Al andar con Jesús
en su fúlgida luz,
en mi senda su gloria veré;
y su voz he de oír,
pues promete vivir
con aquel que obedece por fe.
Su santa ley
obedezco por fe,
y feliz para siempre
con Jesús estaré.
Si trabajo y penar
tengo aquí que cargar,
rico pago en Jesús obtendré;
pues alivia su amor mi afán,
mí dolor cuando ve
que obedezco por fe.
Su santa ley
obedezco por fe,
y feliz para siempre
con Jesús estaré.
Nunca pude saber
de su amor el placer hasta
que todo a Cristo entregué.
Su bondad, su favor,
su poder redentor goza
aquel que obedece por fe.
Su santa ley
obedezco por fe,
y feliz para siempre
con Jesús estaré.
Fiel amigo Él es;
sentaréme a sus pies,
y a su lado el camino andaré.
Si algo hay que cumplir,
o si hay donde he de ir,
sin temor obedezco por fe.
Su santa ley
obedezco por fe,
y feliz para siempre
con Jesús estaré.