siervo de Jehová siendo de ciento diez años.
30 Y lo enterraron en el término de su posesión en Timnat-sera, que está en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas.
31 Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que vivieron después de Josué, y que sabían todas las obras de Jehová, que había hecho por Israel.
32 Y enterraron en Siquem los huesos de José que los hijos de Israel habían traído de Egipto, en la parte del campo que Jacob compró de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien piezas de plata; y fue en posesión a los hijos de José.
33 También murió Eleazar, hijo de Aarón; al cual enterraron en el collado de Finees su hijo, que le fue dado en el monte de Efraín.

La Historia de la Redención - Capítulo 18: La Ley de Dios

La Historia de la Redención - Capítulo 18: La Ley de Dios

Este capítulo está basado en Éxodo 19 Y 20.

Después que los hijos de Israel salieron de Refidim llegaron al “desierto de Sinaí, y acamparon en el desierto; y acampó allí Israel delante del monte. Y Moisés subió a Dios: y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel: Vosotros visteis lo que hice a los egipcios y cómo os tomé sobre alas de águila, y os he traído a mí. Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel. Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado. Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo”. {HR 140.1; SR.137.1}

Este hizo entonces un pacto solemne y aceptó a Dios como su gobernante, y por medio de él los israelitas se convirtieron en los súbditos especiales de su divina autoridad. “Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre”. Cuando los hebreos enfrentaban dificultades en el camino, estaban dispuestos a murmurar contra Moisés y Aarón, y los acusaban de haber sacado de Egipto a las huestes de Israel para destruirlas. Dios quería honrar a Moisés en presencia de ellos, para que se sintieran inducidos a confiar en sus instrucciones, y supieran que había puesto su Espíritu en él. {HR 140.2; SR.137.2}

Preparativos para acercarse a Dios

El Señor dio a Moisés directivas definidas a fin de que el pueblo se preparara para que él pudiera acercarse a ellos, y para que pudieran oír su voz anunciada, no por ángeles, sino por Dios mismo. “Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos, y estén preparados para el día tercero, porque el tercer día Jehová descenderá a ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sinaí”. {HR 141.1; SR.138.1}

Se pidió a la gente que se abstuviera de labores y cuidados mundanos, y que se dedicara a meditaciones devocionales. También les pidió que lavaran sus vestiduras. No es menos exigente ahora que en aquel entonces. Es un Dios de orden, y requiere de su pueblo sobre la tierra que practique hábitos de estricta limpieza. Los que adoran al Señor con ropas sucias y sin bañarse, no comparecen delante de él de una manera aceptable. No se complace con su falta de reverencia, y no aceptará el culto de adoradores sucios, porque de ese modo insultan a su Hacedor. El Creador de los cielos y de la tierra considera de tanta importancia la limpieza que dijo: “Y laven sus vestidos”. {HR 141.2; SR.138.2}

“Y señalarás términos al pueblo en derredor, diciendo: Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis sus límites; cualquiera que tocare el monte, de seguro morirá. No lo tocará mano, porque será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá. Cuando suene largamente la bocina, subirán al monte”. Este mandamiento tenía como propósito impresionar la mente de ese pueblo rebelde con una profunda veneración por Dios, autor de todas sus leyes y la autoridad de la cual ellas emanaban. {HR 141.3; SR.138.3}

La manifestación de Dios y su terrible majestad

“Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento”. La hueste angélica que acompañaba a la divina majestad llamó al pueblo mediante un sonido semejante al de una trompeta, que aumentó en intensidad hasta que toda la tierra tembló. {HR 142.1; SR.139.1}

“Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera”. La majestad divina descendió en una nube con un glorioso cortejo de ángeles que parecían llamas de fuego. {HR 142.2; SR.139.2}

“El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante. Y descendió Jehová sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó Jehová a Moisés sobre la cumbre del monte, y Moisés subió. Y Jehová dijo a Moisés: Desciende, ordena al pueblo que no traspase los límites para ver a Jehová, porque caerá multitud de ellos. Y también que se santifiquen los sacerdotes que se acerquen a Jehová, para que Jehová no haga en ellos estragos”. {HR 142.3; SR.139.3}

De ese modo entonces el Señor promulgó su ley en medio de una terrible majestad desde la cima del Sinaí, para que su pueblo creyera. Acompañó la promulgación de la ley con una sublime exhibición de su autoridad, para que supieran que es el único Dios verdadero y viviente. No se permitió que Moisés entrara en la nube de gloria, sino que se acercara y penetrara en las espesas tinieblas que lo rodeaban. Y estuvo de pie entre el pueblo y el Señor. {HR 143.1; SR.140.1}

Se promulga la ley de Dios

Después que el Señor hubo dado todas esas evidencias de su poder, les dijo quién era: “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre”. El mismo Dios que manifestó su poder entre los egipcios, dio entonces su ley: {HR 143.2; SR.140.2}

“No tendrás dioses ajenos delante de mí. {HR 143.3; SR.140.3}

“No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. {HR 143.4; SR.140.4}

“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano. {HR 143.5; SR.140.5}

“Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. {HR 143.6; SR.140.6}

“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen sobre la tierra que Jehová tu Dios te da. {HR 144.1; SR.141.1}

“No matarás. {HR 144.2; SR.141.2}

“No cometerás adulterio. {HR 144.3; SR.141.3}

“No hurtarás. {HR 144.4; SR.141.4}

“No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. {HR 144.5; SR.141.5}

“No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”. {HR 144.6; SR.141.6}

Los dos primeros mandamientos pronunciados por Jehová atacan la idolatría, porque ésta, al ser practicada, induce al hombre a sumirse muchísimo en el pecado y la rebeldía, y resultaría con el tiempo en la ofrenda de sacrificios humanos. El Señor quería proteger a su pueblo para que ni se acercara a tales abominaciones. Los cuatro primeros mandamientos se dieron para mostrar al hombre cuáles son sus deberes hacia el Altísimo. El cuarto es el eslabón que une al gran Dios con el hombre. El sábado fue dado especialmente en beneficio del hombre y para honra del Señor. Los seis últimos preceptos señalan el deber del hombre hacia sus semejantes. {HR 144.7; SR.141.7}

El sábado había de ser una señal entre Dios y su pueblo para siempre. De esta manera se manifestaría la señal: todos los que guardaran el sábado pondrían de manifiesto mediante esa enseñanza que eran adoradores del Dios viviente, Creador de los cielos y la tierra. El sábado sería una señal entre el Señor y su pueblo mientras hubiera gente sobre la tierra que le sirviese. {HR 144.8; SR.141.8}

“Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos. Y Moisés respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis. {HR 145.1; SR.142.1}

“Entonces el pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se acercó a la oscuridad en la cual estaba Dios. Y Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros”. La majestuosa presencia del Señor en el Sinaí y las conmociones que produjo en la tierra su presencia, los terribles truenos y relámpagos que acompañaron la manifestación de Dios, impresionaron la mente de la gente con un temor y una reverencia tales por su sagrada majestad, que instintivamente retrocedieron delante de la subyugadora presencia del Altísimo, no fuera que no pudieran soportar su terrible gloria. {HR 145.2; SR.142.2}

El peligro de la idolatría

Una vez más Dios quiso guardar a los hijos de Israel de la idolatría. Les dijo: “No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis”. Estaban en peligro de imitar el ejemplo de los egipcios, y de hacer imágenes que representaran a Dios. {HR 145.3; SR.142.3}

El Señor dijo a Moisés: “He aquí yo envío mi ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él. Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren. Porque mi ángel irá delante de ti y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del fereseo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir”. El ángel que iba delante de Israel era el Señor Jesucristo. “No te inclinarás a sus dioses, ni los servirás, ni harás como ellos hacen; antes los destruirás del todo, y quebrarás totalmente sus estatuas. Mas a Jehová vuestro Dios serviréis y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti”. Éxodo 23:20-25. {HR 145.4; SR.142.4}

Dios quería que su pueblo entendiera que sólo él debía ser objeto de adoración; y que cuando vencieran a las naciones idólatras que los rodearan no debían conservar ni una sola de sus imágenes de su culto, sino que debían destruirlas completamente. Muchas de esas deidades paganas eran muy costosas, y artísticamente confeccionadas, como para tentar a los que habían presenciado el culto idólatra, tan común en Egipto, para que consideraran esos objetos inanimados con cierto grado de reverencia. El Señor quería que su pueblo supiera que a causa de la idolatría de esas naciones, que los había inducido a practicar toda clase de impiedad, él usaría a los israelitas como su instrumento para castigarlos y destruir sus dioses. {HR 146.1; SR.143.1}

“Yo enviaré mi terror delante de ti, y consternaré a todo el pueblo donde entres, y te daré la cerviz de todos tus enemigos. Enviaré delante de ti la avispa, que eche fuera al heveo, al cananeo y al heteo, delante de ti. No los echaré de delante de ti en un año, para que no quede la tierra desierta, y se aumenten contra ti las fieras del campo. Poco a poco los echaré de delante de ti, hasta que te multipliques y tomes posesión de la tierra. Y fíjate tus límites desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Eufrates, porque pondré en tus manos a los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti. No harás alianza con ellos, ni con sus dioses. En tu tierra no habitarán, no sea que te hagan pecar contra mí sirviendo a sus dioses, porque te será tropiezo”. Éxodo 23:27-33. Dios dio estas promesas a su pueblo con la condición de que le obedeciera. Si servía al Señor plenamente, haría grandes cosas por él. {HR 146.2; SR.143.2}

Después que Moisés hubo recibido los juicios de Dios, y los hubo escrito para el pueblo, juntamente con las promesas que se cumplirían si obedecían, el Señor le dijo: “Sube ante Jehová, tú, y Aarón, Nadab, y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y os inclinaréis desde lejos. Pero Moisés solo se acercará a Jehová; y ellos no se acerquen, ni suba el pueblo con él. Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová y todas las leyes; y todo el pueblo respondió a una voz y dijo: Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho”. Éxodo 24:1-3. {HR 147.1; SR.144.1}

Moisés no escribió los Diez Mandamientos sino los juicios que Dios les había intimado a observar, y las promesas que se cumplirían con la condición de que los obedecieran. Se las leyó al pueblo, y éste se comprometió a obedecer todas las palabras que el Señor había dicho. Moisés escribió entonces en un libro la solemne promesa de ellos, y ofreció sacrificios al Altísimo en favor del pueblo. “Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos. Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre estas cosas”. Éxodo 24:7, 8. El pueblo repitió su solemne promesa al Señor de que haría todo lo que él había dicho, y serían obedientes. {HR 147.2; SR.144.2}

La eterna ley de Dios

La ley de Dios existía antes que el hombre fuera creado. Los ángeles estaban gobernados por ella. Satanás cayó porque transgredió los principios del gobierno del Señor. Después que Adán y Eva fueron creados, el Altísimo les dio a conocer su ley. No fue escrita entonces; pero Jehová la repitió en presencia de ellos. {HR 148.1; SR.145.1}

El día de reposo del cuarto mandamiento fue instituido en el Edén. Después de haber hecho el mundo y haber creado al hombre sobre la tierra, hizo el sábado para el hombre. Después del pecado y la caída de Adán nada se eliminó de la ley de Dios. Los principios de los Diez Mandamientos existían antes de la caída y eran de tal naturaleza que se adecuaban a las condiciones de los seres santos. Después de la caída no se cambiaron los principios de esos preceptos, sino que se añadieron algunos tomando en cuenta la condición caída del hombre. {HR 148.2; SR.145.2}

Se estableció un sistema que requería el sacrificio de animales, para mantener constantemente frente al hombre caído lo que la serpiente logró que Eva no creyera, es a saber, que la paga de la desobediencia es muerte. La transgresión de la ley de Dios hizo necesaria la muerte de Cristo como sacrificio, para que de esa manera fuera posible que el hombre se librara de ese castigo, y al mismo tiempo se preservara el honor de la ley de Dios. El sistema de sacrificios debía enseñar humildad al hombre, en vista de su condición caída, y debía conducirlo al arrepentimiento y a confiar sólo en el Señor para el perdón de sus pasadas transgresiones a su ley, por medio del prometido Redentor. Si la ley de Dios nunca hubiera sido traspasada nunca habría habido muerte, ni habría habido necesidad de preceptos adicionales para adaptarlos a la condición caída del hombre. {HR 148.3; SR.145.3}

Adán enseñó la ley de Dios a sus descendientes, y ésta fue transmitida por los fieles a través de las generaciones sucesivas. La constante transgresión de la ley de Dios requirió el derramamiento de un diluvio sobre la tierra. La ley fue preservada por Noé y su familia que por obrar bien fueron salvados en el arca mediante un milagro de Dios. Noé enseñó los Diez Mandamientos a sus descendientes. El Señor preservó a un pueblo propio, a partir de Adán, en cuyo corazón estaba su ley. Dice que Abrahán “oyó... mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes”. Génesis 26:5. {HR 149.1; SR.146.1}

El Señor se le apareció a Abrahán y le dijo: “Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera”. Génesis 17:1, 2. “Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti”. Ver. 7. {HR 149.2; SR.146.2}

Después requirió que Abrahán y su descendencia se circuncidaran, lo que era un círculo cortado en la carne, como señal de que Dios los había cortado y separado de todas las naciones para que constituyeran su tesoro especial. Mediante esa señal se comprometían solemnemente a no contraer matrimonio con personas provenientes de otras naciones, porque si lo hacían podían perder su reverencia por Dios y su santa ley, y llegarían a ser semejantes a los pueblos idólatras que los rodeaban. {HR 149.3; SR.146.4}

Mediante el acto de la circuncisión aceptaban solemnemente cumplir su parte de las condiciones del pacto hecho con Abrahán, es a saber, mantenerse separados de todas las naciones y ser perfectos. Si los descendientes de Abrahán se hubieran mantenido separados de las otras naciones, no habrían caído en la idolatría. Al mantenerse separados de las otras naciones, la gran tentación de participar de sus costumbres pecaminosas y de revelarse contra Dios no hubiera existido para ellos. Perdieron en gran medida su carácter peculiar y santo al mezclarse con las naciones que los rodeaban. A fin de castigarlos, el Señor trajo hambre sobre la tierra, lo que los obligó a descender a Egipto para preservar su vida. Pero Dios no los olvidó mientras estaban en Egipto, por causa de su pacto con Abrahán. Permitió que fueran oprimidos por los egipcios para que se volvieran a él en su angustia, eligieran su gobierno justo y misericordioso, y obedecieran sus requerimientos. {HR 150.1; SR.147.1}

Sólo unas pocas familias descendieron al principio a Egipto. Crecieron hasta convertirse en una gran multitud. Algunos fueron cuidadosos al instruir a sus hijos en la ley de Dios, pero muchos israelitas habían visto tanta idolatría que tenían ideas confusas acerca de la ley de Dios. Los que temían a Dios clamaban con angustia de espíritu para que se quebrantara el yugo de su gravosa esclavitud, y para que el Señor los sacara de la tierra de su cautiverio a fin de que pudieran servirlo libremente. Dios escuchó sus clamores y suscitó a Moisés como instrumento suyo para que llevara a cabo la liberación de su pueblo. Después de salir de Egipto, y de la división de las aguas del mar Rojo delante de ellos, el Señor los probó para ver si confiaban en el que los había sacado, una nación de otra nación, por medio de señales, tentaciones y maravillas. Pero no pudieron soportar la prueba. Murmuraron contra el Señor por las dificultades que encontraron en el camino, y manifestaron su deseo de regresar otra vez a Egipto. {HR 150.2; SR.147.2}

Escritas en tablas de piedra

Para que no tuvieran excusa, el Señor mismo condescendió a descender al Sinaí, envuelto en gloria y rodeado por sus ángeles, y en una forma sublime e impresionante dio a conocer su ley de los Diez Mandamientos. No confió en nadie para enseñarla, ni siquiera en sus ángeles, sino que dio su ley con voz audible al oído de todo el pueblo. Ni aun entonces confió en la frágil memoria de una gente proclive a olvidar sus requerimientos, sino que los escribió con su propio dedo en tablas de piedra. Eliminó toda posibilidad de que mezclaran sus santos preceptos con tradiciones, o que confundieran sus requerimientos con las costumbres de los hombres. {HR 151.1; SR.148.1}

Se acercó entonces aún más a su pueblo, tan dispuesto a apartarse, de modo que no se limitó a dejarle los diez preceptos del Decálogo. Ordenó a Moisés que escribiera lo que le iba a decir, es a saber, juicios y leyes con indicaciones precisas con respecto a lo que quería que hicieran, para que así guardaran los diez preceptos que habían sido grabados en tablas de piedra. Esas indicaciones y esos requerimientos específicos se dieron para inducir al hombre falible a obedecer la ley moral, que tan dispuesto está a transgredir. {HR 151.2; SR.148.2}

Si el hombre hubiera guardado la ley de Dios, tal como le fue dada a Adán después de su caída, y preservada en el arca por Noé, y observada por Abrahán, no habría habido necesidad del rito de la circuncisión. Y si los descendientes de Abrahán hubieran guardado el pacto, del cual la circuncisión era una garantía, nunca hubieran caído en la idolatría ni se habría permitido que descendieran a Egipto ni habría habido necesidad de que Dios proclamara su ley desde el Sinaí y la grabara en tablas de piedra, ni que salvaguardara esos preceptos mediante las indicaciones, los juicios y los estatutos que le dio a Moisés. {HR 151.3; SR.148.3}

Juicios y estatutos

Este escribió esos juicios y estatutos procedentes de los labios de Dios mientras se encontraba con él en el monte. Si el pueblo de Dios hubiera obedecido los principios contenidos en los Diez Mandamientos, no habría habido necesidad de las indicaciones definidas dadas a Moisés, que él escribió en un libro, con relación a su deber hacia Dios y hacia sus semejantes. Las indicaciones difinidas que el Señor le dio a Moisés con respecto al deber de su pueblo hacia sus semejantes y al extranjero, son los principios de los Diez Mandamientos simplificados, y presentados en forma definida para que no pudieran caer en error. {HR 152.1; SR.149.1}

El Señor instruyó a Moisés claramente con respecto a los sacrificios ceremoniales que debían terminar con la muerte de Cristo. El sistema de sacrificios preanunciaba la ofrenda de Cristo como Cordero sin mancha. {HR 152.2; SR.149.2}

El Altísimo estableció primeramente el sistema de ofrendas y sacrificios con Adán después de su caída; éste los enseñó a sus descendientes. Este sistema se corrompió antes del diluvio por causa de los que se separaron de los fieles seguidores del Señor y se dedicaron a la construcción de la torre de Babel. Ofrecieron sacrificios a los dioses que ellos mismos se hicieron en lugar de ofrecérselos al Dios del cielo. Lo hicieron no porque tuvieran fe en el Redentor venidero, sino porque creían que podrían agradar a sus dioses al ofrecer una gran cantidad de animales sobre sus altares contaminados e idolátricos. Su superstición los indujo a caer en enormes extravagancias. Enseñaban a la gente que mientras más valiosos fueran los sacrificios que ofrecía, mayor placer proporcionarían a sus ídolos, y mayores serían también la prosperidad y las riquezas de la nación. Por esa razón a menudo se ofrecían sacrificios humanos a esos dioses inertes. Esas naciones tenían leyes y reglamentos sumamente crueles para controlar las acciones de la gente. Esas leyes fueron promulgadas por hombres cuyos corazones no habían sido suavizados por la gracia; y aunque podían condonar el más degradante de los crímenes, una pequeña ofensa los inducía a castigarla con el más cruel de los castigos. {HR 152.3; SR.149.3}

Moisés tenía presente esto cuando dijo a Israel: “Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella. Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es ésta. Porque, ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová, nuestro Dios, en todo cuanto le pedimos? Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?” Deuteronomio 4:5-8. {HR 153.1; SR.150.1}

Testimonio: 22-02-2018 #01
Testimonio
22-02-2018 #01
(Dejar de Vivir para Este Mundo y Vivir Sólo para Dios)

Amados, febrero 22, del 2018. En sueños, yo fui llevada a un lugar donde había una reunión de muchos líderes de niños, adolescentes y jóvenes. Había un gran debate en ese lugar en cuanto a la educación de estos niños. Entonces unos decían unas cosas; otros, otras. Otros, pensaban tener la razón. Entonces una hermana comenzó a hablar, y otra hermana se le unió, y convencieron a aquella gran multitud de darle a sus hijos lo mejor en la educación para educarlos. {Daisy Escalante: 22-02-2018 #01, es.p1}

Entonces, ellos trajeron una enorme guagua [autobús] y montaron a todos estos niños, adolescentes, y jóvenes, y se los llevaron. Entonces, pues, en ese momento yo les decía como que no se fuesen. Pero vanos fueron mis esfuerzos en hacerles entender, pues todos los que estaban allí soltaron sus hijos, como cuando sueltas un bulto que has cargado cuesta arriba por horas. {Daisy Escalante: 22-02-2018 #01, es.p2}

Entonces, ellos, creyendo a unas personas, pues, soltaron sus hijos. Entonces yo les decía: "¡pero es que van a creer en estas personas en vez de [en] un Escrito Está!" Pero ellos no hacían caso. Entonces, les comencé a exhortar que recordaran a Madison, que recordaran a Jesús, a Juan el Bautista, inclusive lo que tuvo que pasar Moisés antes de estar listo para ser usado —donde todo este protocolo tuvo que ser arrancado de él, y vaciado para llenarlo, ahora, de los dones, el ministerio, y la operación que Dios le estaba dando—. Entonces se burlaron y se fueron hasta quedar yo sola en aquel lugar. {Daisy Escalante: 22-02-2018 #01, es.p3}

Entonces mi acompañante me dijo algo muy triste, él estaba triste. Entonces lo que me dijo fue: "vámonos. Porque vamos a un lugar y vamos a ver lo que ha pasado". Entonces, llegamos a esta gran casa, esta casa tenía muchos cuartos, y en cada uno de ellos había una escena diferente. Entonces en una, yo entré en un cuarto y vi niñas, eran niñitas, eran bebés, estaban muy bien arregladitas, estaban en las camas con muñecas y peluches. Entonces, estos muñecos y peluches estaban dedicados a lo malo, era lo que yo podía ver, lo que me estaban mostrando. Entonces desde chiquitas, estas cosas que vivían dentro de estas muñecas y peluches, los adoctrinaban en el mal porque estos muñecos estaban poseídos. Yo lo veía así: cómo los ángeles malos vivían dentro de esos muñecos y peluches. {Daisy Escalante: 22-02-2018 #01, es.p4}

Entonces, pasé a otro cuarto y vi un niño más grandecito, a mí entender este niño tendría como algunos 12 o 13 años. Allí estaba frente a una pantalla de videojuegos, su vida de aprendizaje espiritual pasaba como el agua en un vaso roto. Entonces él, pues, no era empapado ni lleno por esto, sino que solamente estaba en ese cuarto hipnotizado con ese videojuego. {Daisy Escalante: 22-02-2018 #01, es.p5}

En otro cuarto, cuando entré, allí estaba… era un cuarto, pues, sumamente oscuro. Allí estaba una niñita descansando, era una niñita hermosa con unos ojos muy pronunciados. Al entrar y tratar de abrir, yo, las ventanas para que entrara la luz, una fuerza me cogió por los brazos para que no los abriera. Pero mi acompañante me ayudó y pude abrirlas, y muchos muñecos salieron corriendo y se escondieron bajo la cama donde estaba esta niña. Así que yo tomé la niña, la saqué de allí, y se me indicó ponerla en una sala grande donde, en aquella sala, lo que se estaba leyendo era la Biblia constantemente. {Daisy Escalante: 22-02-2018 #01, es.p6}

En ese momento, salimos de esa sala y entré a otro cuarto. Allí vi padres, los padres estaban abrumados porque veían a sus hijos que estaban desesperados por las tareas escolares, que no les dejaban tiempo de calidad para educar a sus hijos en la real educación: que son las cosas de Dios. Los vi esclavizados, estaban oprimidos por huestes malignas que los rodeaban y no sabían cómo escapar. {Daisy Escalante: 22-02-2018 #01, es.p7}

Así que salimos de ese lugar, sin más pasar. Y seguimos el recorrido y fui llevada a otro cuarto donde, ahí, había jóvenes. Eran como unos tres jóvenes y estaban absortos en películas de violencia y ciencia ficción. Entonces vi a su lado, mientras ellos estaban ahí sentados, viendo estas películas, había ángeles; pero, estos ángeles eran malignos. Entonces, ellos procuraban que no escucharan otra cosa, nada más lo que ellos, pues, allí les estaban mostrando; lo que habían, ellos, preparado para ellos. Entonces, en ese momento, yo entré más cerca de ellos, y traté de que se dieran cuenta quién los estaba controlando. Pero, sus rostros, cuando me miraban, parecían como hipnotizados; no había forma de hacerlos entrar en razón. Entonces mi acompañante me dijo algo muy triste, me dijo: "vamos, su suerte ya es echada". {Daisy Escalante: 22-02-2018 #01, es.p8}

Entonces, en ese momento, yo como que entré un poquito en desesperación, y dije: "¡Señor, pero, ¿qué vamos a hacer?!" Pero me dijo: "vamos". Entonces, fuimos a otro cuarto, éste era más grande en espacio, allí vi jóvenes, como jóvenes adultos. Estos estudiaban, cada uno, libros de su preferencia. Y todos felices y ansiosos que, al acabar ese libro, pues, ellos lo que iban a esperar era la remuneración monetaria por haber estudiado estos libros. Entonces, en un rincón estaba el Libro de los libros; allí, yo vi la Biblia. Donde, se me indicó, que era la real sabiduría, el camino de la vida eterna. Y estaba allí, olvidado; y estaba empolvado. Ni uno de aquellos que estaban en aquel cuarto tenía atención a este Libro. {Daisy Escalante: 22-02-2018 #01, es.p9}

Así que salimos de ahí, fuimos a otro cuarto, y allí yo veía adultos. Todos ellos en sus afanes de trabajo secular. Ellos no tenían paz y eran rodeados por huestes malignas que los animaban a continuar por la remuneración material, aunque ellos se sentían que no debían hacerlo; pero las deudas los oprimían. Y algunos y otros, pues, tenían miedo de soltarse, por miedo de [¿perder?] su estado confortable que ellos sentían cuando estaban en esta situación. Así que les comencé a hablar, pero ellos tampoco me entendían, no sé qué pasaba. Entonces dije: "Señor, ¡¿por qué?! Mis ojos no pueden seguir viendo esto más, ¡quiero ayudarlos!" Pero, en ese momento, como que mis ojos se abrieron un poco más, y yo vi los oídos de estas personas. Y vi como unas manos negras que estaban tapándoles los oídos. {Daisy Escalante: 22-02-2018 #01, es.p10}

Entonces pregunté: "¿será siempre esto así?" Entonces, la voz me contestó: "ellos eligieron". Entonces exclamé con mucho, gran, dolor —porque esto es muy difícil para mí—, entonces dije: "Señor, ¿cuán cerca estamos del mundo venidero?" Entonces me contestó: "ya los preparativos están listos, pronto estaremos en casa". Entonces exclamé: "¡oh Santo, soberano Dios! ¿y estas personas? ¿qué será de ellos?" Entonces mi acompañante me dijo: "ven, te mostraré". {Daisy Escalante: 22-02-2018 #01, es.p11}

Entonces salimos fuera de la enorme casa, yo la contemplaba de lejos. Comencé a llorar por ella, por la situación que yo había experimentado, había visto, en aquel lugar. Entonces, en ese momento, cuando ya yo estaba viendo esto, en ese momento vino un viento y arreció contra ella. Y una tabla de esa casa salió volando y cayó en mis pies. Entonces, yo me agaché a recogerla, y vi algo que tenía escrito, leí aquella inscripción que decía: "Laodicea", en letras rojas. {Daisy Escalante: 22-02-2018 #01, es.p12}

Entonces, al levantar mi vista, volví a ver la casa, pero ya no estaba en su lugar. Había un grupo de pocas personas, vi allí bebecitos, niños, adolescentes, jóvenes, adultos, un grupito de personas estaban siendo educadas allí —en ese mismo lugar donde aquella casa ya no estaba—, por un hermoso y bello personaje que brillaba con sumo esplendor. Mis ojos no podían fijarse mucho en él, porque su esplendor no me dejaba casi ni verlo. Entonces, pude apreciar en un momento que su mano derecha estaba levantada al cielo y con la otra sostenía un libro que también brillaba. Y él los instruía, y todos entendían lo que este personaje les estaba diciendo. Entonces, comenzaron a caminar tras él, pero ya no a nivel suelo, sino que se elevaban, sus pies en el aire, yo los veía como ellos iban como elevándose poco a poco. Entonces exclamé: "Señor, ¿cómo llegaremos a este grupo? ¿a este nivel?" Entonces vi cómo se educaban, se educaban solamente de la Palabra de Dios. Y así se me fue instruido, que para llegar a este nivel solamente debemos educarnos de la Palabra de Dios. {Daisy Escalante: 22-02-2018 #01, es.p13}

En ese momento la escena cambió, vi padres que estaban educando a sus hijos en el hogar con la sola Palabra de Dios en sus manos. Y de ella emanaba toda rama de fuente de sabiduría para ellos y sus hijos, y cómo los ángeles llegaban y los asistían, y la paz reinaba en ellos. También vi jóvenes renunciando a sus deseos, expectativas, que ellos deseaban y que ellos querían. Estaban allí, devorando la Palabra de Verdad como cuando van a pasar por un examen exhaustivo y no pueden darse el lujo de reprobarlo, así estaban ellos. Entonces, vi también adultos, algunos estaban solos en esquinas, en lugares; otros, en familias. Y estábamos soltando todo por amor a Dios, sólo buscando su perdón y su aprobación. {Daisy Escalante: 22-02-2018 #01, es.p14}

En ese momento, también vi, cómo, en las familias, se iba cuarto por cuarto, rincón tras rincón sacando fuera de su campamento todo anatema, todo aquello que impedía la presencia de Dios en sus vidas, y estas personas gemían por las abominaciones que los rodeaban, y pedían ser librados de dicha contaminación. {Daisy Escalante: 22-02-2018 #01, es.p15}

Entonces, en ese momento, me volteé a donde mi acompañante y pregunté: "¿qué, pues, haremos ahora?" Y se me dijo: "alivianad vuestra carga porque la hora es casi llegada y empapad vuestro ser de la Palabra santa, justa y verdadera de nuestro grande Dios, porque el cielo es casi cercano". Entonces, en ese momento, cuando escuché estas palabras "el cielo es casi cercano", pregunté: "¿cuándo será esta gloriosa esperanza? ¿cuánto falta? Deseo partir", agregué. Entonces él me miró sonriente y me contestó: "está ante ti la prueba final. Sé fiel hasta la muerte y se te dará la corona de la vida". Entonces, en ese momento, yo exclamé, me salió un suspiro, y exclamé: "¡Señor, la prueba final, ¿quién podrá soportarla?!" Entonces me contestó: "ninguno que desde ya [no] deseche sus expectativas y deseos podrá triunfar, solo una rotunda muerte al yo los ayudará a soportar y vencer". Entonces hizo una pausa, pero continuó diciéndome: "sólo una cosa ahora es de importancia, salgan de Egipto, celebrad la Pascua conmigo en el desierto, buscadme de todo corazón y viviréis". Entonces en ese momento exclamé: "¡Señor, perdóname!" Entonces, le dije: "perdóname porque te quiero hacer otra pregunta más". Y le dije: "¿qué es, para Tí, la Pascua?" Y, entonces, me contestó: "dejar de vivir para este mundo, y resolver sólo vivir para Mí y mi reino, como Enoc que celebró su pascua una vez y por siempre, y vive por siempre en mi reino". En ese momento, amados, ahí desperté, ya no se me dijo más, ya no vi más. {Daisy Escalante: 22-02-2018 #01, es.p16}

Espero y ruego al Señor de todo corazón, que según esto ha impactado mi vida, pueda también impactar la vida de muchas personas que realmente estén buscando del Señor y que todos nos podamos encontrar en la Patria Celestial. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 22-02-2018 #01, es.p17}

Testimonio: 02-05-2019
Testimonio
02-05-2019
(Proseguir el Camino Ascendente)

Amados, mayo 2, 2019. En sueños, yo estaba en una gran planicie y escuché una voz que me dijo: "avanza". Comencé a avanzar y, al llegar al último extremo de la planicie, un enorme espejo se posó frente a mí. Dijo mi acompañante: "observa". Miré con mucha atención al espejo y pude observar grandes manchas sucias en mi vestido. "¡Oh Dios, estoy sucia, ayúdame!" Mi acompañante me dijo: "continúa, continúa el camino". Estaba yo subiendo a la montaña, más mi corazón estaba muy triste por las manchas que había en mis ropas. Me arrodillé y lloré amargamente, en súplica, por la limpieza de mis ropas. Otra vez escuché la voz que me dijo: "prosigue". Me levanté muy triste y comencé a caminar. Di cuatro pasos, y frente a mi otro espejo; éste se posó y pude mirarme atentamente al espejo. Pude observar que las grandes manchas de mis ropas habían disminuido, pero, aun así, podía observarlas. Dije: "¡Oh Señor! ¿cómo me libraré de esto?" Se me indicó: "prosigue el camino". {Daisy Escalante: 02-05-2019 , es.p1}

El camino se tornó más rudo y difícil. Yo daba un paso hacia adelante y me resbalaba dos hacia atrás. Era muy difícil continuar. Me agarraba de todo lo que había a mi paso, árboles, ramas, para no caerme. La dificultad que tenía frente a mí era grande, más la condición de mis vestiduras me llenaba el pensamiento. Triste, caí al suelo y exclamé: "¡Oh, mi Dios! ¡sálvame que perezco!" En esos momentos, otro espejo pasó frente a mí, y pude verme otra vez. Las manchas de mis vestiduras, aún visibles, eran muy pequeñas. Yo misma me miraba directamente y no las veía. Pero, a través del espejo, era únicamente cómo las podía ver. Comencé a gemir y clamar: "¡Señor, límpiame! ¡Señor, límpiame!" {Daisy Escalante: 02-05-2019 , es.p2}

Entonces, seguía subiendo el brusco camino. En mis piernas yo sentía el empuje del penoso viaje, y no podía mudar por mí misma mis ropas y éstas, aún, estaban manchadas. Lloré tan amargamente por mi situación que, casi, perdí el aliento y caí al suelo. Entonces, comencé a observar los grandes árboles, las flores y pájaros, y así fui tranquilizándome. Estos, al verlos, daban paz a mi alma abatida. Allí estuve largo rato observando a mi alrededor, y recordando ver la santa pareja en el huerto del Edén, y la muerte agonizante de mi Jesús al morir en la cruz del Calvario por mí. Mientras allí estaba, recordando y mirando a mi alrededor aquella bella naturaleza, dijo mi acompañante: "ponte de pie y continúa ascendiendo". Así lo hice, y pronto [se detuvo] frente a mí, otro espejo. {Daisy Escalante: 02-05-2019 , es.p3}

Ya yo no quería mirarme, estaba atemorizada de pensar que aún mis vestiduras estaban manchadas. Pero, en un momento, miré, y vi algo extremadamente imposible: al mirar al espejo no me veía yo, sino que, ¡veía a mi amado Dios en mi lugar! Me buscaba para ver si me veía, pero no había nada allí que reflejara mi figura, sólo mi amado Dios. Sus ropas, blancas como la nieve, ¡eran preciosas! Caí de rodillas ante Él, y llorando agradecí a Él lo que yo no podría nunca lograr por mí misma. Mi acompañante me levantó y me dijo: "mira". Miré a la gran planicie, vi muchas personas con espejos frente a ellos, que a unos les importaba y a otros, no. Me dijo: "ve, y diles el proceso. A todo el que le importe, debe avanzar". Corrí a la planicie y dije en voz alta las palabras que me ordenaron decir. Y, a los que les importó, comenzaron el ascenso con gran sacrificio y penurias. {Daisy Escalante: 02-05-2019 , es.p4}

En ese momento desperté y escuché la voz que dijo: "El sucio seguirá ensuciándose y el limpio se [seguirá] limpiando". Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 02-05-2019 , es.p5}

Testimonio: 26-09-2019
Testimonio
26-09-2019
(La Importancia del culto Matutino y Vespertino)

Amados, 26 de septiembre del 2019. En sueños vi cómo la adoración a Dios era un mero formalismo, y que no se le daba el énfasis y el respeto que merecía. Se me dejó saber que muy pocos reconocen, los seres humanos, la importancia y el resguardo del maligno que esto provee. Se me dejó saber que, si realmente supiéramos lo que pasa en el culto matutino y vespertino, no lo tomaríamos tan livianamente. [Sino que] alabaríamos al Señor una y otra vez, y no nos permitiríamos desplegar la Palabra sin que éstos estuvieran entre nosotros. Se me dejó saber que, mientras más alabamos en cánticos de alabanza, nuestro corazón es enternecido si meditamos en las letras de dichos himnos; y que, luego de elevar múltiples cantos al trono celestial, toda rodilla debería doblarse ante Dios en oración de súplica y ruego por la presencia del Espíritu Santo. Así, los santos ángeles mantendrían lejos del altar familiar toda hueste maligna y, así, el Espíritu Santo, apelando a nuestra mente y corazón, impregnaría los mayores hitos de la salvación en cada integrante, y la verdad fluiría triunfante en el vínculo familiar. ¡Cuántos, sin preparar la atmósfera celestial, tiran sus palabras al viento, y el enemigo que fluye entre ellos no dejará prosperar la Palabra de Verdad por más que ésta sea recalcada! {Daisy Escalante: 26-09-2019 , es.p1}

Fui llevada a un lugar donde las damas adoraban, todas con la cabeza cubierta en supuesta señal de reverencia a Dios, pero su corazón no estaba allí. Sus ojos estaban distraídos y su vano hablar era un reflejo de su vacío corazón, esto era transmitido a los tiernos y jóvenes corazones que absorbían aquella liviandad extrema. Entonces, en ese momento, se me dijo: "habla". Hablé, y dije: "¿creen ustedes que cubrirse la cabeza, damas, ante Dios, es bueno?" Y contestaron: "sí". Entonces, ¿por qué se la tapan para que su pelo no se ensucie, moje o despeine, con gran maestría, pero ante Dios todo es vano y superficial? ¿No mirará el Señor la hipocresía de vuestra supuesta adoración y la repudiará?" En ese momento, todas estaban con sus codos recostados [en] una mesa, en la cual estaban sentadas agarrándose la cara, y al oír esto, se espantaron. Seguí hablando y seguí diciendo: "¿cómo creéis que vais a educar a los pequeños si vosotras mismas no estáis educadas?" Acto seguido, vi un hombre que hablaba. Se me dejó saber que habían llegado unos hermanos de color y que no los habían recibido bien. Le dije: "¿Cómo osan hablar de la Palabra de Verdad si su corazón es espurio y manchado por el racismo?" Este hombre dejó de hablar y fue, preocupado, a una esquina del salón. Allí, hablamos de los hitos, de cómo cada detalle celestial es, en demasía, importante para la salvación, y que la norma, cada vez bajada, que por muchos es tomada, será la causa de su ruina eterna. {Daisy Escalante: 26-09-2019 , es.p2}

Vi [a] muchos burlarse y [a] otros, estar atentos a lo que allí se había dicho. Luego de decir, lo dicho antes, salí de allí con los que habían escuchado. Seguimos compartiendo con gran ahínco las verdades de Dios y su alta norma de salvación. {Daisy Escalante: 26-09-2019 , es.p3}

En ese momento, amados, ahí, desperté. Desperté meditando en todas estas cosas, y mientras estaba despierta meditando, el Señor me dijo: "Jeremías 18 y Jeremías 19". Quiera Dios que cada uno de nosotros salgamos del mero formalismo. Y que, cada uno de nosotros, podamos darnos cuenta que, todo lo que el Señor nos pide que hagamos, es porque realmente Él quiere que, a través de todo esto, pasemos por el proceso que va a cambiar nuestras vidas por su poder, por su gracia y por su misericordia, para que podamos ser aceptados en Él. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 26-09-2019 , es.p4}

Jeremías 18

1 La palabra que vino a Jeremías de parte de Jehová, diciendo:
2 Levántate, y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.
3 Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él hacía una obra sobre la rueda.
4 Y el vaso de barro que él hacía se echó a perder en la mano del alfarero; así que volvió a hacer de él otro vaso, según al alfarero le pareció mejor hacerlo.
5 Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
6 ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel, dice Jehová? He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así [sois] vosotros en mi mano, oh casa de Israel.
7 En un instante hablaré acerca de una nación, o de un reino, para arrancar, y derribar, y destruir.
8 Y si esta nación de la cual he hablado se vuelve de su maldad, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerle.
9 Y en un instante hablaré acerca de una nación y de un reino, para edificar y para plantar.
10 Pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle.
11 Ahora pues, habla luego a todo hombre de Judá, y a los moradores de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: He aquí que yo dispongo mal contra vosotros, y trazo contra vosotros designios; conviértase ahora cada uno de su mal camino, y mejorad vuestros caminos y vuestras obras.
12 Y dijeron: Es por demás; porque en pos de nuestras imaginaciones hemos de ir, y cada uno de nosotros ha de hacer el pensamiento de su malvado corazón.
13 Por tanto, así dice Jehová: Preguntad ahora a las gentes, quién ha oído cosa semejante. Una cosa muy horrible ha hecho la virgen de Israel.
14 ¿Dejará [el hombre] la nieve del Líbano [que viene] de la roca del campo? ¿Podrán ser abandonadas las aguas frías que corren de lejanas tierras?
15 Pero mi pueblo me ha olvidado, quemando incienso a las vanidades, y éstas les han hecho tropezar en sus caminos, [desviándoles de] las sendas antiguas, para que caminen por sendas, por camino no preparado;
16 para poner su tierra en desolación y en burla perpetua; todo el que pase por ella se asombrará, y meneará su cabeza.
17 Como viento solano los esparciré delante del enemigo; les mostraré las espaldas, y no el rostro, en el día de su calamidad.
18 Y dijeron: Venid, y tramemos maquinaciones contra Jeremías; porque la ley no faltará del sacerdote, ni consejo del sabio, ni palabra del profeta. Venid e hirámoslo de lengua, y no miremos a ninguna de sus palabras.
19 Oh Jehová, mira por mí, y oye la voz de los que contienden conmigo.
20 ¿Se da mal por bien para que hayan cavado hoyo para mi alma? Acuérdate que me puse delante de ti para hablar bien por ellos, para apartar de ellos tu ira.
21 Por tanto, entrega sus hijos a hambre, y haz derramar su [sangre] por medio de la espada; y sus esposas queden sin hijos, y viudas; y sus maridos sean puestos a muerte, y sus jóvenes heridos a espada en la guerra.
22 Óigase clamor de sus casas, cuando traigas sobre ellos ejército de repente; porque cavaron hoyo para prenderme, y a mis pies han escondido lazos.
23 Mas tú, oh Jehová, conoces todo su consejo contra mí para muerte; no perdones su maldad, ni borres su pecado de delante de tu rostro: y tropiecen delante de ti; haz así con ellos en el tiempo de tu furor.

Jeremías 19

1 Así dice Jehová: Ve, y compra una vasija de barro de alfarero, y [lleva] contigo de los ancianos del pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes;
2 y sal al valle del hijo de Hinom, que [está] a la entrada de la puerta oriental, y proclama allí las palabras que yo te hablaré.
3 Dirás, pues: Oíd palabra de Jehová, oh reyes de Judá, y moradores de Jerusalén. Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo traigo mal sobre este lugar, tal que quien lo oyere, le retiñirán los oídos.
4 Porque me dejaron, y enajenaron este lugar, y ofrecieron en él perfumes a dioses ajenos, los cuales no habían ellos conocido, ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este lugar de sangre de inocentes.
5 Y edificaron lugares altos a Baal, para quemar con fuego a sus hijos en holocaustos al mismo Baal; cosa que no les mandé, ni hablé, ni me vino al pensamiento.
6 Por tanto, he aquí vienen días, dice Jehová, que este lugar no se llamará más Tofet, ni valle del hijo de Hinom, sino valle de la Matanza.
7 Y desvaneceré el consejo de Judá y de Jerusalén en este lugar; y les haré caer a espada delante de sus enemigos, y en las manos de los que buscan sus vidas; y daré sus cuerpos para comida de las aves del cielo y de las bestias de la tierra.
8 Y pondré a esta ciudad en desolación y burla; todo aquel que pasare por ella se asombrará, y silbará sobre todas sus plagas.
9 Y les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas; y cada uno comerá la carne de su amigo, en el cerco y en el apuro con que los estrecharán sus enemigos y los que buscan sus almas.
10 Y quebrarás la vasija ante los ojos de los varones que van contigo,
11 y les dirás: Así dice Jehová de los ejércitos: Así quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra un vaso de barro, que no puede más restaurarse; y en Tofet se enterrarán, porque no [habrá] otro lugar para enterrar.
12 Así haré a este lugar, dice Jehová, y a sus moradores, poniendo esta ciudad como Tofet.
13 Y las casas de Jerusalén, y las casas de los reyes de Judá, serán como el lugar de Tofet inmundas, por todas las casas sobre cuyos tejados quemaron incienso a todo el ejército del cielo, y vertieron libaciones a dioses ajenos.
14 Y volvió Jeremías de Tofet, a donde le envió Jehová a profetizar, y se paró en el atrio de la casa de Jehová, y dijo a todo el pueblo:
15 Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz, para no oír mis palabras.

Testimonio: 02-05-2020
Testimonio
02-05-2020
(Protección Bajo el Apego Estricto al Plan del Gran Yo Soy)

2 de mayo 2020. En sueños, veía cómo muchos jóvenes, niños y algunos adultos estaban en una sala con artefactos electrónicos. Me paré frente a ellos y les dije: “¡despierten, la vida es más que eso! ¿no se dan cuenta? ¡El tiempo de la preparación pasa y lo están desperdiciando!” Ellos no me prestaron atención. Les rogué, les supliqué, mis lágrimas corrieron como un riachuelo entre ellos, pero no me escucharon. Yo salí fuera de aquella sala, a las afueras de aquella casa. Bajo el cielo estrellado yo derramaba mi alma a Dios en súplica por aquellos que fueron sordos a mis palabras. Era agonizante saber que el hechicero de las almas los tenía hipnotizados y sobre ellos estaba la pena de muerte —porque, para llegar a ese estado, ellos mismos habían abierto la puerta a tan mortal mal—. {Daisy Escalante: 02-05-2020, es.p1}

Era angustioso todo aquello y mi pecho se sentía con grande angustia. De pronto, escuché un ruido que captó mi atención. Busqué a derecha, a izquierda, atrás y delante de mí, pero yo no veía nada. Volví a escuchar el ruido. Esta vez reconocí de dónde venía y alcé mis ojos y miré al cielo estrellado: allí veía como líneas cruzando el firmamento. Pero estas líneas tenían curvas que subían y bajaban como la gráfica que detecta la magnitud de los sismos. Las vi por todo el cielo y llegaban aún más allá de donde mis ojos podían mirar. Dije: “Señor, ¿qué es esto?” Se me dijo: “ven y ve”. Fui elevada y vi cómo todas aquellas ondas, como tela de araña, rodeaban la tierra. Frente a mí vi aquel globo terráqueo dando vueltas y rodeado de aquellas enormes ondas que lo envolvían. Pude observar que, donde había aglomeración de luces, había más líneas de estas ondas que en los lugares de menos luces. También pude observar que, donde no había tantas luces, las ondas no eran continuas, sino que había espacios prolongados en estas, era como si la onda acabara hasta cierto lugar y luego, muchos kilómetros después, continuaba. {Daisy Escalante: 02-05-2020, es.p2}

Fui, otra vez, introducida a la tierra, y comencé a ver comportamientos raros en la humanidad, y vi oficiales uniformados intervenir con ellos. Les oí decir: “el plan funcionó. Están todos trastornados. Encerrémoslos”. Entonces dije: “¡Oh!, ¿por qué ellos están bien y no son, también, afectados?”. Se me dijo: “ellos no tienen, por ahora, el recibidor”. Yo quise preguntar qué era el recibidor, pero rápidamente fui llevada a otro escenario. {Daisy Escalante: 02-05-2020, es.p3}

Vi muchos en cama, éstos no estaban atados, pero no se movían. Estaban vivos porque yo les veía respirar. Quedé observándolos y vi cómo, en cada uno de ellos, su respiración fue cada vez más lenta hasta que ya no respiraron más. Dije: “¡Oh Señor! Si esto es provocado por esas ondas, ¿cómo alguien podrá sobrevivir?” Me contestó: “sólo un apego estricto a mi plan podrá, con mi bendición y protección, salvarlos”. Me preguntó: “¿cómo, pues, sobrevivió mi pueblo en el desierto por 40 años? ¿quién los guió, los alimentó y les deparó de toda provisión? Yo, el gran Yo Soy”, contestó. “Esa era mi parte del pacto entre Yo y mi pueblo. La parte de ellos, en ese pacto, era cumplir mis mandamientos, mis leyes y mis estatutos. Hoy hago pacto con mi pueblo para que, así, mi voluntad en ellos sea cumplida. Diles que se guarden en obedecer mi voluntad y Yo les protegeré de toda potestad maligna”. {Daisy Escalante: 02-05-2020, es.p4}

“Habrá mucha tempestad, violencia y gran aflicción, pero de todas ellas mi pueblo será librado. Escuchad atentamente:

- estén mucho tiempo bajo los árboles,

- caminen descalzos un tiempo considerable,

- coman hojas del campo y productos íntegros de la tierra,

- bebed el agua que Yo les doy y no la que proviene del hombre,

- descansad temprano cada noche,

- ‘Vosotros sois la sal de la tierra y, si ésta se desvaneciere, ¿con qué será salada?’ ¿Recordáis esto?, la sal, el mineral más preciado de la tierra, junto al líquido más preciado os mantendrá vuestra salud mental en esta hora. Usad sal cruda como os la doy; {Daisy Escalante: 02-05-2020, es.p5}

- repetid y memorizad Salmos. Esto ahuyentará la depresión mental;

- trabajad al aire libre y recréense en la tranquilidad de mi naturaleza;

- escuchen el cantar de las aves y mediten en quién las cuida y les provee;

- disfruten del viento fresco y suave que acaricia sus mejillas”.

“Pronto estará entre ustedes el hombre de pecado, aquel que con lengua engañosa y mentirosa seducirá al mundo entero. Estad apercibidos pues la batalla final se acerca. Sólo bajo mis alas estaréis seguros. Acercaos a Mí y Yo me acercaré a vosotros, y haré por vosotros más maravillas de las que hice en Egipto para liberar a mi pueblo. Estos, para una herencia pasajera, más ahora será, tanto para aquellos que vencieron como para vosotros, una herencia incorruptible, eterna. Descansad prestos hoy, y aumentad vuestra fe en Mí porque muy pronto vuestros pies no tendrán, por un tiempo, reposo hasta llegar a Canaán. Humillaos, afligid vuestro espíritu, pedid al Dios de la siega que quite toda iniquidad de vosotros, para que, así, vuestra dicha sea completada y mi salvación os sea otorgada. Cualquiera que venga a Mí con un corazón indiviso será aceptado. Temblad y no pequéis, meditad en vuestras camas y callad y confiad sólo en Jehová, porque en el Señor está la fortaleza de los siglos perpetuamente. Vivid en estricta santidad, porque Yo Soy santo y sin Mí nada podéis hacer, y en mí no hay disvariación”. {Daisy Escalante: 02-05-2020, es.p6}

Palabras fieles y verdaderas del Señor. Paz a vosotros. {Daisy Escalante: 02-05-2020, es.p7}

Testimonio: 24-02-2021
Testimonio
24-02-2021
(Os Probaré, Mi voz Callará y Mis Ojos Escudriñarán)

Febrero, 24, del 2021. Vino palabra del Eterno a mí diciendo: "mi pueblo pereció por causa de conocimiento. No porque éste no existía sino porque no lo quiso. Estos, serán culpables ante el juicio por haber rechazado las bondades del cielo". {Daisy Escalante: 24-02-2021 , es.p1}

"Vez tras vez se habló a Jerusalén. Y por siete años aquel peregrino recorrió las calles siendo escuchado, más no oído. Y hoy no es de forma diferente. Oyen y no escuchan, escogiendo entre todas las supuestas opciones que ellos mismos se forjan. ¿Cómo pues dicen: 'a Dios servimos', cuando no me conocen? Y Yo los conozco. Y veo sus obras, que son: la conveniencia propia y altivez de espíritu, la soberbia humana que clama —sólo por ellos— al vislumbrar un poco lo que se avecina. Viven vidas efímeras. Incapaces de [hacer] crecer ni un pelo de sus cabezas viven como pavos reales. Y tienen, como perros, boca grande, [y] gritan: '¡yo conozco a Dios, ¿y tú?' Creídos en su propia opinión, van engañados y engañando a muchos; y, no obstante, ¡multitudes les siguen!" {Daisy Escalante: 24-02-2021 , es.p2}

"¿Acaso no hice Yo al ser humano? ¿Acaso no sé Yo cómo funciona su cerebro y su razonamiento? ¿Por qué fingís ante mi presencia y hacéis mis Sábados, Fiestas y Lunas Nuevas abominables ante mis ojos? Vuestra falta de respeto es vuestro diario vivir. Queréis cubrirlo en estos días; y no lo puedo ni mirar para que mi furor no se encienda". {Daisy Escalante: 24-02-2021 , es.p3}

"¡Incautos! Fanáticos de vuestras propias ideas que os llevarán a la perdición. Bajáis la norma en vez de subirla en vuestras vidas, ¡y no tembláis al hacerlo! Vuestros razonamientos, incapaces de ver la verdad tal cual es, os eximirán de la eternidad, ¡y no sufrís por ello! Jugáis con lo efímero y lo cuidáis como perla de gran precio, ¡y no sabéis que todo lo que ven vuestros ojos será deshecho! ¿Acaso no sabéis que todo es efímero? ¿No sabéis que sólo dando frutos dignos de arrepentimiento heredaréis la vida eterna? Vivís para vosotros, pensando sólo en vuestro deleite, ¿y pensáis que así seréis coronados de gloria? Por vosotros mismos no podéis haceros el bien, más me ponéis a un lado". {Daisy Escalante: 24-02-2021 , es.p4}

"Yo os miro. Cuántos himnos entonáis, cuántos versos de mi Palabra memorizáis. Y veo la poca atención que ponéis a mis profetas. Día tras día hay tiempo para vuestros planes, y vivís para ellos; y, allí, Yo no estoy. ¿Cuántas veces oráis de rodillas al poder hacerlo? ¿Será que vuestro hablar, entre unos y otros, es conforme a mis palabras y mi ejemplo? Os escondéis del ser humano para dar apariencia de piedad —y esto no os salvará—, ¡y desvergonzadamente andáis ante Mí y mis testigos!" {Daisy Escalante: 24-02-2021 , es.p5}

"Callados en la verdad y bocones en la mentira, preparando mucha red a mis palabras para que otros caigan y sean reos de muerte, ¡como lo serán ustedes!"

"Ahora, pueblo, levántate y no mires ni a derecha ni [a] izquierda. Refúgiate en Mí y no te escondas con la indolencia. ¡Apártate! Aparta tu oído, y tus ojos no miren sus caminos. No codicies sus bienes, porque todo les será por estopa y no se salvará ninguno que vaya tras sus pisadas. Vuélvete a Mí y sé puro; y sólo allí hallarás descanso para vuestra alma. No vayáis tras ellos que, luego de conocer la verdad, y ésta ser probada ante muchos, vacilan por dar oído a espíritus engañadores y doctrinas de demonios —¡que gritarán todos!—" {Daisy Escalante: 24-02-2021 , es.p6}

"Vivid vuestra propia experiencia. De cierto de cierto os digo que ninguno que preste oídos a esto será excusado en mi reino. Porque, a la verdad, os digo: 'día de lloro y gemido, sin consolación, será el día [en] que muchos creerán ser salvos y los invista la primera plaga. Allí será gran lamento, terror y llanto y no habrá, ya, para ellos escapatoria. Día de cobro, y no de oportunidad. Día de total separación y no de junte. Día de gozo para el fiel y de gran amargura para el infiel". {Daisy Escalante: 24-02-2021 , es.p7}

"Muchos acatan el deber por temor, y no por convicción. ¿Y no sabéis que la eficacia de esto es nula? Uno fue el que sufrió por vosotros y vosotros no queréis sufrir por Él. Con todo esto, aún mi misericordia se extiende para el alma penitente que lucha ante Mí por hacer mi voluntad". {Daisy Escalante: 24-02-2021 , es.p8}

"Escuchad pueblos y naciones: 'el Eterno mira vuestras inclinaciones y la balanza da medida certera. ¿Acaso no pensáis que existe un juicio donde cada uno —su caso— será examinado y ninguno estará allí presente? ¿Acaso vuestros pecados, que están en vuestros miembros, no os hacen temblar ante mi presencia?" {Daisy Escalante: 24-02-2021 , es.p9}

"Yo me he acercado a vosotros con mis palabras desde hace algunos años, ante esta última generación. Y veo quién la expone y quiénes la reciben. El exponente es agraviado, azotado, vituperado y, muchas veces, su fuerza le deja. Soporta gran oprobio y [es] rechazado por muchos [que] siguen en su propio caminar. Maldecido por muchos y bendecido por otros. Busca el bien a todos, por medio de la verdad, aunque reciba azotes por ello. Yo veo y he visto cómo mis profetas de antaño también sufrieron por mi causa. Más, ¡ay del que les hace sufrir! Porque, vivo Yo, que para esta hora fue escogido desde el vientre de su madre. Y gran tribulación sufrió desde la concepción, viviendo grandes privaciones y muchas penurias. Resolvió seguirme por dondequiera que voy y así llegó, hoy, a levantar mi voz entre vosotros. Más muchos le tenéis por vil y no recibís las palabras de su boca. Vuestros pensamientos fatuos dicen: 'Dios no habla, no oye ni ve'. ¡Inmisericordes! Al igual que las naciones de antaño, denigran y oprimen al que es mi voz entre el pueblo. ¡Le privan la ayuda, lo rodean de penurias y le privan del pan, sosteniendo lo que no aprovecha y ocupándose de lo que no les aprovecha! Era de esperar, pues así fueron con sus antepasados. Y no logran ver que mi voz es oída, aún, en esta última generación por amor a mi Nombre". {Daisy Escalante: 24-02-2021 , es.p10}

"Prestad oído y, ahora, escuchad: 'orad y ayunad porque gran violencia se levanta en el que dice ser mi pueblo. Y allí os probaré. Y mi voz callará un instante. Y mis ojos escudriñarán lo profundo de vuestra mente y corazón. Y allí veré de cerca y serán conocidos como Yo les conozco. Luego, volveré [a] hablar para guiar a pastos seguros a mi real rebaño'". {Daisy Escalante: 24-02-2021 , es.p11}

Estas fueron las palabras que recibí del Eterno, y se las paso fielmente a cada uno de vosotros. Que el Señor nos bendiga. {Daisy Escalante: 24-02-2021 , es.p12}

Himno 73: Padre, oh Padre, ven a guiarnos
Himnario Adventista 1962
Himno 73
Padre, oh Padre, ven a guiarnos
1

Padre, oh Padre, ven a guiarnos

por el tempestuoso mar;

Padre, oh Padre, ven ahora

a guardarnos del pecar.

Eres Tú confianza nuestra;

ven a guiarnos a tu hogar.

2

Salvador, Tú nos conoces.

¡Ven y ayúdanos, Señor!

Tú sufriste tentaciones

y saliste vencedor;

frente al Padre intercedes

por el hombre pecador.

3

Santo Espíritu divino,

paracleto sin igual,

Tú revelas el camino,

alumbrando cual fanal.

Deidad, ven a llevarnos

a la Patria celestial.

Himno 74: A Ti, glorioso Dios
Himnario Adventista 1962
Himno 74
A Ti, glorioso Dios
1

A Ti, glorioso Dios,

cantamos alabanzas;

rendímoste honor

por todas tus grandezas.

Nos das tu bendición

en nuestra senda aquí;

nos guiarás, Señor,

a tu mansión allí.

2

Ven siempre, oh gran Dios,

muy cerca de nosotros;

con celo y con fervor

queremos ir a otros.

Tu brazo protector

del mal nos guardará;

en lucha y aflicción

consuelo nos será.

3

Oh Padre, eterno Dios,

cantámoste loores,

y al Hijo Redentor,

Señor de los señores,

y al Santo Espíritu,

el gran Consolador:

a la grande Deidad

cantamos con fervor.